Las autoridades colombianas arrestaron a miembros de una red que traficaba mujeres de Colombia a China, lo que revela algunas de las dinámicas del lucrativo tráfico sexual transnacional que se mantiene prácticamente sin trabas en el país más poblado de Asia.
Nueve presuntos cabecillas de una red de tráfico sexual fueron detenidos el 24 de agosto en un operativo que se extendió a cuatro de las mayores ciudades de Colombia —Bogotá, Medellín, Pereira y Cali—. Uno de los principales cabecillas de la red también fue arrestado en España, por una notificación roja de Interpol.
La red de trata sexual se descubrió por una investigación conjunta de dos años de la Fiscalía General de Colombia, la Dirección de Investigación Criminal de la Policía (DIJIN) y el órgano migratorio del país.
Quince víctimas del esquema de tráfico sexual, que volvieron a Colombia luego de escapar de su cautiverio en China, suministraron detalles a las autoridades colombianas sobre las identidades, lugares y roles de quienes manejan la red criminal transnacional.
Según la investigación, los “reclutadores” o “secuestradores” pertenecientes a la red de tráfico sexual recorrían todo el país en busca de sus víctimas, buscando a mujeres jóvenes y prometiéndoles trabajos bien pagados como modelos o vendedoras en China.
A continuación se trasladaba a las reclutadas a Bogotá, la capital colombiana, donde agentes de viajes que trabajaban con la red de traficantes les proporcionaban pasaportes, visas y otra documentación necesaria para salir del país. Al llegar a China, estas mujeres afirman que eran obligadas a trabajar en prostitución y se les decía que no podían irse hasta no haber saldado una deuda de US$25.000.
Las autoridades estiman que la red envió a China a más de 150 colombianas.
Las autoridades colombianas también investigan la posible participación de la red en lavado de dinero, y ha colaborado con las autoridades chinas para localizar y rescatar a las colombianas víctimas de explotación sexual que siguen en el país, según información de El Tiempo.
Análisis de InSight Crime
El desmantelamiento de la red de tráfico sexual que se extendía de Colombia a China ilustra la dinámica de oferta y demanda que han alimentado esta industria ilegal, y la falta de control en China, que permite la operación de estas redes con relativa libertad.
Como sucede con la mayoría de esquemas de tráfico sexual, las víctimas de esta red eran reclutadas principalmente de zonas pobres y atraídas con falsas promesas de empleos exóticos. Este modelo de carnada engañosa ha llevado a mujeres vulnerables de todo Suramérica, África y Asia a ser explotadas sexualmente en China.
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El aumento del ingreso entre los chinos en los últimos años ha estimulado el mayor consumo de muchos bienes y servicios, lícitos e ilícitos. Pero la demanda de la prostitución —ilegal en China— puede tener un motivador más específico. Los expertos señalan que la política de estado derogada recientemente “de un solo hijo” y la preferencia cultural por hijos varones ha llevado a un desbalance en la proporción de hombres frente a mujeres, lo que ha incrementado la demanda local de prostitución e importación de novias extranjeras. El turismo sexual también ha prosperado, en parte porque los extranjeros que son capturados contratando servicios de prostitución son por lo general liberados tras pagar una multa.
Además, las autoridades chinas han mostrado poco interés en las redes de tráfico sexual. El gobierno ha hecho poco para atacar la explotación sexual, según el Departamento de Estado de Estados Unidos, que en su último informe sobre Trata de personas degradó a China a la “categoría 3”, lo que indica que el país “no cumple a cabalidad los estándares mínimos para la eliminación del tráfico y no está haciendo esfuerzos importantes para hacerlo”.