Dos sangrientos tiroteos entre ciudadanos y fuerzas de seguridad en el turbulento estado de Michoacán, México, han dejado como resultado al menos nueve muertos, lo que representa una señal más del caótico panorama de los grupos de autodefensa en la región.

Según El Informador, en la madrugada del 6 de enero, soldados y policías federales mexicanos recuperaron la alcaldía de la ciudad de Apatzingán, Michoacán, que había sido tomada por un grupo armado —identificado por las autoridades como Los Viagras— desde el 22 de diciembre. El informe oficial señala que la confrontación violenta resultó en una persona muerta y condujo a la captura de 44 individuos; sin embargo, habitantes del lugar afirman que al menos siete personas murieron en el tiroteo, según informó El Universal.

Más tarde esa misma mañana, un enfrentamiento entre manifestantes y fuerzas de seguridad, relacionado con el tiroteo anterior, dejó como resultado ocho muertes más, según un reporte de Univisión. Aún no se sabe con certeza si los fallecidos eran miembros de Los Viagras.

En una conferencia de prensa el mismo día, según informó La Voz, el comisario de seguridad de Michoacán, Alfredo Castillo, afirmó que el crimen organizado no es un problema en el estado, y que los recientes hechos de violencia se deben a conflictos internos entre fuerzas de autodefensas fragmentadas.

Análisis de InSight Crime

Este conflicto es la más reciente señal de que el lanzamiento de la Fuerza Rural Estatal en mayo de 2014, respaldada por el estado, solo puede conducir al aumento de la violencia en Michoacán. Dado que la distinción entre las autodefensas y los grupos delictivos es cada vez más turbia, las decisiones del gobierno sobre a quién apoyar y a quién enjuiciar parecen estar agravando la situación.

Los Viagras son un buen ejemplo de este dilema de seguridad. Aparentemente, este grupo armado trabajaba para las organizaciones criminales Familia Michoacana y Caballeros Templarios, y el líder de los Caballeros Templarios, Servando Gómez, alias “La Tuta”, ha asegurado que Los Viagras se separaron de los Caballeros Templarios para unirse al grupo criminal Guerreros Unidos. Sin embargo, Castillo había declarado anteriormente que Los Viagras forman parte de un “grupo especial” de la Fuerza Rural Estatal, y el líder de autodefensas Luis Antonio Torres, alias “El Americano”, se refirió a ellos como aliados. La toma de una alcaldía y los recientes enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad demuestran lo frágil que pueden llegar a ser las alianzas entre el gobierno mexicano y grupos de autodefensas ambiguos.

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Por otro lado, tensiones entre diferentes facciones dentro de la Fuerza Rural Estatal también han provocado derramamiento de sangre. Grupos rivales —encabezados por Torres e Hipólito Mora, respectivamente— se enfrentaron en un tiroteo a mediados de diciembre, el cual dejó 11 muertos como resultado. Torres se entregó a las autoridades tras el enfrentamiento, durante el cual fue asesinado el hijo de Mora.

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