La violencia en El Salvador se disparó durante 2015. Aunque no es claro hasta qué punto, un motor innegable de esta violencia han sido las dos principales pandillas callejeras del país: la MS13 y Barrio 18. Este análisis busca entender la dinámica de seguridad de El Salvador luego de la ruptura de una tregua de pandillas en 2012, y si la MS13 y Barrio 18 están evolucionando para convertirse en entidades más sofisticadas.

Picos de violencia

Durante 2015, la violencia en El Salvador aumentó a niveles críticos, y comenzó a acelerarse en enero, cuando los cabecillas de la Mara Salvatrucha (MS13) y de Barrio 18 fueron transferidos a cárceles de máxima seguridad1. En febrero, Ricardo Salvador Martínez —director de asuntos internos de la policía— declaró “estamos en guerra” con las pandillas2. Marzo impuso un récord como el mes más violento desde el final de la Guerra Civil de El Salvador en 1992, con 481 asesinatos —sólo para ser superado por mayo (622 homicidios), junio (677) y luego agosto (907) como los meses más sangrientos de las últimas dos décadas3.

Este es un fragmento de un artículo publicado originalmente en el Georgetown Security Studies Review. Fue presentado por el autor en el simposio del Centro de Georgetown para Estudios de Seguridad con el título “The Changing Calculus of Security and Violence”. Vea la versión completa del artículo en PDF aquí. Vea la versión en inglés aquí.

Las fuerzas detrás de este desborde de la violencia son la MS13 y Barrio 18, cuyos líderes exigen que el gobierno reviva la tregua de 2012 y restrinjan la legislación antipandillas y las iniciativas de seguridad4. La violencia y las amenazas motivadas por las pandillas han sido vistas así como medios de presión para que el gobierno reinicie las negociaciones. Por ejemplo, a finales de julio hubo un “boicot” al transporte impuesto por las pandillas, cuando miembros de maras (que se cree eran de la facción Revolucionarios, de Barrio 18) ordenaron a los conductores de buses que se declararan en huelga o sufrieran las consecuencias5.

Los ataques contra las fuerzas de seguridad también se han intensificado; se dice que los mareros atacaron a efectivos de seguridad unas 250 veces en 2015 hasta mayo —un promedio de dos confrontaciones diarias6. Los informes de inteligencia de la policía en abril aseguraron que la MS13 ordenó a las clicas del departamento de La Libertad que mataran a dos agentes de policía cada una, y que la MS13 y Barrio 18 planeaban una ofensiva contra el gobierno.7 En junio, agentes de la policía descubrieron un auto robado que tenía una granada camuflada, un aparente intento de asesinar a policías (se sospechó que los culpables eran integrantes de la MS13)8. Luego, en agosto, las autoridades salvadoreñas anunciaron que la MS13 y Barrio 18 discutían una potencial fusión para formar una estructura unificada de pandillas y dirigir sus ataques a las fuerzas de seguridad nacionales9.

Como respuesta a la violencia intensificada, el gobierno salvadoreño ha ido incrementando las medidas de seguridad y endureciendo su discurso sobre las pandillas.

Como respuesta a la violencia intensificada, el gobierno salvadoreño ha ido incrementando las medidas de seguridad y endureciendo su discurso sobre las pandillas. Por ejemplo, en enero de 2015 el director de la Policía Nacional Civil (PNC) declaró que la policía debía usar sus armas contra los criminales “con plena confianza”.10 El presidente Salvador Sánchez Cerén anunció en mayo que se desplegarían tres batallones de soldados de las Fuerzas Especiales para combatir a las maras.11 Los funcionarios judiciales salvadoreños también han apelado  a las leyes antiterrorismo del país para procesar a miembros de maras, y en agosto la Corte Suprema declaró grupos terroristas a la MS13 y a Barrio 18.12

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En consecuencia, la experiencia de la tregua de pandillas y la naturaleza de la violencia dirigida por las pandillas que dejó, plantea la pregunta de cómo deben interpretarse las actuales condiciones en El Salvador. A saber, ¿son la tregua y los ataques violentos continuados de las pandillas indicadores de la evolución colectiva de las pandillas a actores más sofisticados? O, ¿la  violencia en aumento es más un intento de autopreservación de algunas facciones de las pandillas frente a la presión intensificada de sus rivales y de las fuerzas de seguridad?

En un intento por tener una respuesta, se analizará el concepto de “pandillas de tercera generación “, evaluando si sus principios tienen la capacidad aclaratoria suficiente para entender las maras de El Salvador en el contexto de los acontecimientos  recientes en el país.

Pandillas de tercera generación

Planteado por primera vez por John P. Sullivan en la década de 1990, el campo de estudios de pandillas de tercera generación busca entender el fenómeno de las pandillas  y las características de las modernas pandillas callejeras criminales.13 Desde entonces se ha convertido en uno de los principales modelos para explicar el comportamiento y el despliegue de las pandillas. El postulado básico es que algunas pandillas evoluciones a través de tres generaciones, pasando de ser pandillas territoriales tradicionales a pandillas dedicadas al comercio de drogas, antes de convertirse en pandillas de tercera generación, que combinan elementos políticos y mercenarios.14 Se identifican tres factores como determinantes del potencial evolutivo de las pandillas: la politización, la internacionalización y la sofisticación. A continuación se presenta una breve descripción de las características que definen cada generación de las pandillas.

Primera generación

Las pandillas de primera generación son localizadas y relativamente poco sofisticadas.15 Trabajan con liderazgos flexibles, con roles difusos y atención a la lealtad y la protección del territorio (el barrio o la calle). Cuando se involucran en iniciativas criminales, es en gran parte de manera oportunista y de alcance individual, y tiende a ser de naturaleza local. Las pandillas de primera generación operan en el extremo bajo de la violencia social, y básicamente se involucran en rivalidades entre pandillas.16 Están limitadas en su alcance político.

Segunda generación

Las pandillas de segunda generación tienen un enfoque más empresarial, centrado en las drogas, y están organizadas para el negocio y la ganancia comercial. Por esta razón, están más interesadas en el mercado que en la protección del territorio, y tienden a centrar sus esfuerzos criminales en la distribución local de droga como empresa.17 Estas pandillas son también más cohesivas, con un liderazgo más centralizado. Pueden adoptar una agenda política más amplia, aunque centrada en mejorar la participación en el mercado y los ingresos, y operan en un contexto más amplio, en ocasiones multinacional.18

La violencia es generalmente un mecanismo para controlar la competencia, pero también puede usarse como interferencia política para neutralizar esfuerzos de control y vigilancia dirigidos contra ellos por la policía y otros organismos de seguridad. En su búsqueda de control y neutralización de los organismos de seguridad de la nación, pueden comenzar a dominar comunidades vulnerables.19

Tercera generación

Una pandilla de tercera generación es un grupo de tipo mercenario con metas de poder o adquisición financiera. A medida que evolucionan, se convierten en organizaciones más sofisticadas con mercados de droga más amplios, con operaciones en el extremo global del espectro, con ambiciosos intereses políticos y económicos. La acción política pretende proveer seguridad y libertad de movimiento, aunque puede adoptarse el cuasiterrorismo o el verdadero terrorismo para favorecer su influencia y sus objetivos.20

En consecuencia, una pandilla de tercera generación desafía el monopolio legítimo del estado por el uso de la violencia en un territorio político dado.21 Por lo general, las pandillas de tercera generación son el resultado de la maduración de las pandillas debido a la exposición a empresas criminales más sofisticadas, en combinación con el acceso a un espacio de oportunidad que conduzca a la sofisticación y la expansión de influencia.22

En resumen, las pandillas de tercera generación se encuentran en un estado de transición de pandillas callejeras a empresas criminales sofisticadas que trabajan en red. Pueden, sin embargo, mantener acciones de primera y segunda generación mientras expanden su presencia geográfica y buscan promover sus metas comerciales y políticas.23

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Para determinar si las pandillas MS13 y Barrio 18 de El Salvador están evolucionando para convertirse en entidades más sofisticadas, internacionalizadas y politizadas —pasando de sus orígenes como primera generación a pandillas de tercera generación hechas y derechas— se analizarán los efectos de la tregua sobre las pandillas. En general, aunque hay algunos indicios de que la tregua haya dado lugar a una reconfiguración de la autopercepción de las pandillas como entes políticos, hay razones para creer que el comportamiento de las pandillas posterior a la tregua no representa su maduración colectiva a pandillas de tercera generación; más bien indica que el recrudecimiento de la violencia es más un indicador de manifestaciones autónomas de rebelión y autopreservación por parte de facciones de las pandillas.

El contexto postregua: ¿maduración colectiva o autopreservación?

Una inquietud persistente en torno a la tregua de pandillas es que permitió que la MS13 y Barrio 18 se sofisticaran. En otras palabras, hay algunos indicios de que la tregua fortaleció la jerarquía de las pandillas forzando a sus líderes a ejercer mayor control para garantizar que se respetara la tregua.

Sin duda, la importante baja en los homicidios luego de la implementación de la tregua sugeriría cierto grado de control y dominio de parte de los líderes de la pandilla sobre sus miembros, aunque el aumento de desapariciones durante la tregua pone esto en duda. Un factor que puede haber permitido acrecentar el poder y la organización de las pandillas durante la tregua fue que los líderes de la MS13 y de Barrio 18 fueron trasladados a cárceles menos restrictivas con mayor acceso al mundo exterior.25

Las señales aisladas de la posible evolución de las pandillas son contrarrestadas por otros eventos que sugieren lo contrario, e indican que la MS13 y Barrio 18 no pasan por un proceso de maduración colectiva.

La mayor organización pandillera puede a su vez haber promovido mayor cooperación y coordinación transnacionales. Aun durante la tregua, hubo evidencia de líderes en prisión en El Salvador que coordinaban con miembros en Estados Unidos.25 También ha habido algunas señales de que la MS13 buscaba establecer presencia en Europa y Suramérica, supuestamente intentando hacer que se deportara a sus miembros a países en los que la pandilla quería expandirse (aunque a la fecha el alcance de esto parece limitado).26

También hubo indicaciones de que las pandillas (en particular la MS13) usaron la tregua para integrarse más a las estructuras de las organizaciones criminales transnacionales de la región, consolidando sus vínculos con las redes de transportistas (de tránsito de drogas) y estableciendo conexiones con los carteles mexicanos.27

Es de anotar que en octubre de 2012, siete meses después del inicio de la tregua, Estados Unidos incluyó a la MS13 en una lista de organizaciones transnacionales de narcotráfico, junto a grupos poderosos como los Zetas de México, y más adelante impuso sanciones económicas a seis líderes de la MS13.28 En julio de 2013, el ministro de seguridad salvadoreño Ricardo Perdomo dijo que, en el transcurso de la tregua, “hay grupos que aumentaron sus actividades de narcotráfico”, y en junio de 2014, Alejandro Vila —fiscal especial para la unidad de migrantes en Chiapas, México— declaró que la MS13 estaba cimentando su control en las rutas de migración ilegal en México.29

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Además, el comportamiento de las pandillas durante la tregua indica un grado de identidad política y conciencia propia. Por ejemplo, la retórica de las pandillas adoptó una cualidad política distinta, con la emisión de varios comunicados de prensa en tono diplomático y formal.30 Esto —combinado con imágenes de los líderes de las pandillas en discusiones y negociaciones con intermediarios oficiales, en esencia un reconocimiento de facto de las pandillas como actores políticos— indica (o da la impresión) de un nuevo grado de conciencia política.

Por supuesto, es posible que los líderes de la MS13 y de Barrio 18 comenzaran a entender que el control territorial y la cohesión les daba la posibilidad de extraer concesiones del estado.31 Por ejemplo, las pandillas declararon que tienen el poder de influir en las elecciones. Estas declaraciones fueron respaldadas por el mediador de la tregua Raúl Mijango, quien en octubre 2013 afirmó que representantes de al menos dos partidos políticos importantes de El Salvador se habían reunido con los cabecillas de Barrio 18 y la MS13, y añadió que las pandillas son “un elector que puede definir el resultado” de las elecciones presidenciales.32

En febrero de 2014, los líderes de Barrio 18 y la MS13 emitieron un comunicado donde afirmaban que el partido  político Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) casi pierde las elecciones de 2014 porque no contaba con el respaldo de las pandillas.33 Douglas Farah ha explicado la posibilidad de que las pandillas asuman un rol cada vez más activo en política, no como partidos  políticos, sino básicamente como “votos en alquiler”, mediante el cual las pandillas ofrecen votos de áreas bajo su control a cambio de favores políticos.34

Sin embargo, estas señales aisladas de la posible evolución de las pandillas son contrarrestadas por otros eventos que sugieren lo contrario, e indican que la MS13 y Barrio 18 no pasan por un proceso de maduración colectiva.

No debe subestimarse la cohesión de la MS13 y de Barrio 18. Mientras que la MS13 y Barrio 18 obviamente tienen presencia transnacional —y hasta cierto punto, pueden conectar su red internacional para realizar crímenes transfronterizos— existe poca evidencia de que operen como organizaciones criminales transnacionales. Y pese a los efectos de la tregua, queda que las pandillas son grandes redes fundamentalmente no muy cohesionadas, y se entienden mejor como una franquicia de clicas asociadas que como entidades pandilleras coherentes de tercera generación.

Esto lo ilustra el que durante la tregua, algunas clicas y facciones fueron difíciles de controlar, mostrándose poco colaboradoras o mal dispuestas para respetar la tregua.35 También hubo evidencia de tensiones entre los máximos líderes de las pandillas, que promovieron el proceso de la tregua, y miembros rasos. Las clicas quedaron en su mayoría excluidas del proceso de la tregua, y hubo rumores de descontento entre ciertas clicas, que percibían que los líderes de las pandillas obtenían un beneficio desproporcionado de la tregua.36

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Ha habido otras señales de desacuerdo y agitación dentro de las pandillas también. En agosto de 2015, 14 miembros de la facción Revolucionarios de Barrio 18 fueron asesinados en la cárcel de Quezaltepeque. Aunque no se conoce el motivo, las autoridades creyeron que los asesinatos hacían parte de una “purga interna” en Barrio 18. En efecto, ha habido informes de que la mayor violencia en 2015 se debe a la competencia interna en las pandillas, debido a lo cual el ministro de seguridad y justicia salvadoreño Benito Lara atribuyó las altas tasas de homicidios en agosto a “una rivalidad interna entre pandillas y enfrentamientos de los criminales con la policía”.37

Durante y después de la tregua, la MS13 y Barrio 18 no mostraron una agenda política madura.

 Tampoco la muestran la violencia y la participación de pandilleros en actividades criminales más sofisticadas, o transnacionales, pues la tregua fue un paso adelante colectivo. Por ejemplo, fue la facción Revolucionarios de Barrio 18 la que supuestamente impuso la huelga de transporte ordenada por las pandillas en julio.38 De igual modo, en junio de 2015 había señales de que las pandillas estaban involucradas en una red de tráfico de armamento que ingresaba armas de contrabando a El Salvador desde Honduras, Guatemala y Nicaragua. Pero la red sólo involucró a 16 de las cerca de 250 clicas de la MS13, y de los 90 sospechosos arrestados por el caso sólo 21 eran pandilleros de la MS13. Parece que estos miembros de la MS13 participan básicamente en la compra y distribución de armas de fuego en El Salvador, no coordinando la venta transnacional de las armas.39

Además, durante y después de la tregua, ni la MS13 ni Barrio 18 demostraron un programa político maduro o una acción política coherente. En lugar de eso, la violencia parece ser más una reacción al traslado de cabecillas del grupo de regreso a las cárceles de máxima seguridad, y una respuesta natural para la autopreservación contra la posición antipandillas cada vez más radical del gobierno, y quizás también contra rivales internos de las pandillas, que un intento de llevar a cabo una transformación política significativa.

En consecuencia, la tregua, y el recrudecimiento de la violencia que dejó tras de sí, no ha cedido el paso a la maduración colectiva de la MS13 y de Barrio 18 a pandillas de tercera generación. En lugar de eso, la violencia parece ser más indicador de rivalidades internas de las pandillas e intentos autónomos de autopreservación en las secuelas de la fallida tregua. Pese a ello, eso no quiere decir que ciertos segmentos de las pandillas no estén dando muestra del potencial para evolucionar hasta convertirse en actores más sofisticados. En lugar de eso, el paradigma de pandillas de tercera generación puede ofrecer tan solo una capacidad de explicación limitada para entender las pandillas de El Salvador en un contexto postregua, y demanda una reconfiguración de la manera como se las analiza.

Pandillas de tercera generación: evaluación del paradigma

Los estudios de las pandillas de tercera generación constituyen una guía útil para entender y caracterizar en términos amplios las diferentes etapas de la evolución de las pandillas en diversos contextos. Sin embargo, el paradigma es deficiente en varios aspectos, en especial su falta de interpretación de cómo la estructura de las pandillas afecta los procesos y resultados de su evolución. Es decir, el paradigma ofrece escasa guía para entender la dinámica y el comportamiento internos de las pandillas, y los factores que pueden promover o menoscabar el movimiento de una pandilla hacia una mayor politización, internacionalización y sofisticación, más allá de simplemente tener un espacio de oportunidad puesto a disposición por instituciones débiles o por la exposición a organizaciones criminales más sofisticadas.

Tal vez sea erróneo preguntar si la MS13 y Barrio 18 están experimentando una maduración colectiva, y en lugar de eso deba preguntarse qué elementos de las pandillas están evolucionando y porqué.

En el contexto de El Salvador, es improcedente pensar en la MS13 y en Barrio 18 como organizaciones monolíticas. Más bien, debemos tratar de entenderlas como redes dispersas a manera de franquicias, consistentes de numerosas clicas y facciones. Como tales, tal vez sea erróneo preguntar si la MS13 y Barrio 18 están experimentando una maduración colectiva, y en lugar de eso deba preguntarse qué elementos de las pandillas están evolucionando y porqué.

Más específicamente, aunque la tregua puede no ser una señal de la evolución colectiva de las pandillas, puede ser una señal de la evolución de ciertos segmentos de la estructura pandilleril. Es decir, fueron los líderes de la MS13 y de Barrio 18 quienes formularon, implementaron y dirigieron la tregua. Sin embargo, los líderes tuvieron problemas para mantener contener las clicas y la violencia mientras se desenvolvía la tregua —aun cuando en más de una ocasión reafirmaron el compromiso de las pandillas con la tregua—, pues algunas clicas expresaron su desprecio por la tregua y la falta de beneficios que ésta les deparó.40

Esto lleva a la especulación de que se esté alargando la jerarquía de las pandillas, con un movimiento en diferentes direcciones de extremos opuestos de la estructura de las bandas a causa de intereses y proyectos en conflicto. Los líderes de las pandillas de mayor edad, que se encuentran en prisión, por ejemplo, pueden estar intentando convertirse en actores políticos más sofisticados, negociando con el gobierno, mientras que los miembros más jóvenes, que se encuentran en la calle, son más propensos a la violencia, la imprudencia y el crimen oportunista, lo que puede ser una señal de una división generacional dentro de las pandillas. O bien puede ser que, dado el gran número de miembros de 18 y la MS13, y la extensión territorial de sus redes, sea inevitable una separación en las filas, debido a los intereses en conflicto de facciones de éstas que empiezan a divergir entre sí.

Refinando el paradigma

Esto lleva a la necesidad de incorporar nuevos elementos al paradigma de pandillas de tercera generación, tanto en su capacidad predictiva como explicatoria. Se necesitan mayores herramientas para evaluar cómo, cuándo y si una pandilla —o elementos de una pandilla— están evolucionando para convertirse en entidades más sofisticadas. Esto conlleva varias áreas que deben estudiarse y desarrollarse más a fondo para estimar su relevancia para determinar el potencial evolutivo de una pandilla, así como su potencial inclusión en un paradigma de pandilla de tercera generación con el fin de mejorar la capacidad de brindar una comprensión más refinada de la evolución de pandillas.

Basados en el caso actual de las pandillas MS13 y Barrio 18 de El Salvador, hay varias áreas por las que debe iniciarse la búsqueda. En primer lugar, podemos analizar los efectos de la afiliación a las pandillas: ¿las pandillas de mayor tamaño son más propensas a evolucionar para convertirse en pandillas de tercera generación o lo son las más pequeñas? O ¿hay un umbral en el que una pandilla se hace tan numerosa que se fractura, y algunos elementos evolucionan y no otros? Segundo, en relación con esto surgen preguntas de lo que mantiene unida una estructura o red de pandillas, ya sean incentivos de lealtad, financieros o de temor.

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Además, ¿qué rol desempeña la edad de una pandilla? Esto se aplica no sólo a la edad de una pandilla desde el momento de su formación, sino también a la edad de sus líderes claves. Es posible que los líderes veteranos, de mayor edad, se vuelvan más estratégicos y sofisticados con el tiempo, y busquen internacionalizar, politizar y sofisticar la pandilla, echando mano de las conexiones de toda una vida de actividad criminal. En contraste, los pandilleros más jóvenes y menos educados son más propensos a realizar actos excesivos de violencia y crimen oportunista localizado.

Más aún, debe considerarse el impacto del encarcelamiento en el desarrollo de la pandilla. Como ilustración de esto, el sistema carcelario ha desempeñado un rol importante en la capacidad de organización y consolidación de la MS13 y Barrio 18, sirviendo como “refugio seguro” desde donde se dirigen y realizan actividades criminales.41 Puede que las cárceles sean un factor importante, si no crucial, que permite a las pandillas evolucionar para convertirse en entidades más sofisticadas (y les da los contactos necesarios  para ello). En relación con ello está el rol que juegan las estrategias de seguridad del gobierno para promover la maduración de las pandillas, como se puso en evidencia en las políticas de mano dura de El Salvador, que incentivaron la adaptación de los pandilleros para evitar ser detectados.

Explorar más a fondo estas preguntas e incorporarlas a los hallazgos de la teoría de la tercera generación puede ser útil para entender y predecir mejor la evolución de las pandillas, y por ende ayudar a los legistas y funcionarios de seguridad en la formulación de estrategias e iniciativas para evitar la transición de las pandillas a entidades más poderosas y amenazadoras.

Notas

1 Aunque 2013 terminó con una tasa de homicidios 4% menor que en 2012, las muertes violentas comenzaron a aumentar en el segundo semestre del año. Esta tendencia se mantuvo en 2014 —en marzo de ese año el director de la PNC Rigoberto Pleites declaró que la tregua estaba “técnicamente” terminada—  con un aumento de los homicidios a niveles previos a la tregua hacia mediados de julio. Hacia el final del año, se habían registrado 3.912 homicidios  —un aumento de 57% sobre 2013—. Gurney, Kyra. “Homicides in El Salvador Reach Pre-Gang Truce Levels.” InSight Crime. 8 de julio, 2014. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/homicides-in-el-salvador-reach-pre-truce-levels.; Lohmuller, Michael. “El Salvador Gang Truce ‘Technically’ Finished: Police.” InSight Crime. 4 de marzo, 2014. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gang-truce-technically-finished-police.; Lohmuller, Michael. “El Salvador Murders Fall Slightly for 2013, but Rising Again.” InSight Crime. 14 de enero, 2014. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-murders-fall-slightly-in-2013-but-rising-again.; Gurney, Kyra. “El Salvador Homicides Skyrocket After Gang Truce Unravels.” InSight Crime. 9 de enero, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/analysis/el-salvador-homicides-skyrocket-after-gang-truce-unravels.; McCleskey, Claire. “El Salvador Police Report Rise in Homicides.” InSight Crime. 2 de julio, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-police-report-rise-in-homicides.; Cawley, Marguerite. “Spate of Killings Shakes El Salvador Gang Truce.” InSight Crime. 9 de mayo, 2013. Acceso 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-may-homicides-climb-to-65-as-ninth-peace-zone-launched.

2 En mayo, las autoridades salvadoreñas comenzaron también a eliminar la segregación en las cárceles, con el traslado de 650 miembros de la MS13 a una prisión que antes sólo tenía miembros de Barrio 18. Gagne, David. “El Salvador Moves Gang Leaders Back to Max-Security Prison.” InSight Crime. 19 de enero, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-moves-gang-leaders-back-to-max-security-prisons.; Gagne, David. “Amid Historic Violence, El Salvador Ends Gang Segregation in Prisons.” InSight Crime. 8 de mayo, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/analysis/amid-historic-violence-el-salvador-ends-prison-segregation.; Daugherty, Arron. “‘We’re At War’ With Gangs: El Salvador Police Official.” InSight Crime. 19 de febrero, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-police-at-war-with-gangs.

3 El día más violento de 2015 hasta ahora fue el 17 de agosto, cuando cayeron muertas 42 personas. Gagne, David. “El Salvador Sees Most Violent Month in 10 Years.” InSight Crime. 2 de abril, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-sees-most-violent-month-in-10-years.; Tabory, Sam. “El Salvador Sees Deadliest Month Since End of Civil War.” InSight Crime. 1 de junio, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-most-violent-month-since-end-of-war.; Gagne, David. “June Replaces May as Most Violent Month in El Salvador Since War.” InSight Crime. 6 de julio, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/june-replaces-may-as-most-violent-month-in-el-salvador-since-civil-war.; Lohmuller, Michael. “El Salvador Revisits Idea of Security Tax as Violence Peaks.” InSight Crime. 19 de agosto, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-revisits-idea-new-security-tax-violence-peaks.

4 Los líderes de las pandillas pidieron un nuevo proceso de paz en abril y julio, y en la última ocasión emitieron un comunicado conjunto pidiendo al gobierno un “mecanismo” que permitiera el diálogo y un eventual acuerdo de paz. Tabory, Sam. “El Salvador Gangs Call for a Renewed Truce.” InSight Crime. 17 de julio, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gangs-call-for-a-renewed-truce.

5 La huelga paralizó la capital San Salvador, y terminó con el homicidio de por lo menos siete trabajadores del transporte que se rehusaron a cumplirla. Antes de la huelga de buses, en mayo y junio, aparecieron dos videos de miembros no confirmados de las pandillas con amenazas de más violencia si el gobierno no reducía sus agresivas estrategias contra las pandillas, y con promesas de “guerra” si las autoridades se rehusaban a participar en el diálogo. Lohmuller, Michael. “Gang-Enforced Bus Strike Increases Pressure on El Salvador Govt.” InSight Crime. 28 de julio, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/gang-bus-strike-increases-pressure-el-salvador-government.; Riesenfeld, Loren. “El Salvador Sees Historic Violence as Gangs Challenge the Government.” InSight Crime. 21 de mayo, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-sees-historic-violence-as-gangs-challenge-the-government.; Tabory, Sam. “El Salvador ‘Gangs’ Issue Threats in Video”. InSight Crime. 4 de junio, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gangs-issue-threats-in-video.

6 Los ataques de las pandillas contra las fuerzas de seguridad vieron un aumento en 2014, con dos emboscadas en abril de 2014 contra agentes de policía. Bargent, James. “Ambushes of Police Fuel Fears Over El Salvador Gang Sophistication.” InSight Crime. 8 de abril, 2014. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/abushes-of-police-fuel-fears-of-growing-el-salvador-gang-sophistication.; Dudley, Steven. “El Salvador Gangs and Security Forces Up the Ante in Post-Truce Battle.” InSight Crime. 22 de octubre, 2014. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/analysis/el-salvador-gangs-security-forces-battle-truce.; Gagne, David. “250 Gang Attacks on El Salvador Security Forces in 2015.” InSight Crime. 18 de mayo, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/250-gang-attacks-on-el-salvador-security-forces-in-2015.

7 Daugherty, Arron. “MS13 Launches Police Assassination Campaign in El Salvador.” InSight Crime. 8 de abril, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/ms13-launches-police-assassination-campaign-el-salvador.

8 Hasta mediados de agosto de 2015, habían sido asesinados 41 policías y 15 soldados. Gagne, David. “El Salvador Gang Targeted Police With Booby-Trapped Car: Official.” InSight Crime. 18 de junio, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gangs-grenade-car-police-attack.

9 La nueva “superpandilla” aparentemente se llamaría “Mara 503”, por el código telefónico internacional de El Salvador. Tabory, Sam. “El Salvador Govt Warns of Unified Super Gang: Report.” InSight Crime. 13 de agosto, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-government-warns-of-unified-super-gangs.

10 Gagne, David. “El Salvador Police Chief Targets Rising Gang Violence.” InSight Crime. 21 de enero, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-police-commander-green-light-gangs.

11 Riesenfeld, Loren. “El Salvador Sees Historic Violence as Gangs Challenge the Government.” InSight Crime. 21 de mayo, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-sees-historic-violence-as-gangs-challenge-the-government.

12 El fiscal general Luis Martínez llegó hasta proponer la idea de extraditar a pandilleros a Estados Unidos por cargos de terrorismo. Lohmuller, Michael. “El Salvador Now Using Anti-Terrorism Law to Tackle Gangs.” InSight Crime. 12 de agosto, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-now-using-anti-terrorism-law-tackle-gangs; Daugherty, Arron. “El Salvador Supreme Court Labels Street Gangs as Terrorist Groups.” InSight Crime. 26 de agosto, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-supreme-court-labels-street-gangs-as-terrorist-groups.; Gagne, David. “In El Salvador, Hysteria Trumps Security Policy.” InSight Crime. 17 de agosto, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/in-el-salvador-hysteria-trumps-security-policy.

13 Since then, it has been developed and explored by a number of scholars, particularly Robert Bunker and Max Manwaring.

14 Sullivan, John, and Robert Bunker. “A Crucible of Conflict: Third Generation Gang Studies Revisited.” Journal of Gang Research 19, no. 4 (verano, 2012), 4.

15 Sullivan, John. “Third Generation Street Gangs: Turf, Cartels, and Net Warriors.” Transnational Organized Crime 3, no. 3 (otoño, 1997), 95.

16 Manwaring, Max. “Street Gangs: The New Urban Insurgency.” Strategic Studies Institute, 2005. 9.

17 Ibíd., 10.

18 Sullivan, “Third Generation Street Gangs,” 95-96.

19 Manwaring, “Street Gangs,” 10.

20 Sullivan, “Third Generation Street Gangs,” 96.

21 Manwaring, “Street Gangs,” 10.

22 Sullivan and Bunker, “Crucible of Conflict,” 5-6.

23 Manwaring, “Street Gangs,” 10.

24 Cawley, Marguerite. “Gangs Gain Most from El Salvador Truce: Opinion Poll.” InSight Crime. August 28, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/maras-gaining-most-from-truce-say-el-salvador-survey-respondents.

25 La vigilancia de Estados Unidos ha mostrado que tanto la MS13 como Barrio 18 mantienen contacto con sus homólogos en Estados Unidos, y que algunas veces las pandillas extorsionan a salvadoreños radicados en Estados Unidos, lo cual indica cierto grado de coordinación entre miembros en Estados Unidos y en El Salvador. Cawley, Marguerite. “Phone Tap Shows US – El Salvador MS13 Connections.” InSight Crime. 29 de octubre, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/phone-call-highlights-el-salvador-gang-connection-with-us.

26 Parkinson, Charles. “Italy Police Dismantle ‘MS13’ Gang.” InSight Crime. 10 de octubre, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/italy-police-dismantle-ms13-el-salvador-gang.; Robbins, Seth, and James Bargent. “El Salvador Gang Members ‘Setting Up MS13 Branch’ in Spain.” InSight Crime. 26 de marzo, 2014. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gang-members-setting-up-ms13-branch-in-spain.

27 Farah, “Central American Gangs,” 8.; Cawley, Marguerite. “El Salvador Gangs Getting Deeper into Drug Trafficking: Police.” InSight Crime. 18 de diciembre, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gangs-deepening-drug-trafficking-involvement-police.

28 Stone, Hannah. “US Ranks MS13 Alongside Zetas in Gang List.” InSight Crime. 12 de octubre, 2012. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/analysis/us-ms13-zetas-transnational.; Bargent, James. “US Treasury Adds MS13 Leaders to Economic Sanctions List.” InSight Crime. June 6, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/us-treasury-adds-MS13-leaders-to-sanctions-list.

29 Se dice que varias células de la MS13 intentaban establecer control sobre rutas usadas por los migrantes en áreas del estado de Chiapas, en México, contra los migrantes para extorsionarlos o secuestrarlos. Cawley, Marguerite. “El Salvador Gangs Using Truce to Strengthen Drug Ties: Official.” InSight Crime. 19 de julio, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gangs-using-truce-to-strengthen-drug-ties-security-minister.; Cawley, Marguerite. “MS13 Expanding After Truce Collapse in El Salvador?” InSight Crime. 2 de junio, 2014. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/ms13-expanding-after-truce-collapse-in-el-salvador.

30 Stone, Hannah. “‘El Salvador Gangs Confirm Truce’” InSight Crime. 23 de marzo, 2012. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gangs-confirm-truce.

31 Farah, Douglas. “The Transformation of El Salvador’s Gangs into Political Actors.” 2012. Acceso: 14 de septiembre, 2015. https://csis.org/publication/transformation-el-salvadors-gangs-political-actors, 1.

32 Parkinson, Charles. “El Salvador Meetings Raise Question about Gangs’ Political Might.” InSight Crime. 24 de octubre, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-opposition-leader-meets-with-gangs.

33 Gagne, David. “El Salvador Gangs Outline Political Motives of Violence.” InSight Crime. 2 de marzo, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gangs-outline-political-motives-violence.

34 Esta dinámica entre las pandillas y los partidos políticos se observó en Jamaica, con una alineación de pandillas que controlaban diferentes áreas de Kingston y varios políticos a cambio de beneficios. Farah, “Central American Gangs,” 8.

35 Esto se observó en la ciudad de La Unión, cerca de la frontera con Honduras, donde se mantuvieron altos los índices de violencia como resultado del rechazo de las clicas de la MS13 y de Barrio 18 a unirse a la tregua. Wells, Miriam. “‘Gangs Unable to Enforce Truce in Eastern El Salvador’” InSight Crime. 13 de marzo, 2013. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/maras-unable-to-enforce-truce-in-eastern-el-salvador.

36 Luego del inicio de la tregua, Douglas Farah observó que habían surgido “serias divisiones” en las pandillas casi de inmediato”, y que las fuentes dentro de la MS13 “informaron que había ira con los líderes de las pandillas, en parte porque llevaron las negociaciones sin consultar a los miembros libres”. También se dijo que los miembros de las clicas se ofendieron al ver a familiares de los líderes de las pandillas comprando desaforadamente y comprando artículos caros, lo que se vio como una señal de que los líderes recibieron dinero por acordar la tregua, pero no compartieron los pagos. Farah, “The Transformation,” 2.

37 Gagne, David. “Record Violence and Displacement Echoes El Salvador’s War Zone Past.” InSight Crime. 2 de septiembre, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/record-violence-and-displacement-echoes-el-salvador-s-war-zone-past.

38 Las huelgas de buses impuestas por las pandillas no son novedad para El Salvador. En septiembre de 2010, en protesta por una ley de pandillas recién aprobada, la MS13 y Barrio 18 emitieron una alerta conjunta a los operadores del transporte público para que se quedaran en casa durante tres días o afrontaran las represalias. Seelke, “Gangs in Central America,” 4.

39 No obstante, elementos de la MS13 y de Barrio 18 han estado reforzando su capacidad armamentista, con la adquisición de rifles automáticos, como AK-47, junto con granadas y otras armas de uso militar. En el pasado, fue común ver elementos del ejército salvadoreño implicados en la venta ilícita de armas y el suministro de ese armamento. Daugherty, Arron y Elyssa Pachico. “El Salvador Gangs Involved in Arms Trafficking Network.” InSight Crime. 19 de junio, 2015. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/el-salvador-gangs-involved-arms-trafficking-network.; Farah, “Central American Gangs,” 9.

40 Yagoub, Mimi. “El Salvador Gang Leaders Keen to Maintain Faltering Truce.” InSight Crime. 16 de marzo, 2014. Acceso: 14 de septiembre, 2015. /news/briefs/why-are-el-salvador-gangs-so-keen-to-maintain-failing-truce.

41 Sullivan and Bunker, “Crucible of Conflict,” 7-8.

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4 respuestas a “Evaluación de pandillas de El Salvador en un contexto postregua”