Una reunión en Michoacán, entre un alto funcionario del gobierno y un líder de las milicias de autodefensa de México, ha puesto ambos lados a la defensiva después de que se conocieran los detalles sobre los presuntos vínculos del líder de las autodefensas con carteles de droga.

El 5 de febrero, el enviado especial de seguridad del gobierno de México a Michoacán, Alfredo Castillo, se reunió con Juan José Farias, alias “El Abuelo”, un miembro de las milicias de autodefensa que fue señalado por las fuerzas de seguridad y por testigos de ser un comandante regional del clan Valencia, también conocido como el Cartel del Milenio.

Farias fue detenido en 2009 por cargos relacionados al porte de armas y posesión de drogas. Fue sentenciado a tres años de carcel, pero ya había cumplido su tiempo mientras estaba en prisión preventiva, y su condena fue posteriormente revocada en apelación.

En entrevistas con los medios de comunicación de México, Castillo admitió haberse reunido con Farias pero insistió en que se había acercado al oficial como “un ciudadano más” en un evento público, y que la conversación no había sido planificada, reportó Proceso.

Las autodefensas de Michoacán respondieron al escándalo negando los lazos entre el cartel y Farias. Uno de los principales voceros de las milicias, Hipólito Mora, dijo a Excelsior que Farias había sido víctima de un error judicial y que la policía le había “sembrado” las armas y las drogas, al momento de su detención.

El escándalo también ha arrastrado al hermano de Farias, Uriel, alias “El Paisa”, un exalcalde de Tepalcatepec y el fundador de las autodefensas en ese municipio. Al igual que su hermano, Uriel fue acusado de participar en el Cartel del Milenio y posteriormente fue absuelto.

Análisis de Insight Crime

Aunque las acusaciones sobre los vínculos entre los hermanos Farias y carteles de droga nunca han llegado a la corte, la sospecha que los rodea no es una buena señal para el movimiento de autodefensa, ni para el gobierno, que ahora se está movilizando para tratar de legalizar el movimiento.

Desde el principio, los rumores sobre las conexiones con carteles han girado en torno a las milicias, yendo desde acusaciones atribuidas por enemigos dentro de los Caballeros Templarios, hasta el reciente anuncio por parte de la Procuraduría General de la Nación, según el cual estaban investigando las declaraciones de que el Cartel de Jalisco – Nueva Generación les estaba proporcionando armas.

La aparición de los hermanos Farias encaja perfectamente en esa narrativa. El Cartel del Milenio fue desplazado por la Familia Michoacana a mediados de la primera década del siglo XXI. Luego la Familia se dividió y partes de ella formaron los Caballeros Templarios, que desde entonces se han convertido en el motivo de la actual sublevación de las autodefensas. Ahora parece como si los antiguos señores pudieran reaparecer.

En regiones como Michoacán, la línea entre narcos, políticos y hombres de negocios puede ser a menudo confusa, y mientras las autodefensas crezcan y ganen poder e influencia, más posibilidades tienen de atraer figuras oscuras que buscan cooptarlos o manipularlos.

Tales personajes pueden tener antecedentes sombríos, pero a menudo también pueden ofrecer algo que las milicias necesitan con urgencia: financiación. Según una reciente investigación de Crónica, las autodefensas necesitan más de US$ 2,4 millones al mes para operar -excluyendo los gastos en armas y municiones. Aunque que reciben donaciones de simpatizantes en el extranjero, afirman vender limones en casa, y reciben dinero “voluntario” de protección por parte de empresas, todavía puede ser difícil cubrir los gastos.