Los organismos de seguridad de América Latina y Europa han desarticulado una red transatlántica de tráfico de cocaína que se extendía desde Bolivia hasta Dubái, lo que dejó como resultado el arresto de un vendedor de vehículos blindados ubicado en Paraguay y un propietario de caballos de carreras en Brasil. 

Las fuerzas de seguridad de dichos países, coordinadas por Europol, hicieron unos 40 allanamientos el 15 de febrero en Brasil, Paraguay y España, que permitieron la detención de unos 30 presuntos miembros de la red y la incautación de drogas, vehículos, armas de fuego y dinero en efectivo, según un comunicado de prensa del organismo internacional. 

La denominada Operación Turf fue la conclusión de una investigación de 18 meses en torno a una red vinculada a las incautaciones de al menos ocho toneladas de cocaína y US$2 millones (1,85 millones de euros) en efectivo en Bélgica, Brasil, Italia, los Países Bajos y España.

La red trasladaba cocaína desde las regiones productoras de Bolivia, pasando por Paraguay y Brasil. Las drogas se enviaban en contenedores hacia España, desde donde se distribuían por toda Europa. Las operaciones fueron coordinadas por un centro de comando en Dubái.

Una sospechosa red en la triple frontera de Paraguay

Si bien se ha publicado poca información sobre la infraestructura de producción de la red en Bolivia, la operación reveló una sofisticada red de transporte de la droga a través de Paraguay, coordinada por traficantes en la Triple Frontera del Cono Sur, donde confluyen Paraguay, Argentina y Brasil.

Según las autoridades paraguayas, el principal objetivo de la Operación Turf era el empresario brasileño Marcus Vinicius Espíndola Marques de Padua, quien está vinculado a varias empresas de Ciudad del Este, Paraguay, dedicadas a la importación de vehículos blindados de lujo. La Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) de Paraguay sostiene que estos vehículos, fabricados con compartimentos ocultos, eran utilizados para transportar cocaína de Paraguay a Brasil.

Espíndola, quien era buscado por cargos de narcotráfico y lavado de dinero, fue arrestado en Foz de Iguazú, ciudad brasileña al otro lado de la frontera con Ciudad del Este.

Espíndola presuntamente coordinaba funciones con otro ciudadano brasileño residente en Paraguay, Lindomar Reges Furtado, quien es buscado por cargos de narcotráfico en Brasil.

Sin embargo, cuando las autoridades paraguayas intentaron detener a Furtado en el Paraná Country Club, en las afueras de Ciudad del Este, los guardias de seguridad del club les impidieron el ingreso. Esto provocó un retraso de ocho minutos que permitió la huida de Furtado.

Furtado fue beneficiario de una orden de protección que le otorgó un juez paraguayo en febrero de 2020, tras acusar a la policía de Ciudad del Este de intentar extorsionarlo.

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Furtado además tiene vínculos que indican que cuenta con importantes contactos con el crimen organizado paraguayo.

Según Última Hora, Furtado escapó con la ayuda de su pareja, Gladys Duarte, quien fue la pareja de Marcio Luis Dávalos Segovia, un traficante paraguayo detenido en Brasil en 2020. Dávalos es cuñado de Tomás Rojas Cañete, alias Toma’i, el convicto líder de un conocido clan narcotraficante de la Triple Frontera.

Caballos de carreras y bodegas de Brasil

Una vez en Brasil, la cocaína era trasladada por tierra a puertos de la costa sur del país, principalmente los de Río de Janeiro y Santos. La droga era ocultada en contenedores que se dirigían a puertos europeos.

Cristiano Mendes de Córdova Nascimento, un brasileño propietario de varias empresas de transporte de carga, también fue arrestado durante la operación.

Según un informe de O Globo, Córdova, acusado de lavado de dinero, es más conocido por sus inversiones en caballos de carreras pura sangre. Heliel Martins, un funcionario de la Policía Federal de Brasil, dijo al medio de noticias que Córdova posee alrededor de 60 caballos de carreras, cada uno con un valor de alrededor de US$500,000. Martins dijo que creen que estos caballos eran una de las formas en que la red blanqueaba las ganancias de la droga, junto con bienes raíces, automóviles de lujo y aviones privados.

El informe de O Globo también contenía grabaciones de audio de conversaciones entre Córdova y Furtado, el presunto traficante que se escapó del club de campo de Paraguay. En las grabaciones, se puede escuchar a Furtado hablando de un barco que se dirigía a Barcelona.

Cuando O Globo contactó a Córdova, su abogado dijo que niega las acusaciones y considera innecesaria la detención de su cliente, señalando que los hechos serán esclarecidos a su debido momento ante la judicatura.

Una de las principales pandillas criminales de Brasil, el Comando Vermelho, aparentemente también jugó un papel en la red, según la Policía Federal de Brasil. La pandilla almacenaba y protegía la cocaína en Río de Janeiro antes de ser despachada. Quizá también existieron acuerdos similares con el rival del Comando Vermelho, el Primer Comando de la Capital (PCC), en la ciudad de Santos.

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Durante la Operación Turf, las fuerzas de seguridad allanaron centros de almacenamiento de cocaína en la favela Vila Cruzeiro, en el norte de Río, donde, según O Globo, fueron repelidas por intensos tiroteos. La policía arrestó además a Alexsandro Marques de Oliveira, quien había sido jugador de Vasco da Gama, club de fútbol de Río. Oliveira fue acusado de alquilar las bodegas utilizadas por la red. Al ser contactado por O Globo, su abogado dijo que no hay evidencia de su participación y que se demostrará su inocencia.

“Centros de comando y control” en Dubái

Después de cruzar el Atlántico, la cocaína llegaba a puertos europeos, principalmente Valencia y Barcelona en España.

El primer caso que las autoridades españolas vincularon a la red ocurrió en abril de 2021, cuando incautaron 300 kilos de cocaína en Valencia, los cuales llegaron de Santos en un contenedor de granos. Posteriormente, la red ha sido relacionada con más de cuatro toneladas de cocaína incautadas en España, así como con incautaciones anteriores en Italia y los Países Bajos.

Si bien las autoridades españolas han ofrecido pocos detalles sobre las redes que distribuyeron la cocaína por Europa, Europol reveló que el proceso fue coordinado desde “centros de mando y control” ubicados en Dubái.

Desde dicha base, los líderes de la red dirigían las operaciones utilizando servicios de mensajería encriptada, entre ellos Sky ECC, una plataforma eliminada por las autoridades en 2021. Las autoridades también congelaron más de 20 cuentas bancarias de la compañía, creadas para facilitar la transferencia de dineros de la droga a Brasil, a través de Dubái.

“Dubái se ha convertido en un lugar clave para organizadores y actividades de lavado de dinero asociadas con el comercio de cocaína en la Unión Europea”, se lee en un memorando de la Unión Europea (UE) filtrado en noviembre de 2021.

Se cree que numerosos narcotraficantes internacionales se ocultan en Dubái, beneficiándose de las laxas regulaciones financieras de la ciudad. Entre ellos podría estar el narcotraficante brasileño Sergio Roberto de Carvalho. Según medios de comunicación españoles, las autoridades están investigando si Carvalho fue el cerebro detrás de la red expuesta en la Operación Turf.

Carvalho fue mayor de la policía militar de Mato Grosso do Sul, un estado brasileño en la frontera con Paraguay. En 2017 huyó de Brasil a Marbella, España, bajo la identidad falsa de Paul Wouter, un ciudadano surinamés. Tras ser detenido en relación con 1,7 toneladas de cocaína incautadas en Galicia en 2018, se fugó después de pagar la fianza y fingió su propia muerte.

Se cree que Carvalho pasó a Portugal, y luego, en 2020, voló a Ucrania y luego a Dubái, su sede financiera y última ubicación de las que se tienen datos confirmados.