Un cargamento de casi dos toneladas de cocaína interceptadas en un pueblo costero de Perú, que iba con destino a los Países Bajos, supuestamente provenía de dos regiones cocaleras distintas del país, lo que indica que la pandilla peruana responsable del cargamento estaba negociando con clanes que tradicionalmente han operado por separado.

Los 1.881 kilogramos de cocaína, empaquetados en 43 bolsas, fueron incautados a finales de junio en la ciudad costera de Máncora, en el noroeste del país. La droga iba a ser trasladada por una lancha rápida hasta otra embarcación en alta mar, según informó el medio de comunicación peruano La República. La cocaína tenía como destino la ciudad portuaria de Róterdam.

La incautación hizo parte de una operación mayor en la que las autoridades arrestaron al líder de la pandilla, Jorge Enrique Bazán Aguilar, alias “Gordo Tobi”, el presunto autor intelectual del cargamento de drogas.

Tres hombres lograron escapar de la redada antidrogas, incluido el conductor de la lancha rápida.

También se allanó una propiedad en una playa de Máncora, conocida como Las Pocitas, que había sido utilizada para almacenar y empacar cocaína. Allí, las autoridades detuvieron a cuatro miembros de la pandilla de Gordo Tobi, incluido un ciudadano venezolano, y confiscaron un automóvil y cuatro motos acuáticas.

VEA TAMBIÉN: Cobertura sobre Perú

Bazán Aguilar ya ha enfrentado acusaciones criminales previamente, entre ellas la de haber asesinado a dos miembros de su pandilla. Además, estuvo presuntamente involucrado en el asesinato de un empresario coreano y el secuestro de un líder de la pandilla Primer Comando Capital (Primeiro Comando da Capital – PCC).

Fue detenido por primera vez en diciembre de 2012 en Máncora. Pero luego un tribunal le otorgó la libertad, bajo el argumento de que no había pruebas suficientes de que fuera el autor de los delitos de robo agravado y asesinato.

Según se ha informado, al momento de la redada las autoridades habían estado rastreando las operaciones de tráfico de drogas de Gordo Tobi durante más de un año, interviniendo unas 30 líneas telefónicas, recopilando grabaciones de video y siguiendo a los miembros del grupo.

Análisis de InSight Crime

Si bien Perú ha sido utilizado durante mucho tiempo como punto de salida de los cargamentos de cocaína por vía marítima, la incautación en Máncora llama la atención por dos razones: la cocaína se produjo en dos regiones distantes y su exportación fue controlada por una sola pandilla peruana.

La República informó que parte de la cocaína procedía de Huallaga, una región cocalera en el norte del país, mientras que otra parte provenía del Valle de los Ríos Apurímac, Ene, Mantaro y Urubamba (VRAEM), una región amazónica en el sureste de Perú donde se produce la mayor parte de la cocaína del país andino. El hecho de que la cocaína provenga de estas dos regiones, separadas unos 1.350 kilómetros entre sí, es inusual.

Durante mucho tiempo, diversos clanes familiares pequeños de las regiones del VRAEM y Huallaga han estado a cargo del suministro de cocaína y el transporte de la droga hacia la capital y las fronteras del país. Los guerrilleros pertenecientes a Sendero Luminoso (o Militarizado Partido Comunista de Perú, MPCP) también han proporcionado seguridad para los cultivos.

Por su parte, hay grupos criminales transnacionales, incluidos carteles mexicanos y colombianos, que tradicionalmente han controlado las exportaciones marítimas de cocaína provenientes de Perú. Los buques de carga en los puertos peruanos de Callao y Piura han servido durante mucho tiempo como plataformas de lanzamiento de los cargamentos de drogas que se dirigen al norte; por otra parte, recientemente grupos mafiosos serbios se han involucrado en el movimiento de cocaína hacia Europa.

En los últimos años ha habido indicios de que los clanes familiares peruanos han estado intentando expandirse y evadir a los intermediarios extranjeros. Quizá fue eso precisamente lo que estuvo haciendo la pandilla de Gordo Tobi. O quizá el líder de la pandilla vio la oportunidad de conformar su propia red de tráfico de cocaína peruana hacia Europa.