Antiguos enemigos consagrados de organizaciones criminales localizadas en la capital de la violencia de Colombia, Cali, han llegado a un acuerdo desde la prisión, según las fuerzas de seguridad, el cual que de ser exitoso podría influir en el mundo criminal de una de las regiones colombianas clave para el narcotráfico.

Según fuerzas de seguridad citadas por El País, una de las figuras principales de lo que queda de los Rastrojos –que llegó a ser una de las organizaciones criminales más poderosas de Colombia- ha llegado a un acuerdo con un grupo de narcotraficantes, cuya guerra contra los Rastrojos había impulsado la violencia en Cali desde el 2011.

Jorge Eliecer Domínguez Falla, alias “Palustre”, presuntamente pagó US$2 millones y entregó varias propiedades para sellar la alianza con los capos de la droga con los que está recluido en la cárcel La Picota. Entre ellos está el exjefe de los Machos Héctor Mario Urdinola, alias “Chicho”, hijo del antiguo narcotraficante del Cartel del Norte del Valle (CNDV) Greylin Varón, alias “Martín Bala”, y Orlando Gutiérrez, alias “El Negro Orlando”, contacto clave con la organización criminal dominante en Colombia, los Urabeños.

Según El País, lo que busca el acuerdo es la creación de una organización criminal unificada que controle las rutas de narcotráfico y la venta de droga callejera en el Valle del Cauca, una región en el suroeste de Colombia que por décadas ha sido uno de los epicentros del narcotráfico colombiano.

Análisis de InSight Crime

De ser confirmado, el acuerdo entre Palustre y sus antiguos rivales representaría un giro determinante en un conflicto que tiene sus raíces en las amargas y sangrientas luchas internas que destruyeron al que una vez fue el cartel de drogas más importante de Colombia –el CNDV. El resultado de dicho acuerdo traería remanentes de los Rastrojos, los Machos y de otras organizaciones criminales regionales en una alianza que también incluye a los Urabeños, en lo que sería una intimidante federación criminal de gran tamaño.

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Recientemente los Urabeños llegaron a un acuerdo similar en Medellín con sus antiguos rivales de la Oficina de Envigado. Lo cuál significa que las dos capitales tradicionales del narcotráfico en Colombia podrían estar a punto de resurgir. Con los Urabeños reclamando su parte en ambas ciudades, tendrían la capacidad de actuar como garantes, aumentando la posibilidad de que, a diferencia de cómo fue en el pasado, Medellín y Cali se complementarían en lugar de competir entre si.

No obstante, la situación en el Valle se complica por las facciones disidentes de los Rastrojos que no son parte del pacto y por el reciente regreso de un capo de la droga del acabado Cartel de Cali, de quien las fuerzas de seguridad sospechan estar tratando de reclamar sus territorios perdidos. Adicionalmente, durante años, el narcotráfico en la región ha estado plagado con traición y luchas internas, lo que plantea dudas acerca de lo sostenible que podría llegar a ser cualquier acuerdo.

4 respuestas a “Pacto criminal en Cali podría ser detonante de una nueva era del crimen en Colombia”