Los Lagartos, conformada por múltiples bandas que comparten aliados y enemigos, es una de las principales pandillas carcelarias de Ecuador, cuya rivalidad con Los Choneros ha provocado niveles sin precedentes de violencia en las calles y en el sistema penitenciario ecuatoriano en los últimos años. La rivalidad entre Los Lagartos y Los Choneros determina la violencia actual en Ecuador, aunque dicha rivalidad proviene del pasado de pandillas que hacen parte de Los Lagartos: Los Cubanos y Los Gorras.

Los Cubanos y Los Gorras se originaron en Guasmo Sur, Guayaquil, Ecuador, donde los líderes de las pandillas (William Poveda Salazar, alias El Cubano, y Giovanny Mantilla Ceballos, alias Gorras) se hicieron famosos por el microtráfico y los asesinatos a sueldo. Si bien ambas bandas solían colaborar entre ellas, su alianza bajo los «Los Lagartos» se produjo apenas en 2019, cuando unieron fuerzas para combatir a un enemigo común: Los Choneros, la pandilla más prominente de Ecuador, que ha librado una interminable guerra contra rivales en el sistema penitenciario ecuatoriano por el control de las economías criminales.

La muerte de varios de los cabecillas de Los Lagartos significó el debilitamiento de la pandilla, que ya no representan la misma amenaza que antes llamaba la atención y generaba el enojo de Los Choneros; sin embargo, ya menos llamativos, Los Lagartos pueden estar reagrupándose, en tanto sus rivales se ven obligados a defenderse de nuevos ataques.

Historia

El nombre de Los Lagartos proviene de una banda que ha operado en el sistema penitenciario ecuatoriano durante al menos diez años, sirviendo como una especie de mercenarios, o asesinos a sueldo, para matar a miembros de bandas dominantes. Así, Los Lagartos permanecieron bajo el radar durante casi una década, manteniendo la neutralidad, mientras que Los Choneros y Los Cubanos se enfrentaban por el control de las economías criminales en el sistema penitenciario ecuatoriano.

En 2006, alias El Cubano fue enviado a la cárcel por asesinar al exdirector de la Penitenciaría Litoral de Guayaquil. Mientras cumplía su sentencia, Giovanni Mantilla Ceballos, alias Gorras, controlaba el microtráfico en Guasmo Sur, Guayaquil, de donde también era originario; Gorras tenía antecedentes criminales como miembro de la banda Los Latin Kings, una pandilla originaria de Estados Unidos, conformada por inmigrantes costarricenses y mexicanos, que se estableció en Ecuador en la década de los noventa.

Mientras estaba en prisión, El Cubano comenzó a reclutar a otros presos para que se vincularan a su grupo y de esa manera combatir el desmesurado poder de Los Choneros, quienes se habían estado enfrentando con Los Cubanos en el sistema penitenciario desde 2009.

Durante la siguiente década, Los Cubanos y Los Choneros lucharon por el control de las economías criminales en las cárceles ecuatorianas, con bajas en ambos lados que perpetuaron la rivalidad; entre los muertos estuvieron los hermanos de El Cubano, llamados Kléber, alias Metralla, y Walter, alias Caimán.

En 2018, alias Gorras fue arrestado y encarcelado por cargos de crimen organizado. Según guardias de la prisión entrevistados por El Universo, Gorras se alineó con la banda los Lagartos para protegerse, aunque su propia banda, Los Gorras, también comenzó a enganchar más miembros.

Como respuesta ante la espiral de violencia provocada por Los Cubanos y Los Choneros en el sistema penitenciario de Ecuador, el presidente Lenín Moreno declaró una crisis carcelaria en mayo de 2019 y desplegó al ejército para sofocar las guerras entre pandillas. Una parte de la estrategia de Moreno consistió en transferir a pandilleros y líderes violentos a prisiones de todo el país. Sin embargo, como consecuencia inadvertida, se comenzó a multiplicar la violencia carcelaria, pues se crearon nuevas bandas desprendidas de las anteriores, que libran guerras de poder en todo el país.

A pesar de las acciones del gobierno, días después de la declaración de la crisis carcelaria en Ecuador, Los Choneros atacaron a miembros de Los Gorras en la Penitenciaría Litoral, lo que dejó como resultado seis reclusos muertos, entre ellos Ricardo Mantilla, hermano de alias Gorras. Menos de dos semanas después, Los Choneros volvieron a atacar, asesinando brutalmente a El Cubano y, al parecer, amenazando de muerte a su principal rival.

A raíz de la muerte de El Cubano, Gorras asumió el mando y agrupó a las estructuras criminales de Los Gorras, Los Cubanos y Los Lagartos bajo este último nombre con el fin de desafiar el dominio de Los Choneros, lo que dio continuidad al ciclo de violencia retributiva que intensifica las guerras entre pandillas en Ecuador.

Bajo el mando de Gorras surgió la actual conformación de Los Lagartos y se libró una feroz guerra contra Los Choneros en las calles y en el sistema penitenciario de Ecuador, lo que desató niveles epidémicos de violencia, ya que las dos pandillas empezaron a combatir por el control de las ventas de drogas en las calles.

Sin embargo, la inesperada muerte de Gorras por COVID 19 en junio de 2020 llevó a la fragmentación de Los Lagartos, cuyas diferentes bandas quedaron sin un líder central que coordinara las acciones.

Aprovechando la debilidad de Los Lagartos, Los Choneros atacaron a la pandilla en agosto de 2020, tratando de tomar el control del área de la Penitenciaría Litoral perteneciente al grupo —una incursión a su territorio original—. Como resultado, el 5 de septiembre de 2020, una fracción de Los Lagartos depuso sus armas, llegó a una tregua con Los Choneros, y abandonó su sitio en la prisión con la condición de que fueran trasladados a un bloque penitenciario seguro, alejado de nuevos ataques.

Mandos

Dado que es una amalgama de bandas diferentes, Los Lagartos históricamente han contado con la fuerza unitaria de un líder central. Antes de la actual conformación de Los Lagartos, la banda operaba como un grupo de reclusos aliados sin un líder centralizado. Era más bien un colectivo de asesinos a sueldo, cuyos miembros atacaban a pandillas dominantes, como Los Choneros y Los Cubanos, a la vez que mantenían su neutralidad.

Tras la muerte de El Cubano en junio de 2019, Gorras asumió el liderazgo de la coalición integrada por Los Cubanos, Los Gorras y Los Lagartos, y unió a las tres pandillas para defenderse de Los Choneros, que estaban librando una guerra para eliminar a sus rivales en el sistema penitenciario.

Los Lagartos alcanzaron su máximo poder bajo el liderazgo de Gorras, disputándoles a Los Choneros el control del contrabando y el microtráfico en las cárceles ecuatorianas, así como en las calles, donde su rivalidad propició la violencia en las comunidades locales y llevó a que en Ecuador se presentaran niveles de violencia sin precedentes.

Sin embargo, tras la muerte de Gorras por COVID 19 en junio de 2020, Los Lagartos comenzaron a fragmentarse, dado que las distintas pandillas que integran el grupo ya no tenían un líder central que unificara sus estructuras criminales. Según las autoridades ecuatorianas, Carlos Mantilla, alias Choclo, asumió el liderazgo de Los Lagartos tras la muerte de su hermano.

Geografía

Las economías criminales de Los Lagartos se concentran en Guayaquil, Ecuador, donde tanto Los Cubanos como Los Gorras solían controlar el microtráfico. La unificación de estas dos pandillas bajo el nombre de Los Lagartos consolidó el dominio del grupo sobre las economías criminales en la zona y le ayudó a evitar las incursiones de Los Choneros. Además, en la Penitenciaría Litoral de Guayaquil se encuentran recluidos la mayoría de los miembros de Los Lagartos, incluyendo su actual líder, alias Choclo.

La pandilla tiene además presencia en penitenciarías de todo el país, como el Centro de Privación de Libertad (CPL) Azuay N.º 1; el  Turi en Cuenca; el Centro de Rehabilitación Social (CRS) Masculino Guayas N.º 4, en Guayaquil; la Penitenciaria el Litoral y el Centro de Rehabilitación Social Regional Sierra Centro Norte Cotopaxi, en Latacunga.

Economías criminales

Los Lagartos proporcionan servicios de asesinatos y seguridad a traficantes locales e internacionales a cambio de dinero en efectivo, productos para vender o la oportunidad de invertir en cargamentos internacionales. Era bien sabido que El Gorras lideraba la prestación de estos servicios en Guayaquil, su principal área de operaciones, pero ahora, dada su ausencia, Los Choneros podrían aprovechar la oportunidad para fortalecer su presencia en la ciudad.

Aliados y enemigos

El principal rival de Los Lagartos han sido siempre Los Choneros. En los últimos años, la rivalidad entre los dos grupos ha llegado a definir los niveles de violencia actuales en Ecuador, y los subgrupos de cada banda se enfrentan por el control de las economías criminales en las cárceles de todo el país.

Los subgrupos alineados con Los Lagartos son Los Gángster Negros en Esmeraldas, Los Latin Kings en Durán, y el Cuartel de las Feas en Guasmo, sur de Guayaquil [confirm this name; was not able to find it online], mientras que Los Tiguerones, Los Lobos y Los Chone Killers antes eran leales a Los Choneros.

Vale la pena señalar que la disputa al interior de Los Choneros por el mando del grupo, la cual inició en febrero de 2021 y se tradujo en ataques coordinados en varias prisiones, dejando como resultado al menos 78 presos muertos, podría conllevar a un cambio de alianzas dentro del sistema penitenciario ecuatoriano. Si bien antes estos grupos luchaban contra las bandas derivadas de Los Lagartos, los continuos ataques internos entre Los Choneros podrían indicar un cambio en esta dinámica.

Perspectivas

La tregua de Los Lagartos con Los Choneros en septiembre de 2020 —por las condiciones de seguridad total de la pandilla dentro de la Penitenciaría Litoral— indica que Los Lagartos se vieron significativamente debilitados por la muerte de su líder, alias Gorras. A pesar del liderazgo del hermano de Gorras, Choclo, Los Lagartos parecen carecer de la organización interna necesaria para conformar un frente unificado ante la continua embestida de Los Choneros.

Sin embargo, dado que están aislados, y que Los Choneros se ven obligados a defenderse frente a nuevos retos, Los Lagartos pueden estar en un proceso de reorganización, lo que podría permitirles regresar como un actor significativo en el sistema penitenciario ecuatoriano.

Otro factor que está por verse es la política de seguridad de la administración del presidente electo Guillermo Lasso. Dados los niveles sin precedentes de violencia en las cárceles ecuatorianas, la prioridad principal de Lasso será mitigar las guerras entre pandillas. En tal caso, Los Choneros quizá serán el punto de mira de las iniciativas gubernamentales, lo que podría debilitarlas y brindar a Los Lagartos más oportunidades de atacar.