La policía de Honduras cree que ha encontrado los restos desmembrados de un periodista desaparecido, lo que provocó que los medios de comunicación atacaran la política de seguridad del Presidente Lobo, causando una andanada explosiva contra los críticos del gobierno.

Hablando en una conferencia de prensa, Juan Carlos “El Tigre” Bonilla, director de la Policía de Honduras, dijo que no había “evidencia convincente” de que los restos encontrados al lado del lago, cerca a la localidad de Villanueva, fueran del periodista desaparecido Aníbal Barrow, pese a que aún estaban esperando confirmación de los forenses, informó AFP.

Barrow desapareció el 24 de junio cuando fue secuestrado mientras se desplazaba en su auto por la ciudad de San Pedro Sula con dos compañeros. Estos últimos fueron encontrados con vida cerca, junto con el coche de Barrow, pero el periodista, presentador de un noticiero, desapareció sin dejar rastro.

Bonilla agregó que la policía había identificado a 10 sospechosos del asesinato y que ya había arrestado a seis.

Luego de que se hiciera pública la noticia del descubrimiento, los periodistas cuestionaron al Presidente Porfirio Lobo sobre el número de periodistas asesinados durante su mandato, y sobre sus promesas incumplidas para mejorar la seguridad, informó El Heraldo.

Los cuestionamientos provocaron una furiosa respuesta de Lobo, quien incluso acusó a sus interrogadores de violar su derecho a la libertad de expresión. Según Lobo, las cifras que muestran que Honduras tiene la tasa más alta de homicidios en el mundo son “(…) cosa del pasado”, ya que los homicidios se han reducido en un 5,5 por ciento en lo que va corrido del año.

Análisis de InSight Crime

Desde que Lobo asumió el poder, 15 periodistas han sido asesinados, según el Comité para la Protección de los Periodistas (Committee for the Protection of Journalists – CPJ), convirtiendo al país en el lugar más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Otras fuentes ofrecen un número de muertos aún mayor. El CPJ atacó al gobierno por su respuesta “lenta y negligente” en la investigación de los crímenes contra los periodistas.

Lobo asumió el poder luego del golpe de Estado de 2009 que derrocó al Presidente Manuel Zelaya y, desde entonces, la situación de seguridad del país se ha deteriorado de manera alarmante. La agitación política durante el golpe de Estado facilitó el aumento de la presencia de organizaciones narcotraficantes en Honduras. Esto, combinado con la creciente influencia de las pandillas callejeras, las fuerzas de seguridad profundamente corruptas y la continua violencia política, han contribuido a la espiral de violencia que el gobierno de Lobo ha sido particularmente incapaz de controlar.