Las autoridades mexicanas han dado a conocer un nuevo informe sobre el secuestro, en donde se detalla la creciente dependencia de las bandas de narcotráfico en tal actividad.
Según lo divulgado por Proceso, y otros medios de comunicación, la Policía Federal identifica a los Zetas, al Cartel del Golfo y a la Familia Michoacana, como las organizaciones criminales que realizan secuestros en el país:
“De la parte norte del país, el estado donde hay más secuestros es Tamaulipas. En Tamaulipas operan células del cartel del Golfo y de Los Zetas. Esas personas trabajan de la misma forma en el sur del país, como en el caso de los estados de Veracruz, Tabasco y Chiapas”, señaló Armando Espinosa de Benito, jefe de la División de Investigación de la PF.
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“Los secuestradores generalmente simulan ser ciudadanos de bien, con un trabajo, padres de familia o esposos; en el caso de las mujeres, algunas embarazadas y hasta con niños. En el domicilio donde viven aparentan ser una familia más, pero ese lugar puede ser una casa de seguridad”, puntualizó Espinosa.
“Estamos viendo que también en Zacatecas operan grupos pertenecientes al cártel de Los Zetas, mientras que en Michoacán, manda La Familia”, explicó.
El informe sale a la luz pública justo cuando hay un aumento en la prevalencia del fenómeno del secuestro en México. En 2007, el primer año de gobierno del Presidente Calderón, el SNSP -Sistema Nacional de Seguridad Pública– registró 438 secuestros. Para 2008, la cifra aumentó en más de un 100 por ciento, registrándose 907 secuestros. En 2009, 2010 y 2011, el número de secuestros registrados es de 1.162, 1.236 y 1.327, respectivamente. Es decir, el número de secuestros denunciados, se ha triplicado durante el gobierno de Calderón.
Se estima que el número real es 10 o 15 veces mayor, debido a que a menudo las víctimas no denuncian sus casos. El aumento en la cifra de denuncias, se explica en el aumento del número total de secuestros. Esto significa que el delito ha crecido a medida que las organizaciones criminales más conocidas en el país, se han involucrado más en la práctica.
El secuestro ha sido durante mucho tiempo, uno de los delitos que más ha preocupado a la sociedad mexicana. Algunas organizaciones, como la banda de Daniel Arizmendi, conocido por cortar la oreja de sus víctimas, y la banda los Petriciolet, relacionada con el asesinato del adolescente Fernando Martí, heredero de la cadena de tiendas deportivas Martí, en 2008. Así mismo, la ola de secuestros en México fue el tema de la película de 2004 “Hombre en Llamas”.
Las bandas de secuestradores especializadas, como las mencionadas anteriormente, han dejado de dominar durante los últimos años. Lo cual muestra la creciente participación de grupos del crimen organizado en el secuestro extorsivo. Un informe de la SSP -Secretaría de Seguridad Pública, publicado en diciembre de 2011, estima que el 30 por ciento de todos los secuestros en México están vinculados con bandas de narcotraficantes. Según el informe, el Cartel del Golfo y los Zetas fueron los responsables del 50 por ciento de aquellos secuestros, mientras los Caballeros Templarios y la Familia Michoacana, en conjunto, son responsables del 33 por ciento.
Los informes anecdóticos de que esbirros tanto de los Zetas como del Cartel del Golfo que participan en los secuestros son frecuentes. En uno de los casos más notorios, un ex portero de primera división de fútbol fue detenido por su presunta participación en una red de secuestradores ligada al Cartel del Golfo en la región noreste de México.
La motivación fundamental es simple: el dinero. Los ingresos por narcotráfico son gigantescos comparados con los del secuestro, pero esta actividad no es una pérdida de tiempo para un grupo criminal, porque puede servir como un valioso ingreso al momento que de las rutas de tráfico sean interrumpidas o los proveedores sean arrestados.
Según el analista Alejandro Hope, las autoridades mexicanas informaron recientemente, que el pago promedio de rescate de los secuestros es de aproximadamente US$50.000. Si el número real de secuestros, sobre pasa los 1.300 denunciados y alcanza la cifra estimada de 16.000, entonces los ingresos anuales por secuestro extorsivo son de US$800 millones. En ese sentido, si los traficantes de drogas ocupan el 30% de la industria, esto les implica ingresos anuales de US$240 millones por secuestro. Más que cálculos confiables, se trata de cifras aproximadas, y si hay cambios en el valor de cualquiera de las variables, el resultado final es significativamente diferente. En cualquier caso, US$ 240 millones es una cifra irrisoria comparada con los US$6.600 millones, que la Corporación RAND estima son la ganancia de los traficantes mexicanos por exportación de drogas a Estados Unidos.
Pero cientos de millones de dólares no es una suma insulsa, y es más significativa, si se tiene en cuenta que la dependencia de ese crimen varía de organización a organización, de región a región. El secuestro puede ser una actividad secundaria para las organizaciones de narcotráfico, pero muy es un crimen muy lucrativo y perjudicial.