Una serie de testimonios anónimos de pandilleros de Barrio 18, tomados por la Fiscalía General de El Salvador, revela las entrañas de la estructura, las operaciones y las reglas de la pandilla.

Los testimonios provienen de cuatro “criteriados” (testigos protegidos), cuyas identidades se mantienen ocultas por su seguridad. Ellos hacen parte de una acusación contra 68 miembros los niveles superiores de los “Revolucionarios”, una de las dos facciones de Barrio 18 en el país, por el asesinato de un compañero pandillero y de un policía, así como por otros cargos.

Barrio 18 es una de las dos pandillas más grandes de El Salvador. La otra, la Mara Salvatrucha (MS13), parece ser ligeramente más grande que Barrio 18, en términos del número de miembros. Barrio 18 es conocida como la más violenta y menos sofisticada de los dos.

Aun así, la pandilla tiene una jerarquía, que es descrita en los testimonios. En la parte superior están los líderes de la pandilla, o “palabreros”, que se encuentran en el sistema carcelario. En el caso de El Salvador, la prisión donde se encuentran la mayoría de ellos está en el municipio de Izalco, en el departamento de Sonsonate. Sin embargo, al menos uno de estos líderes fue trasladado a una prisión de máxima seguridad recientemente, después de que el gobierno decidiera oficialmente dejar de facilitar una tregua entre Barrio 18 y su pandilla rival la MS13.

Desde la prisión, los palabreros “coordinan todas las actividades delictivas de la banda”, según los testimonios recogidos por la Fiscalía General (la cual no ofrece una transcripción de las declaraciones de los pandilleros, sino más bien un resumen, y aunque les asigna códigos a los testigos, al comienzo del documento no especifica cuál de ellos da el testimonio consignado en el documento).

Las jerarquías en Barrio 18

  1. “Palabreros” en el sistema penitenciario: éstos coordinan todas las actividades criminales. Los palabreros mantienen un cuaderno en el que registran todas las finanzas, los homicidios, las drogas y las armas.
  2. “Palabreros” fuera del sistema penitenciario, es decir, “en la libre”.
  3. Líderes de las “canchas”. Una cancha es una división territorial que no necesariamente se basa en delineaciones municipales. Cada cancha tiene varias “tribus”.
  4. Líderes de las “tribus”. Según un estudio, se cree que hay 28 “tribus” de Barrio 18 en El Salvador. Cada jefe de tribu puede tener bajo su responsabilidad decenas o quizá cientos de miembros.

  5. Colaboradores: Se trata de personas que no son o nunca serán miembros de las pandillas. Ayudan a la pandilla con pequeños trabajos, como reunir inteligencia o transportar o almacenar bienes ilícitos

Uno de estos palabreros tiene la “libreta” en la que se mantienen los registros de las actividades de la pandilla, como homicidios, dinero recaudado de extorsiones, drogas vendidas, armas obtenidas y el dinero que tiene el grupo.

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“Para todo lo que los otros líderes [en la calle] van a hacer, piden permiso”, indica el documento. “Homicidios, extorsiones, desaparición de personas; allí [en la cárcel] dan el visto bueno para presionar a las familias de los testigos protegidos y a veces dan el visto bueno para matarlos; son los únicos que pueden autorizar ataques contra la policía”.

El Faro, un medio virtual de El Salvador que también obtuvo el documento y da fe de su veracidad, dice que esto es coherente con su investigación sobre las pandillas.

Desde abril de 2014, los Revolucionarios han participado en numerosos enfrentamientos con la policía. Decenas de pandilleros han sido abatidos en combate y también han muerto por disparos más de 40 policías, muchos de ellos mientras estaban fuera de servicio.

Esta forma de organización puede explicar la naturaleza caótica de Barrio 18 en comparación con su contraparte, la MS13.

La cárcel de Izalco es controlada por los Revolucionarios, ya que las autoridades salvadoreñas agrupan a los prisioneros por su afiliación con las pandillas. Es en esta prisión donde se encuentran los implicados en el caso del presunto asesinato de Mardoqueo Adalberto Hernández Acevedo, alias el “Boxeador”, porque supuestamente se había convertido en informante.

Uno de los testigos describió que fue a tomar un café y vio a varios pandilleros sosteniendo a Hernández por piernas y brazos en una de las celdas. Aquello debió haber sido difícil, puesto que Hernández entrenó en defensa personal a muchos de los pandilleros en la cárcel, y de ahí su apodo. Pero otro testigo dice que Hernández simplemente sucumbió a su destino.

Cuando el que fue a tomar café regresó, el Boxeador ya estaba muerto, dijo el testigo. (Vea otra narración de este asesinato en El Faro). No está claro cómo murió, pero más tarde sus presuntos asesinos pusieron una soga alrededor de su cuello y colgaron su cuerpo de las vigas de la prisión, con el fin de engañar a las autoridades haciéndoles creer que se había suicidado.

Por debajo de los palabreros presos están los palabreros en las calles, o “en la libre”, como suelen decir en su jerga. Los Revolucionarios tienen al menos tres dirigentes “en la libre” en todo El Salvador, según los testigos. Estos líderes son responsables de llevar a cabo las órdenes que emanan de la cárcel, como organizar el sistema de extorsiones y coordinar homicidios.

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Por debajo de estos palabreros están los jefes de lo que Barrio 18 llama “canchas”. Luis Amaya, experto en pandillas salvadoreñas entrevistado por InSight Crime, dijo que estas divisiones fueron utilizadas para delimitar un espacio territorial grande, pero que no tenían ninguna conexión con las fronteras políticas del país. En otras palabras, estas divisiones no se basan en delimitaciones municipales sino que son más bien topográficas, dijo Amaya, refiriéndose a ríos, montañas y otras fronteras geográficas naturales.

Cada cancha tiene lo que se llaman “tribus”. Una tribu es una forma de llamar lo que parece ser una célula bastante grande de la pandilla, dijo Amaya.

Cada “clica” puede tener una docena de miembros, pero cada líder de tribu, por ejemplo, tendría a su cargo decenas y quizá cientos de miembros.

Esta forma de organización puede explicar la naturaleza caótica de Barrio 18 en comparación con su contraparte, la MS13. En un trabajo académico publicado por la Universidad Francisco Gavidia en 2012, Amaya y otro investigador, Juan José Martínez, citan estadísticas de la policía que señalan que en todo El Salvador había 28 tribus, en comparación con 246 de las denominadas “clicas” de su rival, la MS13.

Dado que cada una de estas pandillas tiene miles de miembros, parecería que la MS13 tiene una estructura mucho más cerrada y coordinada, dijo Amaya. Cada clica puede tener una docena de miembros, pero cada líder de tribu, por ejemplo, tendría a su cargo decenas y quizá cientos de miembros, lo cual daría como resultado numerosos cabecillas de facto entre las tropas.

Finalmente, Barrio 18 tiene “colaboradores”, los cuales no son o nunca serán miembros, pero le ayudan a la pandilla a reunir inteligencia, transportar o guardar bienes ilícitos y realizar otros trabajos menores.

Todos los miembros de la pandilla deben seguir las reglas establecidas por los palabreros en las cárceles, dijeron los testigos.

Reglas de la pandilla Barrio 18

  • Asistir a las reuniones y respetarlas
  • Decir la verdad en las reuniones
  • Respetar a los “palabreros”
  • Ser un buen ejemplo para los miembros recientemente iniciados
  • No deambular borracho ni dormir en las calles
  • Respetar a los familiares de los pandilleros, incluyendo a sus novias
  • No consumir crack, ni siquiera el tipo recubierto con disolvente de pintura
  • Pelear con el enemigo, no entre ellos mismos
  • No mencionar “las letras” [las de la pandilla rival MS13]
  • No utilizar bandanas ni gorras de color rojo [color de la pandilla rival]
  • Conseguir armas para la pandilla
  • Vengar a los miembros que han muerto por la causa
  • No abandonar a ningún miembro
  • No pintar grafitis en color rojo
  • No hablar de asuntos de la pandilla en presencia de extraños
  • Los miembros que deseen tatuarse sus caras deben pedir permiso
  • Llevar a cabo “una misión” antes de iniciarse [recibir golpes de cuatro integrantes durante 18 segundos mientras otro cuenta]
  • No permitir mujeres en la pandilla [desde el año 2000].
  • No violar
  • No soplar
  • No hablar mal de los camaradas

Hay diversos castigos según la violación de las diferentes reglas. Por ejemplo, un testigo dice que estas acciones se castigan con la muerte: abandonar a un compañero durante una pelea, soplar y violar. Otras transgresiones se pagan con golpes que pueden durar 18 o 36 segundos, o sin conteo.

Con el fin de delimitar su territorio, la pandilla lo marca con grafitis, dijo un testigo. Estos son algunos de los símbolos: XVIII, BEST, 8P y 187. Según el testigo, BEST se refiere a seguir las órdenes; 8P significa que han matado a un policía en esa zona; 187 significa que Barrio 18 está “matando” siete días a la semana.

Los tatuajes son también una característica prominente en la cultura de Barrio 18. Uno de ellos, DC8, es una referencia a la “AD” bíblica, o, como lo describió el testigo, “después de Cristo está Barrio 18”. Otro tatuaje, X8, hace referencia a la lealtad absoluta a la pandilla.

Steven Dudley is the co-founder and co-director of InSight Crime and a senior research fellow at American University’s Center for Latin American and Latino Studies in Washington, DC. In 2020, Dudley...

9 respuestas a “Una mirada al interior de Barrio 18 en El Salvador”