Dos agentes de inteligencia estadounidenses le habrían dicho a un diario mexicano que miembros del CJNG recibieron entrenamiento de guerrilleros colombianos; una acusación que, de ser cierta, podría tener repercusiones significativas sobre la potencial participación de los guerrilleros en actividades criminales, en caso de que se firme un acuerdo de paz.
Funcionarios gubernamentales no identificados presuntamente le dijeron a Proceso que algunos informes de inteligencia de Estados Unidos indican que en los últimos meses las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han proporcionado entrenamiento al Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) y a su cercano aliado Los Cuinis en zonas remotas de la selva colombiana.
“Los informes que obtuvimos en Colombia señalan que jefes de grupo y varios jefes del escalafón de mando del CJNG y de Los Cuinis fueron adiestrados por las FARC en tácticas de asalto a militares”, dijo un funcionario citado por el diario.
Otro funcionario de inteligencia habría declarado que el número de miembros del cartel que fueron entrenados por las FARC es de “algunas decenas, no más de 50 individuos, tal vez”.
Estos informes llegan en un momento oportuno, considerando que el CJNG derribó recientemente un helicóptero militar utilizando un lanzagranadas con propulsión por cohete (RPG por sus iniciales en inglés), un ataque que acabó con la vida de ocho soldados y policías mexicanos.
Análisis de InSight Crime
Si los informes que señalan que guerrilleros de las FARC estarían entrenando a carteles mexicanos resultan ser ciertos, es poco probable que estas acciones hayan sido aprobadas por el comando central del grupo guerrillero, conocido como el Secretariado. Sin embargo, existen precedentes de miembros del Secretariado que han establecido vínculos con los carteles mexicanos. Víctor Julio Suárez Rojas, alias “Mono Jojoy”, el máximo comandante militar de las FARC (muerto en 2010), habría ordenado a un médico de las FARC establecer contacto con el Cartel de Tijuana en el año 2000. Aun así, hay pocos ejemplos de otros líderes de las FARC que hayan aceptado trabajar con carteles mexicanos, y ello es particularmente improbable bajo el clima político actual de Colombia.
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Las FARC han estado adelantando conversaciones de paz con el gobierno colombiano durante más de dos años, y es poco probable que el Secretariado haya aprobado algún contacto con los carteles mexicanos, una acción que podría generar el rechazo del Estado y la comunidad internacional. El proceso de paz sufrió un duro revés tras el asesinato de 11 soldados a manos de una columna móvil de las FARC en abril de este año, y el comando central de la guerrilla seguramente enfrentará aún más críticas si se descubre que aprobó el entrenamiento de carteles narcotraficantes mexicanos.
Lo anterior plantea la posibilidad de que comandantes de bajo nivel de las FARC hayan estado organizando sesiones de capacitación para el CJNG sin el consentimiento del Secretariado, lo cual sería preocupante, dado el potencial de criminalización de algunas unidades de las FARC en un contexto de posconflicto. En una situación hipotética, elementos rebeldes de las FARC trabajarían directamente con los carteles mexicanos, eliminando al intermediario (actualmente los grupos neoparamilitares de Colombia, conocidos como Bacrim) en el comercio regional de cocaína, lo cual generaría mayores beneficios para la guerrilla y los carteles.