Nuevos datos del gobierno estadounidense, que siguen el flujo internacional de armas de fuego, ofrecen evidencia adicional de que las armas siguen siendo un factor importante detrás de los altos índices de violencia e inseguridad en Latinoamérica.

El 8 de agosto, el Centro Nacional de Rastreo (NTC, por sus iniciales en inglés) de la Oficina Estadounidense de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus inidicales en inglés) divulgó nuevos datos sobre el seguimiento de armas. Los datos cubrieron las Bahamas, República Dominicana, Haití, Jamaica y Trinidad y Tobago en el Caribe; Belice, El Salvador, Guatemala, Honduras y Panamá, en Centroamérica; y también Mexico.

En cada región, las pistolas fueron el tipo de arma más común rastreado por las autoridades. De las 2.340 armas de fuego rastreadas en el Caribe, casi dos terceras partes fueron pistolas. En Centroamérica y México, esa cifra superó el 50 por ciento.

Sin embargo, hubo diferencias por países. En Haití, por ejemplo, las escopetas fueron el tipo de arma más común rastreado por la ATF, seguido de las pistolas.

La mayoría de las armas a las que se hizo seguimiento en México y el Caribe provenían de Estados Unidos. En Centroamérica, por otro lado, se estableció que cerca del 60 por ciento de las armas rastreadas tenían una procedencia distinta a los proveedores estadounidenses.

Las cifras de la ATF solo son representativas de la muestra de armas rastreadas, y pueden no tener correlación con patrones más generales en cada país o región.

Análisis de InSight Crime

El informe de la ATF sirve como recordatorio de que las armas son un factor importante en la violencia en Latinoamérica. De hecho, el índice de homicidios cometidos con armas de fuego en Latinoamérica suele ser mucho mayor que el promedio de cada país. Globalmente, cerca del 41 por ciento de los homicidios son perpetrados con armas de fuego, según el Instituto Igarapé de Brasil. Pero un estudio conjunto realizado en 2014 entre la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) halló que el 75 por ciento de los homicidios en países en desarrollo en el continente americano —que incluyen el Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras), así como República Dominicana, Haití y Jamaica—  fueron cometidos con armas de fuego.

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El informe también subraya el rol desempeñado por Estados Unidos —mayor exportador de armas del mundo— en el abastecimiento del flujo de armas a la región. Varios funcionarios mexicanos se han lamentado anteriormente de que las armas de Estados Unidos inciten la violencia criminal en su país. En informes del gobierno estadounidense han indicado que los organismos encargados de contrarrestar el tráfico de armamento podrían mejorar la coordinación y el intercambio de información para cumplir a cabalidad sus objetivos.