Un norteño estado mexicano perennemente conflictivo ha presenciado una caída repentina en los asesinatos, un feliz acontecimiento que los funcionarios atribuyen a la respuesta del gobierno estatal para hacer frente a la violencia.

Como Milenio y otros medios informaron en abril, el gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, anunció recientemente una caída del 60 por ciento en la tasa de homicidios del estado.

“Hemos visto cómo han bajado los números en homicidios del crimen organizado, tenemos avances importantes en el tema de secuestro y la captura de un gran número de personas de grupos delictivos de la Comarca Lagunera, avance que compartimos del lado de Durango como de Coahuila”, dijo Herrera. (La Comarca Lagunera es la metrópoli constituida por Gómez Palacio y Lerdo, en Durango, y Torreón, en el estado fronterizo de Coahuila)

Herrera no mencionó ningún lapso de tiempo para la caída del 60 por ciento anunciada, pero las estadísticas federales corroboran su análisis en gran medida. En 2013, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), Durango presenció 476 asesinatos, una tasa de homicidios menor a 30 por cada 100.000 habitantes. De ese total, 132 asesinatos se presentaron durante los tres primeros meses de 2013.

Durante los primeros tres meses de 2014, Durango solo presenció 76 asesinatos, 40 por ciento menos que la cifra correspondiente del año anterior, poniendo al estado en camino de registrar un poco más de 300 asesinatos al finalizar el año, lo que representaría una caída del 36 por ciento.

Si bien la cifra de 60 por ciento de Herrera Caldera, ofrecida durante la visita del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, parecería estar ligeramente inflada, no hay duda de que los índices de crimen han tomado un giro favorable en Durango.

Análisis de InSight Crime

Durango se encuentra en desventaja en términos de seguridad pública. El estado comparte fronteras con Sinaloa y Chihuahua, y alberga parte de la región montañosa del Triángulo Dorado, famosa por el cultivo de marihuana y amapola. El estado también está ubicando en medio de populares rutas de contrabando, que van desde la costa Pacífica hacia pasos fronterizos como Juárez y Reynosa, y desde Ciudad de México hacia el norte.

Como consecuencia, Durango ha dado a luz a muchos grupos criminales, y ha sufrido largos períodos de intensa violencia relacionados con sus operaciones. En 2010, por ejemplo, la SNSP registró 1.024 asesinatos en el estado, con una tasa estatal aproximada de 60 por cada 100.000 habitantes. En 2012, la cantidad de cuerpos sacados de fosas clandestinas desde el año anterior ascendió a casi 350, sugiriendo que la cifra de asesinatos registrada podría realmente haber sido baja.

Existe una serie de posibles explicaciones para la caída que se presentó en Durango. Una de ellas es la disminución de tensiones entre los diferentes grupos que operan en la región, que en el pasado habían sido un importante motor de violencia. Un ejemplo importante de esto es el fin de la guerra en Juárez. A pesar de que Juárez está ubicado a un día de viaje de Durango, las tensiones entre el Cartel de Juárez y el Cartel de Sinaloa y sus diversos aliados y vástagos se extendió a los estados vecinos. De hecho, como InSight Crime informó en 2011, muchos atribuyeron las fosas comunes en Durango a luchas internas entre distintas facciones de Sinaloa operando en Chihuahua.

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Igualmente beneficioso fue el declive de los Zetas, que anteriormente habían estado atrapados en un conflicto a largo plazo con el Cartel de Sinaloa en la región de Laguna, con los Zetas ocupando Torreón y sus adversarios con sede en Gómez Palacio. Gracias a la dada de baja de los líderes de Los Zetas Miguel Ángel Treviño y Heriberto Lazcano, así como a una serie de arrestos, los Zetas perdieron poder en Torreón, lo que ha disminuido la violencia en los municipios vecinos de Durango.

Pero Herrera Caldera no está del todo equivocado en atribuir los avances a las actividades del gobierno. La mejora en Durango ha coincidido con el “Operativo Laguna Segura”, cuyo objetivo era conducir a una reducción en la tasa de homicidios de toda la zona. No es coincidencia que la tasa de homicidios en Torreón también haya caído durante los últimos meses. Del mismo modo, “Todos Somos Juárez” del gobierno federal también ha ayudado a presenciar una reducción dramática en la violencia de Juárez, y ha generado beneficios que también han tenido efecto en Durango.

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Sin embargo, la causa fundamental de todas las mejoras en Durango y en sus alrededores parece ser la relación entre los grupos en si. Aunque el gobierno federal haya -esporádicamente- hecho bien en aprovechar las oportunidades que esto ha presentado, no es claro que esté en condiciones de ingeniar este tipo de cambios pacificadores por su cuenta. Lo anterior no hace de la satisfacción de Herrera Caldera inapropiada, pero si debería moderar el sentido de celebración en el análisis de Durango o de cualquier otra región en las que las dinámicas subyacentes continúan siendo un reto.

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5 respuestas a “Esfuerzos del gobierno y dinámicas criminales mejoran la seguridad en el norte de México”