La ubicación geográfica de Ecuador y otras características ambientales ha dado incentivos de tiempo atrás para el crimen organizado transnacional, que aprovecha el país como punto de trasbordo de narcóticos y como refugio logístico. El diverso panorama criminal transnacional en Ecuador, dominado por grupos insurgentes y criminales colombianos, además de los carteles mexicanos, lo han convertido en un foco creciente de crimen organizado.

Las diferentes bandas criminales del país se han ido sofisticando y organizando. Han ganado control sobre una amplia gama de economías criminales, incluido el microtráfico. Las bandas controlan muchas de las prisiones del país y han reforzado las conexiones con importantes organizaciones criminales internacionales, actuando como intermediarios por los enormes puertos de Ecuador en dirección a Europa, Estados Unidos e incluso Australia.

Geografía

Ecuador, uno de los países más pequeños de Suramérica, limita con los dos mayores productores de coca del mundo: Colombia al norte, y Perú al este y al sur.

Su zona costera al oeste se extiende sobre el Océano Pacífico, lo que hace del país uno de los principales puntos de embarque para el tráfico global de cocaína. En particular, la ciudad portuaria de Guayaquil ha llegado a ser un punto de trasbordo crucial de narcóticos procedentes de países vecinos. En los últimos años, en la frontera sur de Ecuador con Perú se ha intensificado la violencia por las disputas entre grupos criminales por el control de los pasos fronterizos ilegales que se usan para pasar migrantes irregulares y mercancías de contrabando, mientras que el norte de Ecuador —especialmente Esmeraldas— ha sido un hervidero de violencia con las guerras de pandillas por el derecho a traficar drogas.

Como uno de los países más biodiversos del mundo, Ecuador es susceptible a una diversidad de delitos ambientales, como la pesca ilegal. El tráfico ilícito de aletas de tiburón en las islas Galápagos es un problema que aqueja particularmente a la región. Además, el tráfico de vida silvestre está fuera de control en la cuenca amazónica, al este del país. Las vastas selvas a lo largo de las fronteras que tiene con Perú y Colombia se han visto diezmadas en los últimos años, debido en parte a la tala ilegal. Hasta la fecha, alrededor del 15% de la Amazonía ecuatoriana ha sido deforestada. Más aún, en las lejanas provincias amazónicas, sigue proliferando la minería ilegal.

Historia

Ecuador declaró su independencia en 1830. Su primer siglo de existencia estuvo marcado por la agitación derivada del conflicto interno entre facciones de las élites.

En las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, Ecuador alternó periodos de gobernanza constitucional y régimen militar, hasta 1979, cuando los militares cedieron el poder a un presidente electo por última vez.

Las desmovilizadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tuvieron presencia por largo tiempo en el país, dedicadas a la producción de narcóticos y a la minería ilegal a lo largo de la frontera, aunque algunas facciones de las ex-FARC mafia —disidencias del primer grupo— siguen presentes.

A comienzos de la década de 2000, Ecuador experimentó un aumento de pandillas callejeras y de violencia asociada a estas. En ese tiempo, en la provincia de Guayas, donde se encuentra Guayaquil, operaban alrededor de 400 pandillas, y se rumora que la pandilla Latin Kings fue la responsable de gran parte de la violencia en esa ciudad. En 2007, el gobierno dio un paso sin precedentes con la legalización de las pandillas, con lo que se reconoció a grupos como los Latin Kings la categoría de «grupos juveniles urbanos”. A raíz de esto, se desplomó la tasa de homicidios en Ecuador.

A pesar de los esfuerzos de Ecuador por controlar a los grupos criminales internos, organizaciones criminales de Colombia, México y Europa han intensificado la presencia en el país. Como resultado de eso, el corredor de drogas de Colombia a Ecuador se ha convertido en un pilar del tráfico global de cocaína. El largo litoral del país y la proximidad con importantes productores de la droga hacen de Ecuador un punto de transbordo esencial para la cocaína.

Las organizaciones narcotraficantes que compran cocaína a las organizaciones criminales colombianas han recurrido cada vez más a las pandillas y narcotraficantes ecuatorianos como intermediarios para el trasiego de las drogas desde Colombia pasando por Ecuador con dirección a México y otros destinos internacionales. En consecuencia, se han hecho comunes los decomisos de varias toneladas de estupefacientes en Ecuador.

En medio de este auge del narcotráfico, las pandillas ecuatorianas han amasado gran poder y se han organizado y adoptado tácticas más violentas. Las guerras entre pandillas han dado pie a múltiples masacres en las cárceles, con saldos de cientos de reclusos muertos, y afuera, las pandillas ahora están usando explosivos para perpetrar ataques, y asesinar a funcionarios públicos y políticos, así como en su participación en un portafolio en aumento de economías criminales. La tasa de homicidios se catapultó a picos históricos en 2022. Un panorama crítico, si se considera que en 2017, la tasa de homicidios de Ecuador fue una de las más bajas de la región.

Grupos criminales

Las organizaciones criminales locales en Ecuador han sufrido un proceso de continua fragmentación mientras operan como subcontratistas para organizaciones criminales extranjeras, en especial grupos colombianos y mexicanos. Hoy en día, sin embargo, Ecuador tiene varias pandillas carcelarias y narcotraficantes que han crecido en sofisticación y número en los últimos años.

Los Choneros, la principal “megabanda” de Ecuador, son el grupo más numeroso y sofisticado en el país actualmente. Según las autoridades, la pandilla se inició como brazo armado de un cartel narcotraficante colombiano no especificado que controlaba las rutas de tráfico marítimo hacia México y Estados Unidos. Pero con el tiempo, los Choneros se han transformado en la pandilla carcelaria más formidable de Ecuador y han hecho presencia permanente en diferentes centros penitenciarios y ciudades, donde se dedican a actividades ilícitas, como el microtráfico, el sicariato, la extorsión y el trasiego de contrabando.

Los Choneros tienen conexiones con varias organizaciones internacionales, entre los que se cuentan el Cartel de Sinaloa de México, para quienes transportan cocaína, según varios reportes. Tras el asesinato de su antiguo líder, Jorge Luis Zambrano González, alias «Rasquiña”, en diciembre de 2020, los Choneros fueron objeto de una violenta embestida por parte de otras pandillas que buscaban aprovechar la debilidad por la pérdida del líder.

Uno de los principales rivales de los Choneros son los Lagartos, otra importante banda carcelaria. Los enfrentamientos con los Choneros han causado estallidos de violencia extrema dentro de las penitenciarías de Ecuador. Pero las muertes de varios líderes, uno tras otro, en los dos últimos años han debilitado a los Lagartos, que han visto su poder disputado por varias pandillas antes pequeñas.

Uno de esos grupos es los Lobos, con cerca de 8.000 integrantes dispersos en las prisiones y varias ciudades de Ecuador. Los Lobos se aliaron con los Tiguerones y los Chone Killers en un grupo que se hizo llamar Cartel Nueva Generación Ecuador. El nombre, indican los informes, hace alusión a las presuntas conexiones con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), de México, aunque no se ha presentado evidencia sobre dicha conexión.

Otros grupos internacionales tienen presencia importante en Ecuador. Eli Frente Óliver Sinisterra (FOS), disidencia de las desmovilizadas FARC, sigue activo en Ecuador, al igual que varias facciones más de la ex-FARC mafia. Además de eso, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), otra organización armada colombiana, ha usado el país como retaguardia.

El Cartel de Sinaloa de México ha conseguido establecer contactos y rutas en Ecuador, como lo evidencian una serie de capturas, decomisos y testimonios. Según documentos presentados en el proceso penal seguido en Estados Unidos contra el capo del Cartel de Sinaloa Joaquín «El Chapo» Guzmán, esa expansión ha sido especialmente fuerte en la ciudad portuaria de Guayaquil.

También los traficantes albaneses han establecido presencia fuerte en el país. Importantes traficantes de cocaína, como Dritan Rexhepi, han trasegado toneladas de la droga desde Ecuador hacia Europa.

Fuerzas de seguridad

Ecuador tiene un cuerpo de policía nacional bajo la vigilancia del Ministerio del Interior, que es la institución llamada a combatir el crimen organizado en el país. La policía nacional de Ecuador ha sido a lo largo de su historia una de las instituciones de orden público más respetadas y confiables de Latinoamérica, pero desde hace unos años se ha visto sacudida por sucesivos escándalos de corrupción.

Entre 2013 y 2017, casi 1.000 agentes de policía fueron dados de baja, incluidos varios oficiales de alto rango. Poco menos de la mitad de esas bajas tuvieron relación con presunta conducta delictiva. La participación de la policía en actividades criminales ha pasado de los malos manejos a la extorsión y a facilitar el tráfico de estupefacientes e incluso trasegar narcóticos en vehículos policiales.

En 2012, la administración del entonces presidente Rafael Correa comenzó a ampliar las tareas del ejército en la seguridad pública y en las operaciones antinarcóticos, en parte por la corrupción en la institución y la relación tensa de su gobierno con la policía.

El refuerzo de la confianza de las pandillas del país condujo a un recrudecimiento de los asesinatos selectivos de agentes de policía en 2022, lo que aumentó el temor de que la violencia desbordara la capacidad de las fuerzas de orden público, a la par que permitió que saliera a la superficie más corrupción dentro de la institución.

En los últimos años, los grupos criminales han logrado aprovechar esa corrupción entre el personal militar ecuatoriano, lo que incluye el desvío de armas del ejército y la policía a manos de pandillas y narcotraficantes. Esto ha reforzado las denuncias de corrupción contra las fuerzas de seguridad.

Sistema judicial

La máxima instancia judicial de Ecuador es la Corte Nacional de Justicia, que incluye una sala especializada para casos penales. Le siguen la Corte Constitucional, tribunales especializados, juzgados provinciales y jueces de paz comunitarios, quienes son responsables de mediar en conflictos locales. La Fiscalía General es responsable de las investigaciones penales, incluidas las que tienen que ver con crimen organizado.

El sistema de justicia en Ecuador sufrió profundos cambios estructurales tras la promulgación de una nueva constitución en 2008, que incluyó una transición a un sistema de justicia acusatoria, además de renovar la estructura de sus principales entes judiciales y los mecanismos de designación de jueces. El nuevo sistema estaba concebido para permitir mayor independencia de la rama ejecutiva, pero hay desacuerdo sobre si en realidad logró su propósito.

El Índice de Estado de Derecho 2022 del proyecto Justicia Mundial puso a Ecuador en el tercio más bajo de los países con los sistemas de justicia criminal más corruptos y débiles de Latinoamérica y el Caribe.

Los funcionarios judiciales han sido objeto de violencia en los últimos años, pues varios jueces y fiscales han sido asesinados o atacados desde 2020. También políticos han sido objeto de ataques similares.

Prisiones

El sistema penitenciario de Ecuador se ha convertido en uno de los más violentos del mundo. El sistema enfrenta un hacinamiento crónico, y las masacres carcelarias desatadas por las guerras entre pandillas carcelarias han causado la muerte de cientos de personas privadas de la libertad apenas en unos cuantos años.

La estricta política antidrogas en Ecuador ha contribuido al desbordamiento de la capacidad de las prisiones y un sistema corrupto ha dado vía libre a la gobernanza criminal en el sistema penitenciario. Pandillas como los Choneros, los Lobos y grupos de menor tamaño controlan grandes segmentos de las prisiones ecuatorianas. La batalla por el control de los corredores de narcotráfico y de los territorios del microtráfico ha hecho de las prisiones el principal escenario de guerras subsidiarias entre grupos. Estos más las reyertas entre grupos han llevado a casi media docena de masacres en las prisiones.

La prisión más grande de Ecuador lleva oficialmente el nombre de Centro de Rehabilitación Social de Varones N. 1 de Guayaquil. Se abrió en 1958 con espacio para 1.500 presos. En 2021, este centro tenía 8.000 reclusos apiñados entre sus muros.