Las rutas de narcotráfico que se originan en Perú han tomado nuevos rumbos en los últimos años, lo que indica que ha habido grandes cambios en las redes criminales que operan en el país, y que han aparecido nuevos mercados de consumo, particularmente en Europa Oriental.

Perú es el segundo mayor productor de coca en el mundo. Tradicionalmente, las organizaciones colombianas y mexicanas han traficado cocaína de Perú, pasando por los principales corredores de narcotráfico, hasta llegar a Estados Unidos. Sin embargo, recientemente estos grupos han perdido su dominio en el país.

“La dinámica del narcotráfico en Perú ha cambiado mucho”, dijo Rubén Vargas, director de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), tras ser consultado por InSight Crime. “Básicamente, las rutas de tráfico se dirigen ahora hacia el sur, hacia Bolivia, Argentina y Brasil, pero sobre todo a Bolivia”.

Según Vargas, los grupos de traficantes utilizan a Bolivia como puente, transportando drogas en aviones pequeños hacia el extranjero o por rutas terrestres hacia mercados en el vecino Brasil.

Actualmente, solo cerca del 10 por ciento de las drogas producidas en Perú llegan a Estados Unidos.

“La mayor parte de las drogas producidas aquí llegan a Europa, Brasil u Oceanía. Y el mercado se está comenzando a abrir también en Asia”, afirmó Vargas.

Análisis de InSight Crime

El cambio de dirección en el narcotráfico peruano indica que los grupos criminales están aprovechando los nuevos mercados emergentes, a la vez que evaden las luchas territoriales y los violentos enfrentamientos entre grupos que compiten por el control de las rutas hacia el norte.

Durante varios años los mercados de consumo se han expandido por Europa Occidental. Ahora la demanda está creciendo en mercados menos tradicionales de Europa Oriental y Asia, lo que facilita la entrada de organizaciones criminales locales en las redes de narcotráfico transnacional.

“Los grupos serbios están comenzando a tener una enorme presencia”, señaló Vargas. En marzo de este año, las autoridades confiscaron una tonelada y media de cocaína de las mafias serbias en Perú.

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Se cree que los grupos serbios cooperan con clanes familiares ubicados en la región cocalera del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM). Estos clanes transportan drogas al Callao, el puerto de la capital, Lima, y a zonas fronterizas con capacidad para traficar hacia el extranjero, según le dijo a Perú 21 el director de la Policía Nacional, Héctor Loayza.

Los grupos criminales de Europa Oriental han estado presentes en Suramérica durante mucho tiempo. Anteriormente, las organizaciones balcánicas proporcionaban enlaces con los mercados y las puertas de entrada a Europa Occidental. El aumento de la demanda en el este ha permitido que esos grupos exploten mercados relativamente inexplorados y trabajen con más conexiones locales.

Este reciente crecimiento del mercado se debe al aumento general de los salarios y al crecimiento económico en Rusia y otras partes de Europa Oriental. Según Vargas, un kilo de cocaína, que cuesta entre US$100.000 y US$150.000 en Europa Occidental, puede costar hasta US$300.000 en las calles de Rusia.

Los actores criminales de Perú están aprovechando esta recién descubierta rentabilidad.

*James Bargent contribuyó con reportes para este artículo.