El uso de productos alusivos a la Copa Mundo para traficar cocaína en todo el mundo denota una larga relación entre el narcotráfico y el fútbol, uno de los deportes con mayor número de seguidores en el mundo.

Recientemente la policía colombiana decomisó 14 camisetas empapadas de cocaína con el diseño del uniforme de la selección de Colombia en el aeropuerto internacional de la capital Bogotá.

Las autoridades afirman que los traficantes habían disuelto cerca de 5 kilogramos de cocaína líquida en las camisetas que iban con destino a los Países Bajos. A su llegada, se extraería el alcaloide y se transformaría en polvo antes de distribuirlo.

Esta semana, las autoridades argentinas también descubrieron varios kilos de cocaína ocultos en réplicas del trofeo de la Copa Mundo en Buenos Aires, según informaciones de Clarín. Los narcóticos parecían destinados a la venta local.

Análisis de InSight Crime

Los grupos narcotraficantes son muy innovadores, y no sorprende que estén aprovechando la euforia de la Copa Mundo. Grandes eventos mundiales, como los campeonatos de balompié y los Juegos Olímpicos son una buena oportunidad para los traficantes de ocultar sustancias ilegales en medio del flujo de mercancías y las multitudes de viajeros.

Al mismo tiempo, en términos generales el fútbol ha tenido una relación de larga data con el narcotráfico, que va desde operaciones de contrabando hasta montajes criminales de más alto nivel.

La relación de los traficantes colombianos con el fútbol puede remontarse a la década de 1980, el auge de los carteles de Cali y Medellín. Se dice que ambos carteles patrocinaron varios clubes en Colombia y los usaron para lavar jugosas ganancias derivadas del tráfico de cocaína.

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Los hinchas del fútbol más notorios en Argentina, las “barras bravas”, también tienen una larga relación con delitos de drogas. Varios han sido acusados de microtráfico y de tener relación con pandillas narcotraficantes.

Además del abuso de la parafernalia deportiva, algunos traficantes han usado el fútbol como fachada para montar redes internacionales de tráfico.

Actualmente InSight Crime cree que los partidos de fútbol son un punto de encuentro de preferencia para narcotraficantes, en especial los “Invisibles”, poderosos capos que se ocultan a plena luz.