Las industrias de hierro y acero de México sufrieron pérdidas de US$ 1,3 mil millones en 2013, debido a los robos y a la minería ilegal, lo que ilustra la creciente importancia de la industria de la minería como fuente de financiamiento de las organizaciones criminales.
La Cámara Nacional de Hierro y el Acero de México (CANACERO) informó que 10 millones de toneladas de hierro -que se venden a 100 dólares por tonelada- fueron exportadas por grupos del crimen organizado en 2013, quienes desplazan a los mineros legales y luego establecen sus propias operaciones, informó Excelsior. Gran parte del producto ilícito es enviado a China.
Estas cifras representan un aumento del 100 por ciento en exportaciones y ganancias ilegales y del hierro desde 2010, cuando presuntamente los grupos criminales exportaron cinco millones de toneladas, generando ganancias de US$ 500 millones con el intercambio.
Mientras tanto, el robo de productos de acero en las carreteras mexicanas por criminales armados que buscan vender los productos en el mercado negro ascendió a una suma adicional de US$ 300 millones en pérdidas.
En la actualidad, el estado de Nuevo León es una de las principales zonas de preocupación por el robo de acero, con la incidencia del crimen aumentando un 300 por ciento en 2013.
Análisis de InSight Crime
Los grupos criminales mexicanos se han involucrado más profundamente en la minería ilegal en los últimos años, a medida que la fragmentación de los principales carteles, y la creciente competencia por el comercio de drogas, han causado un cambio hacia fuentes alternativas de financiamiento. Las cifras más recientes sirven para destacar cuán lucrativa ha llegado a ser esta participación.
Entre los estados más afectados se encuentran Tamaulipas, Chihuahua, Guerrerro, Morelos y Michoacán, donde los grupos criminales controlan ahora la minería de hierro, de oro, de plata y de cobre. La organización criminal los Caballeros Templarios se ha beneficiado particularmente con el comercio del hierro dirigido a China, al controlar varias de las etapas del proceso, desde su bastión en el estado de Michoacán, donde se encuentra el puerto Lázaro Cárdenas -el punto principal de exportación del producto.
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Un fenómeno similar se observa en Colombia, que también ha experimentado un escenario criminal cada vez más atomizado, donde organizaciones criminales como los Urabeños, los Rastrojos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se benefician, tanto de la extorsión de las empresas mineras, como del control sobre la extraccción del oro del tungsteno.
Perú también tiene una masiva industria ilegal de oro, con un valor estimado de hasta US$3 mil millones al año. Sin embargo, a diferencia de Colombia y México, la minería ilegal de oro en Perú es altamente informal, en lugar de ser manejada por los grupos armados, aunque hay indicios de que la industria podría tener vínculos con el narcotráfico.