Tras una avalancha de asesinatos a narcotraficantes de Canadá en México, ha habido varias indicaciones de que algunos de los grupos criminales de Canadá han estabilizado su cadena de suministro de drogas y han expandido sus operaciones, incluso aumentando las exportaciones de cocaína a Australia.

Durante algunos años, México era un lugar mortal para los narcotraficantes canadienses. Según un informe de la policía montada de Canadá (RCMP por sus siglas en inglés) al que accedió la prensa canadiense, por lo menos diez canadienses con presuntos vínculos criminales recibieron disparos o fueron asesinados en México entre 2008 y 2012. Dentro de las víctimas se encuentran tres miembros de la banda United Nations –organización criminal con base en la provincia de Columbia Británica- y dos hombres con presuntas afiliaciones con la banda de motociclistas Hells Angels.

Las muertes durante este período de tiempo coinciden con informes que afirman que los grupos criminales canadienses estaban aumentando sus conexiones directas en México con el fin de sacar a los intermediarios de la cadena de tráfico de cocaína.

Otra indicación de que los canadienses pudieron haber fortificado sus conexiones con los mexicanos es el hecho de que el país, según informes, ha aumentado su rol como un punto de transbordo para los cargamentos de cocaína que se dirigen hacia Europa y Australia. La Comisión de Crímenes de Australia ha reportado que Canadá lleva la segunda mayor cantidad de cocaína al país después de Chile, que sirve como el punto principal de tránsito para la cocaína destinada a Australia. Canadá ha subido tres lugares en la lista desde 2010.

Algunos oficiales dijeron a CBC News que los narcotraficantes canadienses habían aumentado su presencia en Australia principalmente por el precio de la cocaína en el país, donde un kilo puede ser vendido hasta cinco veces más caro que en Canadá. Tim Wilson, un periodista canadiense establecido en México quien ha reportado extensivamente sobre crimen organizado, dijo a InSight Crime que los vínculos de drogas entre las dos naciones han sido reforzado también por su estatus compartido como países de la Commonwealth y por la similitud entre sus estructuras criminales, con las bandas de motociclistas jugando un rol principal en la actividad criminal.

Los narcotraficantes canadienses también han establecido su presencia en Filipinas. En enero, las autoridades de Filipinas llevaron a cabo redadas a varias propiedades en la ciudad de Manila, donde incautaron millones de dólares en cocaína, éxtasis y metanfetamina. Durante la operación, cuatro canadienses fueron arrestados, dos de los cuales eran miembros de grupos criminales de Columbia Británica vinculados con los Hells Angels y según informes habían usado sus contactos con carteles narcotraficantes mexicanos para importar cocaína.

La tormenta antes de la calma

Mientras que los lasos criminales entre los grupos de México y Canadá vienen de por lo menos veinte años atrás, la RCMP afirmó en su informe de 2012 que los grupos canadienses estaban buscando aumentar su parte de las ganancias negociando directamente con los carteles mexicanos.El Departamento de Estado de Estados Unidos a través de su Informe Internacional de Estrategias de Control de Narcóticos de 2013 (INCSR por sus siglas en inglés) apoya esta información, y afirma que a pesar de que Estados Unidos continua siendo el principal punto de transporte de la cocaína traficada a Canadá, patrones de tráfico recientes indicaron que los traficantes estaban transportando cocaína cada vez más directamente al país del norte.

Esta estrategia inicialmente llegó a un alto precio para algunos narcotraficantes canadienses. Wilson dijo a InSight Crime que la banda United Nations y los Hells Angels enviaban operarios de bajo nivel o personas que habían perdido sus favores para manejar los negocios en México, lo que ayudó a producir una cadena de asesinatos entre 2008 y 2012.

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Sin embargo, al parecer las cosas han cambiado. El asesinato de Salih Abdulaziz Sahbaz, quien era presuntamente el contacto principal de la banda United Nations con los carteles mexicanos, parece haber sido el último homicidio de un narcotraficante canadiense ordenado por un cartel mexicano. Se cree que Sahbaz estaba pagando una deuda de la pérdida de un cargamento de cocaína cuando recibió nueve disparos en Culiacán, Sinaloa, en enero de 2012.

A su muerte le siguieron los asesinatos de otros dos canadienses con vínculos criminales: Thomas Gisby, cabeza del grupo criminal Gibsy, asesinado en un Starbucks de Nuevo Vallarta en abril de 2012, y Moreno Gallo, un antiguo asociado de la mafia Rizzuto de Montreal, asesinado en diciembre de 2013. Sin embargo, las circunstancias de ambos casos indican que los asesinatos pudieron haber sido ordenados por grupos rivales canadienses y no por carteles mexicanos, en parte porque los dos hombres habían tenido problemas antes de sus muertes en Canadá. Esto significa que han pasado dos años y medio sin ningún bandido canadiense visto como un objetivo por un cartel mexicano.

Wilson dijo a InSight Crime que él creía que la falta de asesinatos con narcotraficantes canadienses como objetivo en México en los años recientes –junto con el aumento del tráfico de cocaína hacia Australia- indica que los grupos canadienses han aprendido cómo lidiar con los carteles narcotraficantes de México y han solidificado su cadena de suministro.

“Cuando los mafiosos canadienses estaban siendo asesinados en México lo estaban haciendo mal”, dijo a InSight Crime. “Si nosotros podemos decir ahora que ha pasado un año, que no ha habido una escases de cocaína en Canadá […] luego en el transcurso del año pasado aquellos individuos han ganado experiencia. Las cosas han estado muy quietas en el último año en términos de mafiosos canadienses saliendo heridos de México y para mí eso es un indicador de que el negocio va bien.”

La conexión Canadá-México

Según Walter McKay, un antiguo oficial de la policía de Columbia Británica quien ha trabajado como un consultor de seguridad en México, los narcotraficantes canadienses tienen vínculos con sus contrapartes de México desde por lo menos principios de los noventas. Walter dijo a InSight Crime que los grupos que trabajaron con carteles mexicanos incluían a los Hells Angels, la banda United Nations, y otros grupos criminales de Columbia Británica conocidos como Red Scorpions.

Del lado mexicano, Wilson cree que los grupos narcotraficantes canadienses hacen negocios principalmente con el Cartel de Sinaloa, una afirmación que es apoyada por la ubicación de los asesinatos de los narcotraficantes canadienses, la mayoría de los cuales fueron asesinados en áreas donde el Cartel de Sinaloa tiene una presencia significativa.

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Los grupos narcotraficantes de Canadá manejan rangos desde de pandillas callejeras como los Red Scorpions, hasta operaciones altamente sofisticadas como la que llevó a cabo Jimmy Cournoyer, quien fue sentenciado recientemente a 27 años en prisión. Cournoyer, también conocido como el “Rey de la Marihuana”, trabajó con el Cartel de Sinaloa, los Hells Angels, la mafia de Rizzuto, y la familia criminal de Nueva York, Bonanno, para traficar éxtasis y marihuana a Nueva York desde Canadá, y cocaína desde México. En total, Cournoyer traficó un estimado de 109 toneladas de marihuana a Estados Unidos.

Mientras que las operaciones de Cournoyer estaban basadas en Montreal, la mayoría de los grupos narcotraficantes de Canadá vinculados con los carteles mexicanos operan fuera de Columbia Británica.

Según McKay, los grupos de Columbia Británica están más involucrados en el comercio trasnacional de drogas por el puerto de Vancouver, el cual recibe cargamentos de alrededor del mundo, y porque la línea costera de la provincia es extremadamente difícil de patrullar. Él dijo a InSight Crime que gran parte de las drogas traficadas desde México van a través de rutas marítimas, con drogas camufladas en embarcaciones pesqueras al área de la costa de Columbia Británica que luego son llevadas a tierra en embarcaciones más pequeñas como lanchas rápidas o canoas.

Columbia Británica también cultiva una gran porción de la marihuana del país, la cual probablemente facilitó el surgimiento de grupos narcotraficantes que desde entonces se han expandido a la cocaína, heroína, y otros narcóticos. En 2001, la agencia de crimen organizado de Columbia Británica estimó que los grupos criminales –opuesto a los cultivadores independientes- controlaban 85 por ciento del comercio de marihuana de la provincia (pdf).

Además de las rutas marítimas de Columbia Británica, Wilson afirmó que la cocaína también es traficada por tierra a través de Estados Unidos. “La frontera entre Estados Unidos y Canadá es la mayor frontera menos defendida del mundo”, dijo a InSight Crime. “Es muy fácil cruzar ilegalmente. Si quisieras traer cocaína a Canadá desde México –asumiendo que ya sabe cómo llevarla a Estados Unidos- realmente no es difícil”.

Por lo menos, no si se aprenden las reglas del comercio en México, donde los grupos canadienses parecen haber entendido.