Las autoridades de Bélgica han detenido a un alto exfuncionario antinarcóticos que, según ellas afirman, está siendo investigado por presunta implicación con una red que ocultó 11,5 toneladas de cocaína en un cargamento enviado desde Guyana al puerto de Amberes —un caso que demuestra que la corrupción policial es crucial para llevar grandes cantidades de droga a Europa—.

El 27 de octubre, mediante un tuit y un comunicado de prensa, la policía belga anunció que había descubierto 11,5 toneladas métricas de cocaína en uno de los cinco contenedores de chatarra inspeccionados que llegaron al puerto de Amberes provenientes de Guyana, cargamento cuyo valor al por mayor se estima en US$530 millones. Según el sitio de noticias VRT, esta sería la mayor incautación de cocaína por fuera del continente americano registrada hasta el momento.

El descubrimiento se produjo después de una operación llevada a cabo en dos momentos diferentes, el 28 de septiembre y el 1 de octubre, según un comunicado de prensa del Ministerio Público de Bélgica. Informes de De Standaard señalan que durante la operación fueron arrestados el exdirector de la Gendarmería de Bélgica, Willy Van Mechelen, y un sucesor de la familia Aquino, clan criminal belga-italiano, pero ninguno de los dos ha sido formalmente acusado por narcotráfico. La operación también permitió el arresto de más de una docena de personas, entre ellas tres agentes de policía.

El sitio web señala que los arrestos permitieron descubrir evidencia de que un gran cargamento de cocaína proveniente de Suramérica estaba en camino, lo que llevó a los investigadores a dar con la carga guyanesa.

La investigación en torno a esta red criminal comenzó en octubre de 2019, después de la incautación de 2.800 kilos de cocaína ocultos en un contenedor en Amberes y que iban rumbo a Maasmechelen, base del grupo criminal Aquino.

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La corrupción de los organismos policiales no es un tema nuevo en Bélgica. En 2018, el alcalde de Amberes, Bart de Wever, afirmó que la cantidad de tráfico de cocaína que ingresa por este puerto era tal que la corrupción de los políticos locales era inevitable. Y en 2019, una extensa investigación sobre drogas dio como resultado el arresto de dos agentes de policía y llevó a los servicios de seguridad a llamar la atención sobre la creciente infiltración de las bandas de narcotraficantes en los organismos de seguridad.

En ese entonces, Thierry Gillis, director de la Inspección General de Policía de Amberes, dijo en comunicación con De Staandard que: “la presión sobre los agentes de policía está aumentando […]. Los criminales tienen cada vez más sumas de dinero, y algunos agentes de policía no se resisten a esa tentación”.

Los puertos europeos han hecho históricas incautaciones de cocaína en los últimos años, particularmente en Amberes, que, como principal puerto de entrada de drogas a Europa, incautó un récord de 61,8 toneladas métricas de cocaína en 2019. La más reciente confiscación eleva la cantidad de cocaína incautada en 2020 a más de 50 toneladas métricas, cifra que se acerca al récord de 2019.

Análisis de InSight Crime

El actual auge del suministro de cocaína suramericana y la demanda europea de drogas, junto con el aumento de la seguridad en los principales puertos europeos, indican que ha aumentado el papel de los funcionarios de aduanas, las autoridades portuarias y la policía.

Si bien la participación de un alto funcionario de Europa llama la atención, Van Mechelen, exdirector de la división antinarcóticos de la Gendarmería de Bélgica, ha sido arrestado en el pasado. Fue acusado de tráfico de drogas en 2001, el mismo año en que la Gendarmería fue abolida.

Resulta más llamativo el arresto de tres agentes de policía en funciones, pues es más representativo de las tendencias actuales. Para los narcotraficantes, el puerto de Amberes se ha vuelto más conveniente que el de Róterdam, dado que el primero es menos automatizado (en comparación con los de Róterdam o Hamburgo), y los trabajadores humanos pueden ser fácilmente corruptibles. Según De Volkskrant, los trabajadores cooptados en Amberes asumen grandes riesgos, pero pueden ganar entre 75.000 y 125.000 euros (entre US$85.000 y 142.000) por cargamento de drogas que ayuden a pasar.

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Los agentes de policía corruptos representan un serio obstáculo para los esfuerzos de la institución, como el “Stroomplan” (“Plan de flujo”), lanzado en febrero de 2018 en Amberes para ayudar a coordinar la policía local y federal con las autoridades en las operaciones antinarcóticos. Un año antes de eso, el jefe de la Policía Judicial Federal de Amberes advirtió a la prensa que las redes criminales podrían infiltrarse en posiciones clave dentro de las instituciones empresariales, aduaneras, policiales y judiciales.

No hay claridad en torno a la manera como se va a solucionar este tipo de colusión. Un informe de 2020 del organismo anticorrupción del Consejo de Europa recomienda aumentar los inadecuados niveles de financiación de las unidades federales de lucha contra la corrupción y aplicar “controles de integridad” durante las carreras de los agentes policiales, especialmente cuando estos son contratados para determinados puestos clave, como en la lucha contra el narcotráfico.

Sin embargo, en países que ya han aplicado tales recomendaciones, como los Países Bajos, se han encontrado problemas similares, donde hace solo unas semanas una investigación anticorrupción condujo al arresto de un exagente de policía relacionado con una red de tráfico de cocaína a la que le entregó información sobre contenedores en el puerto de Róterdam.