La policía ha dado de baja a un importante narcotraficante de la región oriental de Colombia, lo cual posiblemente creará un vacío de poder en varios corredores importantes de tránsito de la droga hacia Venezuela y Brasil.

El 27 de septiembre, el director de la policía colombiana, Rodolfo Palomino, anunció que Martín Farfán Díaz González, alias “Pijarbey”, fue abatido durante una redada en las horas de la mañana en el departamento de Vichada, al oriente del país, informó El Espectador.

Como uno de los criminales más poderosos en la región de los Llanos Orientales colombianos, Pijarbey controlaba las rutas del narcotráfico en los departamentos de Vichada, Meta y Guaviare, al sureste de Colombia, cerca de la frontera con Venezuela y Brasil. Era requerido por cargos de homicidio, concierto para delinquir agravado, terrorismo y posesión ilegal de armas.

El grupo criminal de Pijarbey, Libertadores del Vichada, es una facción disidente de otra organización criminal, el Ejército Revolucionario Popular Antisubversivo de Colombia (ERPAC). Se cree que los Libertadores del Vichada tienen una alianza con el grupo de narcotraficantes más poderoso de Colombia, Los Urabeños.

Según El Tiempo, la persecución de Pijarbey comenzó en enero de 2012, con una recompensa de US$385.000 por información que condujera a su captura. Las autoridades dijeron que Pijarbey había permanecido en su escondite en Vichada durante casi un año. La incursión de la policía que terminó en la muerte de Pijarbey fue el resultado de meses de investigación y trabajo de inteligencia, agregaron las autoridades.

Análisis de InSight Crime

En muchos sentidos, Pijarbey era un símbolo de la evolución del hampa colombiana tras la desmovilización del grupo paramilitar de extrema derecha Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).

Pijarbey comenzó su carrera criminal en 1996, aliándose con una facción de las AUC conocida como Bloque Centauros. Después de que las AUC se disolvieron, él ayudó a establecer otro grupo criminal, el ERPAC. Esta fue una de las muchas Bacrim (acrónimo de “bandas criminales”) que surgieron en Colombia tras la desmovilización de las AUC.

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Pijarbey fue capturado en diciembre de 2009, y fue dejado en libertad tres años más tarde luego de cumplir una pena de prisión. Regresó a Vichada, donde asumió la dirección de las operaciones del ERPAC tras la muerte de su líder. Como jefe de los Libertadores del Vichada, Pijarbey aparentemente logró establecer el control de varias empresas criminales en la región de los Llanos Orientales colombianos.

Por lo tanto, su muerte puede precipitar una lucha de poder por las rutas de drogas en el sureste de Colombia. Los Llanos Orientales, una región aislada y agreste a lo largo de la frontera con Venezuela, es una zona donde los intereses criminales y guerrilleros se han enfrentado durante mucho tiempo. Es un eje clave para el tráfico de drogas transnacional y alberga grandes depósitos de un mineral muy apetecido: el coltán. Ahora que Pijarbey no está, el grupo rival Bloque Meta (otra facción del ERPAC), podría estar preparándose para convertirse en el actor criminal dominante en la región.

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2 respuestas a “Muerte de capo podría agitar el oriente de Colombia”