La policía colombiana captura a uno de los jefes criminales más grandes del país, Erickson Vargas Cárdenas alias “Sebastián”, jefe de la Oficina de Envigado.

El diario El Tiempo reportó que el jefe de la Oficina de Envigado fue capturado a las 6:00 a.m. del 8 de agosto, en una operación en el municipio de Copacabana a las afueras de la ciudad de Medellín. Uno de sus guardaespaldas fue asesinado en la confrontación con la policía.

El arresto fue confirmado por el Presidente Juan Manuel Santos, quien a través de Twitter describió el arresto como un “supergolpe” contra la mafia de Medellín. En un comunicado posterior, el presidente dijo que “Sebastián” será extraditado a Estados Unidos.

Sin duda, el arresto de Sebastián pone en duda el futuro de la Oficina de Envigado, y puede anunciar un importante cambio para el crimen organizado en Medellín. Maximiliano Bonilla Orozco, alias “Valenciano”, quien fuese el rival de Sebastián para quedar en el mando de la Oficina, fue arrestado en Venezuela en noviembre de 2011. Con Valenciano fuera del espectro, Sebastián se convirtió en el líder único de la Oficina de Envigado, y trató de consolidar el control del grupo en la ciudad.

Sin embargo, esto se ha visto obstaculizado, por la creciente influencia de otra de las organizaciones delictivas en la ciudad: el grupo de neo-paramilitares los Urabeños. Dirigida por Henry de Jesús López, alias “Mi Sangre”, y apoyado por algunos ex miembros de la facción de Valenciano que se unieron después del arresto de Valenciano, la banda criminal de los Urabeños ha estado desplazando el control de la Oficina de la actividad criminal en Medellín.

Con Sebastián fuera del panorama y sin un sucesor claro a la vista, los Urabeños podrían estar a punto de convertirse en la organización criminal dominante en la ciudad. El epicentro de gran parte del conflicto entre los dos ha sido turbulenta Comuna 8 de Medellín. Los combos rivales (pandillas), cada uno de ellos trabajando para alguna de las dos bandas criminales grandes, han convertido el barrio oriental en un campo de batalla. Aunque se pensaba que la Oficina tenía la ventaja en esta batalla, la detención de Sebastián puede costar a esta organización la lealtad de los combos rivales.

Si los Urabeños le arrebatan el control a la Oficina, esto significará el final de una era para el mundo criminal de la ciudad. La Oficina se creó en la década de 1980 como parte del imperio de Pablo Escobar, y ha dominado el crimen en Medellín desde entonces.

El ascenso de los Urabeños también podría tener un impacto en la naturaleza de la delincuencia en la ciudad. Como una fuente de inteligencia de la policía dijo InSight Crime a principios de este año, Mi Sangre tiene muchas más contactos con el narcotráfico internacional que Sebastián, lo que significa que tiene más recursos. Sebastián basó su actividad en el mercado interno de drogas de Medellín, la extorsión y el control de las loterías locales para obtener los recursos de la organización, muchos de los cuales tuvo que compartirlos con los combos locales encargados de recoger aquellos recursos.

Por su parte Mi Sangre, tiene acceso a las redes de tráfico controladas por los Urabeños en la costa del Caribe y a las redes de drogas en América Central y México, lo que genera muchísimos ingresos. Desde luego, un mayor ingreso significa una mayor influencia, así Mi Sangre puede darse el lujo de incluir a muchas más personas en su organización criminal.

Aunque que la Oficina de Envigado todavía no está completamente fuera de la ecuación y Mi Sangre está lejos de ser el líder indiscutible de Medellín, si él logra llegar hasta la cima, sus contactos internacionales podrían ver el regreso de Medellín como el centro del tráfico de drogas en el país, tal como lo era hace 20 años.

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