Las autoridades mexicanas han estimado que la violencia le cuesta al país hasta el 15 por ciento de su PIB anual, aunque no está claro cómo esto se equilibra con la enorme afluencia de divisas, como resultado del narcotráfico que genera gran parte de la violencia.
Al hablar en Ciudad de México, en la conferencia de la Organización Mundial de la Salud, para su Campaña Mundial de Prevención de la Violencia, la secretaria de salud, Mercedes Juan López, declaró que la violencia en México le cuesta al país entre el 8 y el 15 por ciento del PIB anual, informó Animal Político.
Según López, las pérdidas provienen de una combinación de factores, incluyendo el daño físico, la pérdida de productividad, la atención médica y cuidado a la discapacidad, el costo de los servicios de seguridad y la falta de inversión.
López dijo que los sectores productivos fueron el área de la economía más afectados por la violencia, y destacó los homicidios como un motivo de especial preocupación, señaló Milenio.
Análisis de InSight Crime
El impacto económico destacado por la secretaria es, sin duda, una gran presión tanto para los recursos públicos como para el sector privado, que además de sufrir pérdidas en las áreas mencionadas, también sufre en términos económicos por las actividades criminales como la extorsión generalizada y a menudo a gran escala. No obstante, el floreciente tráfico de drogas en otros aspectos ha sido de gran ayuda, y no sólo una maldición, para la economía de México.
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Las estimaciones de los flujos de ganancias del narcotráfico hacia México desde Estados Unidos varían mucho pero siempre se encuentran en los miles de millones cada año –desde entre US$4,7 y US$8,1 mil millones calculados por el analista Alejandro Hope (pdf), hasta entre US$8 y US$25 mil millones calculados por el Departamento de Estado de Estados Unidos–. Gran parte de este dinero se lava en México a través de negocios legítimos, creando un auge de la inversión en determinadas regiones y sectores. En 2012, la Secretaría de Hacienda de México estimó que más de US$10 mil millones habían sido lavados en el país el año anterior.
A esto se suma el empleo que ofrece el comercio de drogas, ya que los carteles a menudo reclutan entre los sectores económicamente más excluidos, para quienes es difícil encontrar un empleo legítimo y generalmente es mal pagado.
Es imposible equilibrar con exactitud los costos del narcotráfico para la economía mexicana con las ganancias que proporciona y su contribución a la inversión y el empleo. Sin embargo, lo que sí es cierto es que la brutal violencia asociada con el comercio no es un precio que vale la pena pagar.