Las autoridades de Colombia han capturado a varios miembros de bandas venezolanas, lo que ha prendido las alarmas por la posibilidad de que dichos grupos hayan trasladado sus rivalidades a territorio colombiano mientras se abren camino en las redes criminales locales.

Miembros de las bandas venezolanas han estado presentes en la porosa región fronteriza de los dos países desde hace algún tiempo. Hoy, las ciudades del interior colombiano, entre ellas Bogotá, están reportando cada vez más actos de violencia relacionados con estos grupos.

En junio, varios miembros de una banda que opera en el estado fronterizo venezolano de Zulia, al noroeste del país, se adjudicaron un doble homicidio en la capital colombiana, según informó El Tiempo. El grupo, liderado por Erick Alberto Parra Mendoza, alias “Yeico Masacre”, se jactaba del asesinato de Sleiter José Leal, un venezolano sospechoso de vínculos con Los Melean, otro grupo criminal ubicado en Zulia.

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La larga guerra de Yeico Masacre con Los Melean ha estado relacionada con gran parte de la violencia que se ha trasladado a Colombia. Según El Tiempo, al menos 12 asesinatos en Colombia han estado vinculados con dicha disputa, incluyendo las muertes de dos de los familiares de Parra Mendoza en Ibagué, una ciudad colombiana a 370 kilómetros al suroeste de la capital.

En enero, Los Melean aparentemente fueron responsables del asesinato, en Barranquilla, de otro líder de una banda de Zulia.

Este año, en Colombia también ha habido arrestos de miembros del Tren del Norte, Tren del Llano, Cartel del Malecón y otras megabandas venezolanas, agrupaciones que pueden llegar a tener cientos de integrantes.

La actividad de estos grupos en Colombia parece haber repuntado hacia mediados de 2019, cuando miembros de la poderosa megabanda Tren de Aragua, originaria del estado homónimo, al norte-centro del país, fueron arrestados en Táchira, estado ubicado en la frontera entre Venezuela y Colombia. En esta región abundan los cruces informales, conocidos como “trochas”, utilizados para contrabandear mercancías y pasar personas hacia Colombia.

En julio de 2019, ocho miembros del Tren de Aragua fueron arrestados en el departamento de Norte de Santander, en Colombia, en relación con numerosos homicidios en la zona. Más adelante, Deivi Antonio Herrera Mata, alias “El Cirujano” y miembro del Tren de Aragua, fue detenido en la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta, acusado de tortura, desmembramiento y desaparición forzada de algunos habitantes.

Análisis de InSight Crime

Si bien para las autoridades ha sido difícil identificar cuántos grupos criminales venezolanos se han establecido en Colombia y cuán profundas son sus redes, los asesinatos de estos pandilleros y el aumento de sus arrestos son indicios de un patrón de migración criminal.

Las megabandas se han acercado cada vez más a la frontera entre Colombia y Venezuela, donde sus miembros, perseguidos por las autoridades o por otras bandas, pueden mantener un bajo perfil. La anárquica frontera también permite a las bandas establecer nuevas redes criminales, que pueden ir desde operaciones de narcotráfico y tráfico de personas a gran escala hasta el robo y la extorsión a empresas de la zona, como afirma un funcionario fronterizo de la región consultado por InSight Crime.

La crisis económica de Venezuela ha hecho que las megabandas abandonen sus bastiones tradicionales y que cambien de actividad. Por ejemplo, en 2017, una banda emigró a la región de minería ilegal de oro del estado Bolívar, al sur de Venezuela, después de que se agotaron los ingresos ilícitos provenientes de las ventas locales de drogas, las extorsiones, los secuestros y los robos.

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Las ciudades colombianas también sirven a estos grupos para esconderse o para disputarse el control territorial en barrios marginales. Según El Tiempo, Yeico Masacre y Los Melean parecen haberse centrado en actividades a pequeña escala en Colombia, como robo, extorsión, narcomenudeo y prostitución. Se sabe que las mujeres venezolanas en Colombia han caído víctimas de la trata de personas, el trabajo forzoso y la explotación sexual.

Los grupos venezolanos más ambiciosos han demostrado una tendencia hacia este tipo de expansión. Por ejemplo, 15 miembros del Tren de Aragua planearon operaciones de extorsión y robo en Perú, a la vez que intentaban iniciar ahí redes en 2018. En 2019, otros de sus integrantes intentaron aprovechar sus arrestos en Brasil para establecer una red dentro del sistema penitenciario del país.

Hugo Acero, secretario de Seguridad, Convivencia y Justicia de Bogotá, dijo en comunicación con InSight Crime que él cree que los pandilleros de la capital están directamente vinculados a Venezuela y que no se trata de grupos que los imitan y utilizan los nombres de las bandas conocidas.

De las casi 500 personas asesinadas en Bogotá este año, casi el diez por ciento eran de nacionalidad venezolana, informó El Tiempo.