Un nuevo informe de una firma mexicana de consultoría sobre la violencia relacionada con el crimen organizado en noviembre – el último mes del gobierno del ex Presidente Felipe Calderón – describe un aumento de este tipo de homicidios en todo el país, con una importante excepción.

Según Lantia Consultores, una firma de Ciudad de México fundada por Eduardo Guerrero Gutiérrez, 1.223 personas fueron asesinadas en el mes de noviembre en incidentes relacionados con el crimen organizado. Esto representa un aumento del 38 por ciento en octubre, extendido sobre un gran número de regiones: el número de los municipios que registraron asesinatos de este tipo pasaron de 209 a 266, un salto del 27 por ciento, según el informe que fue provisto a InSight Crime.

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Los estados con los mayores índices de violencia son los mismos que los mexicanos han esperado que sean en los últimos cinco años: Guerrero, Chihuahua y Sinaloa fueron los tres estados con el mayor número de asesinatos.

Según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública, que recopila información sobre el total de asesinatos, en lugar de aquellos relacionados con el crimen organizado, en 2011 el mismo trío fue clasificado, respectivamente, segundo, primero y cuarto en el total de homicidios (Nuevo León fue tercero). Con un total de más de 7.000 asesinatos, representan casi un tercio de todos los asesinatos cometidos en suelo mexicano. (Vea el informe de 2011 del gobierno en pdf)

Hasta ahora en 2012, la historia es básicamente la misma de acuerdo con el gobierno mexicano y Lantia. (Vea el informe de 2012 del gobierno en pdf ). Nuevamente, estos estados ocupan los mismos lugares en la lista de los estados mexicanos más violentos, aunque Guerrero y Chihuahua han cambiado de lugares, y una vez más responde a más de un cuarto de los 17.192 asesinatos ocurridos en suelo mexicano en octubre.

Estas cifras son aún más sorprendentes teniendo en cuenta que ninguno de los tres estados se encuentra entre los diez primeros, en términos de población, y juntos albergan sólo 9.6 millones de personas, aproximadamente el 8,5 por ciento de la población total mexicana.

Siguiendo el trío de la lista de Lantia, estaban Baja California, Coahuila, Jalisco y Tamaulipas. Con la excepción de Baja California, donde el descubrimiento de una fosa común con más de 100 cuerpos provocó una fuerte alza, todos estos estados están asediados por continuas peleas entre diferentes grupos.

Sin embargo, los participantes en los enfrentamientos varían mucho de una región a otra. En Tamaulipas, por ejemplo, diferentes facciones de los Zetas se han apuntado mutuamente, y a los miembros restantes del debilitado Cartel del Golfo. En Guerrero, una larga lista de nuevas pandillas han tratado de declarar supremacía sobre el resto durante el último par de años. Todos ellos han fracasado, generando un espiral de violencia.

Una importante sorpresa en los informes es la ausencia de Nuevo León en la lista de los más violentos. Gracias a una guerra que comenzó en 2010 entre los Zetas y sus antiguos patrones en el Cartel del Golfo, Nuevo León, que había gozado durante mucho tiempo la reputación de ser un oasis de paz en medio del norte de México manchado de sangre, se ha convertido en uno de los estados más violentos en la república. Más de 2.000 personas fueron asesinadas allí en 2011, y 1.320 fueron asesinadas durante los primeros diez meses de 2012. Por el contrario, en 2009, el año previo a la definitiva división de los dos grupos, sólo 267 personas fueron asesinadas en Nuevo León. (Vea el informe de 2009 del gobierno en pdf)

La relativa paz en Nuevo León es aún más extraña considerando que el vecino Tamaulipas sigue siendo extremadamente violento, debido en gran parte a los enfrentamientos entre las diferentes facciones de los Zetas. El conflicto de los Zetas también es un generador de violencia en Coahuila, que limita con Nuevo León al occidente.

Las luchas internas de los Zetas, que comenzaron en la primavera y se esperaba que se aceleraran con la muerte del ex jefe Heriberto Lazcano en septiembre, se han calmado en Nuevo León incluso cuando éstas rugen en los estados que lo rodean, lo que sugiere que es sólo un fenómeno pasajero de tranquilidad, en lugar de un indicador de estabilidad duradera.

A nivel municipal, los resultados reportados por Lantia coinciden en gran parte con los patrones estatales. La ciudad con el mayor número de asesinatos en noviembre fue Tijuana, en Baja California, con 120, en gran parte sobre la base de las fosas comunes que fueron descubiertas la semana pasada con cerca de 100 cuerpos depositados años atrás. Acapulco, Guerrero, con 76 asesinatos, fue el segundo, seguido por Torreón, Coahuila, con 56; Culiacán, Sinaloa, el lugar de 51 asesinatos relacionados con el crimen organizado; Juárez, Chihuahua, con 41; y Reynosa, Tamaulipas, donde 23 asesinatos tuvieron lugar.

No sólo las ciudades de Nuevo León no aparecieron entre las diez más violentas, sino que Monterrey, Santa Catarina, y Guadalupe, Nuevo León, estuvieron entre las diez ciudades con las mayores caídas de asesinatos relacionados con el crimen organizado. Monterrey, de hecho, llegó en primer lugar, con un descenso de 18 desde octubre.

Steven Dudley is the co-founder and co-director of InSight Crime and a senior research fellow at American University’s Center for Latin American and Latino Studies in Washington, DC. In 2020, Dudley...