Ahora que están mejorando las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, su enemigo político por mucho tiempo, los otrora adversarios pueden comenzar a intensificar los esfuerzos bilaterales en una de las pocas áreas en las cuales siempre han trabajado juntos: la lucha antidrogas.
El anuncio del presidente Barack Obama a mediados de diciembre, según el cual Estados Unidos podría normalizar las relaciones diplomáticas con Cuba, podría aumentar la cooperación entre los dos países en su lucha contra el narcotráfico transnacional, según informó el Washington Post.
Dado que el tráfico de drogas se ha triplicado en el Caribe en un lapso de cinco años, Cuba se ha convertido en un aliado regional cada vez más importante para Estados Unidos en sus esfuerzos por prevenir que lo narcóticos lleguen a las costas de Estados Unidos.
“Debemos reforzar nuestro trabajo con los cubanos” le expresó un exfuncionario de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) al Washington Post. “Sería insensato no hacerlo”.
En un comunicado de prensa de la Casa Blanca, que se expidió junto con el anuncio de Obama en diciembre, Estados Unidos declaró que cooperaría con Cuba en asuntos de interés común para las dos naciones, incluyendo la lucha contra las drogas.
Análisis de InSight Crime
A pesar de la larga parálisis diplomática entre Estados Unidos y Cuba, su cooperación en la lucha contra el narcotráfico no es una novedad. Incluso sin la existencia de un acuerdo formal, los funcionarios antidrogas estadounidenses han trabajado con sus pares cubanos de manera limitada por varios años. Según el informe sobre la Estrategia Internacional de Control de Narcóticos en 2014 (2014 International Narcotics Control Strategy Report, INCSR), del Departamento de Estado de Estados Unidos, Cuba envía información a Estados Unidos sobre casos individuales de narcotráfico marítimo, incluyendo fotos de naves sospechosas de cargar drogas.
Las relaciones normalizadas entre los dos países permitirán alianzas más fuertes. Esto podría incluir medidas como la ayuda antinarcóticos de Estados Unidos a la isla, así como la formalización de un acuerdo de extradición. Sin embargo, la oposición política en el Congreso a los crecientes lazos con Cuba podría impedir este tipo de iniciativas.
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A pesar del evidente resurgimiento del narcotráfico en el Caribe, cabe cuestionar qué tan grande sería el efecto que un nuevo acuerdo antidrogas entre Estados Unidos y Cuba tendría en el narcotráfico transnacional. Debido a las leyes draconianas impuestas a las drogas en Cuba (en una cumbre internacional en 2013, el presidente Raúl Castro amenazó con imponer la pena de muerte para los narcotraficantes), se cree que muy pocas drogas pasan por la isla nación.