Las autoridades que incautaron varias toneladas de marihuana han señalado que quizá pertenecían al Sexto Frente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo cual indica que esta facción del grupo guerrillero está fuertemente involucrada en el tráfico de esta droga, así como en el de la cocaína, a pesar de la reciente pérdida de líderes y de las conversaciones de paz en curso.

El 30 de marzo, autoridades colombianas anunciaron la incautación de 4,1 toneladas de marihuana pertenecientes al Sexto Frente de las FARC, informó El Espectador. Según AFP, miembros de las fuerzas de seguridad colombianas confiscaron el cargamento de drogas ilegales en el municipio de Corinto, departamento del Cauca, al suroeste del país.

Se determinó que trescientos sesenta kilos de la marihuana incautada eran “creepy” (“cripa” en español), una potente variedad que es más cara que los tipos comunes de este alucinógeno. El departamento de Cauca es el epicentro de la producción de cripa en Colombia y es también la base de operaciones del Sexto Frente de las FARC. Cauca es uno de los corredores de tráfico de drogas más estratégicos de las FARC, y la incursión de otros grupos armados ilegales en la región ha generado altos niveles de violencia en los últimos años.

Cómo el Sexto Frente llegó a monopolizar el mercado de marihuana

El Sexto Frente es liderado por la legendaria figura Miguel Ángel Pascuas Santos, alias “Sargento Pascuas”, uno de los pocos fundadores de las FARC, en los años sesenta, que aún sobreviven. Bajo la dirección de Sargento Pascuas, el Sexto Frente se convirtió en una de las más belicosas divisiones de las FARC. La policía ha acusado a este frente de al menos 85 actos de terrorismo contra la población civil y las fuerzas de seguridad colombianas.

Si bien las FARC son bastante conocidas por su participación en el tráfico de cocaína en Colombia, durante años el Sexto Frente se ha beneficiado de la marihuana. En 2011, varios expertos afirmaron que las FARC se habían convertido en los mayores traficantes de marihuana en Colombia, gracias en gran parte al Sexto Frente.

 

Sea que las FARC inicien un nuevo capítulo en su historia y se conviertan en una entidad política reconocida, o que decidan permanecer como un grupo guerrillero, en cualquier caso van a necesitar bastante dinero.

En 2013, información de inteligencia proveniente de elementos desmovilizados de las FARC llevó a suponer que el frente había intensificado sus operaciones cultivando y vendiendo marihuana directamente. Ese año, las autoridades descubrieron seis plantaciones de marihuana pertenecientes al Sexto Frente en la misma ciudad donde las fuerzas de seguridad realizaron la reciente incautación de cuatro toneladas.

Es probable que gran parte de la producción del Sexto Frente esté destinada al creciente mercado interno de drogas colombiano, que consume el 70 por ciento de toda la marihuana producida en el país. Sin embargo, parte de esta marihuana (muy probablemente de variedad cripa) al parecer también está destinada a Venezuela y Ecuador, así como a la ciudad puerto de Buenaventura, desde donde se podría exportar a casi cualquier lugar del mundo.

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Aparentemente el Sexto Frente ha intercambiado armas por drogas con la organización criminal Los Rastrojos, y la generación de grupos narcotraficantes, las Bacrim (de “bandas criminales”), son quizá los principales compradores de marihuana de las FARC. Sin embargo, no es claro si el Sexto Frente se ha involucrado en otras actividades en la cadena de suministro de drogas, como el transporte o lo exportación, lo cual aumentaría significativamente sus ganancias.

Las fuerzas de seguridad colombianas le han propinado al Sexto Frente una serie de golpes en años recientes, particularmente el asesinato del exdirigente interino del frente, “El Burro”, y del tercero al mando, “Jamito”, en 2013. Dado que el Sargento Pascuas se encuentra en Cuba participando en las conversaciones de paz con el gobierno, es posible que el Sexto Frente esté atravesando por una crisis de liderazgo. No obstante, la reciente incautación de varias toneladas sugiere que el Sexto Frente sigue siendo un actor importante en el comercio de marihuana en Colombia.

El Sexto Frente hace parte del Comando Conjunto de Occidente, dirigido por Jorge Torres Victoria, alias “Pablo Catatumbo”, uno de los principales negociadores del grupo subversivo en La Habana. Este bloque opera en los departamentos de Cauca, Nariño y Valle del Cauca, en la costa Pacífica, donde tiene acceso a densas áreas de cultivos de coca y está presuntamente involucrado en el tráfico de cocaína, heroína y marihuana.

A medida que las perspectivas de paz se aproximan, resurge el tema de la actividades delictivas

Una investigación especial de InSight Crime en 2013 demostró que el Comando Conjunto de Occidente es uno de los bloques más propensos a seguir cometiendo actos criminales en caso de que las FARC lleguen a un acuerdo de paz con el gobierno. Es probable que algunos elementos insurgentes continúen realizando actividades delictivas durante o después del proceso de desmovilización, debido a los altos beneficios del narcotráfico y la minería ilegal.

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Sin embargo, gran parte de esta decisión depende del comandante superior del Sexto Frente, Sargento Pascuas. En tanto uno de los más experimentados líderes de las FARC, Pascuas ejerce gran influencia, y su aprobación de un futuro acuerdo de paz sería un contrapeso significativo frente a los miembros que están a favor de la actividad criminal. Si él no da su aprobación, podría aumentar considerablemente la posibilidad de que una facción en el Cauca se separe de las FARC en un escenario de posconflicto.

Cabe destacar que la participación permanente del Sexto Frente en el tráfico de marihuana ofrece pocos indicios acerca de qué tanto esta facción se inclina hacia la actividad criminal. Como InSight Crime lo ha señalado anteriormente, las FARC pueden estar buscando maximizar sus beneficios antes de que se firme un acuerdo de paz, después de lo cual ya no podrían contar con el narcotráfico como fuente de ingresos. Si no se llega a ningún acuerdo de paz, las FARC buscarán asegurarse de que todavía tengan acceso a fuentes de ingresos delictivos para financiar su conflicto armado. Sea que las FARC inicien un nuevo capítulo en su historia y se conviertan en una entidad política reconocida, o que decidan permanecer como un grupo guerrillero, en cualquier caso van a necesitar bastante dinero.

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