Tortugas, iguanas y guacamayas son traficadas por el puerto de Cartagena, en Colombia, pese a que la ciudad ha tomado algunas medidas para combatir el tráfico de vida silvestre.
A comienzos de abril, la autoridad ambiental de Cartagena realizó una serie de operativos, en los que se decomisaron animales extraídos ilegalmente en toda la ciudad. Se recuperó un gran número de serpientes, cocodrilos y aves exóticas, así como docenas de piezas de joyería adornadas con partes de vida marina amenazada, como tiburones y tortugas marinas.
A comienzos de marzo, los decomisos de guacamayas, monos y un cargamento de carne de tortuga demostraron la incesante variedad de opciones que se ofrece a los consumidores en los mercados ilícitos de Cartagena.
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Junto con Bogotá, la ciudad es un importante destino para el tráfico de vida silvestre que aprovecha los megadiversos ecosistemas colombianos.
Aves y reptiles siguen siendo las mercancías más codiciadas en Cartagena. Específicamente, las tortugas hicoteas y las aves cantoras parecen ser las más apetecidas, a juzgar por el número de decomisos. Las primeras son cotizadas por su carne y las segundas se venden a elevado precio como mascotas para consumidores extranjeros.
Esos decomisos pueden augurar un repunte en la importancia indisputada de la ciudad como centro regional de tráfico de especies. El total recuperado en 2021 superó los 700 ejemplares decomisados en Cartagena, según el medio informativo Caracol.
En enero, una investigación de National Geographic también señaló a Cartagena como punto de salida del creciente tráfico de osos perezosos en Colombia.
La ubicación de la ciudad sobre la costa Caribe, al ser uno de los puertos de mayor calado del país, y su constante afluencia de turistas, hacen de la ciudad un escenario de operaciones conveniente para el tráfico de vida silvestre y para los compradores de la preciosa mercancía ilegal.
En el mercado de Bazurto en particular, son comunes los decomisos de fauna extraída ilegalmente. El célebre mercado es un lugar muy turístico, y allí puede verse a los traficantes ofreciendo aves exóticas, carne de tortuga y artesanías hechas de especies protegidas.
Análisis de InSight Crime
En su posición como nexo entre el turismo, el comercio internacional y la costa Caribe colombiana, Cartagena ha tenido por décadas un floreciente mercado de tráfico de vida silvestre. Sin embargo, la ciudad ha tomado varias medidas para dar un giro a ese estado de cosas.
A comienzos de abril, Cartagena fue sede de la Segunda Conferencia de Alto Nivel de las Américas sobre el Comercio Ilegal de Vida Silvestre. Durante los dos días del evento se buscó motivar al sector privado a participar en la lucha contra este tráfico que atenta contra la biodiversidad.
Un resultado notable fue el compromiso de la Sociedad Aeroportuaria de la Costa de cero tolerancia en adelante hacia el transporte de vida silvestre. Esto sumó a los aeropuertos de Cartagena y Medellín al grupo de actores que trabajan para reducir el tráfico de vida silvestre en Colombia hacia el exterior.
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Contener el tráfico ha sido una meta evasiva para las autoridades, pero sigue siendo una prioridad.
Más allá de las medidas punitivas, la ciudad mantiene un centro de rehabilitación que evalúa y alberga los animales rescatados del mercado negro para su eventual liberación en la selva, de ser posible.
El Centro de Atención y Valoración de Vida Silvestre recibió 2.140 especímenes en 2021 y comienzos de 2022. Las aves representan la proporción más grande, pero en la actualidad la afluencia de reptiles y mamíferos al centro está a punto de superar los números del año anterior.