La condena a Ismael Zambada-Imperial, hijo del máximo líder del Cartel de Sinaloa en Estados Unidos, puede llenar titulares pero no hace nada para atemperar la capacidad del grupo para introducir cocaína al país.

El 30 de abril, Ismael Zambada-Imperial, alias “Mayito Gordo”, oyó la sentencia que le impuso el juzgado del Distrito Sur de California por la importación de cocaína, heroína y marihuana de México a Estados Unidos. También acordó pagar US$ 5 millones en ganancias del narcotráfico y parece probable que reciba una larga sentencia de prisión.

Zambada-Imperial, hijo del capo del Cartel de Sinaloa Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, fue detenido en Culiacán, Sinaloa, en 2014, luego de que las autoridades mexicanas rastrearan sus movimientos debido a sus publicaciones frecuentes en las redes sociales, donde hacía extravagantes ostentaciones de riqueza.

Sus abogados buscaron impedir su extradición a Estados Unidos por todos los medios, pero al fin fue trasladado a San Diego, California, en diciembre de 2019.

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Según el comunicado del Departamento de Justicia, la detención y posterior condena de Zambada-Imperial ocurrieron en el marco de una investigación abierta en 2011 sobre el tráfico de narcóticos por parte del Cartel de Sinaloa a National City y Chula Vista, en California.

“Este caso hace parte de una investigación de varios años que, en total, ha generado cargos contra más de 125 personas y ha tenido impacto significativo en las operaciones globales del Cartel de Sinaloa”, dice el comunicado.

Este es el tercero de los hijos de Zambada García que se encuentra encarcelado en Estados Unidos por narcotráfico. Jesús Vicente Zambada Niebla, alias “El Vicentillo”, fue extraditado en 2010 y sentenciado a 15 años en 2019, luego de atestiguar en el juicio del capo de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”. Y Serafín Zambada Ortiz fue detenido en Nogales, Arizona, en 2013 pero logró una sentencia relativamente  indulgente de cinco años y fue liberado en 2018.

Análisis de InSight Crime

El panorama criminal para el Cartel de Sinaloa ha sufrido cambios drásticos desde 2014, cuando Zambada-Imperial fue capturado en Culiacán.

En primer lugar, desde la sentencia a cadena perpetua de El Chapo en Estados Unidos, no todo ha ido sobre ruedas en la jerarquía más alta del Cartel de Sinaloa. Aunque Zambada García ha mantenido el control global del grupo, parece haber una profunda división entre sus seguidores y los de los hijos de Guzmán Loera, conocidos como “Los Chapitos”. Han sido repetidos los brotes de violencia entre ambas facciones en el estado de Sinaloa, al parecer entre partidarios de ambas partes.

InSight Crime informó sobre la especulación de que los hijos de El Mayo, “Los Mayitos”, pudieran tomar las riendas del grupo. Pero no han mostrado la misma cohesión que los hijos de El Chapo. Ahora, con la condena a Zambada-Imperial, el último hijo, Ismael Zambada Sicairos, alias “Mayito Flaco”, no se ha dejado ver en mucho tiempo.

En contraste, ninguno de Los Chapitos está en prisión ni detenido.

Cuando uno de ellos, Ovidio Guzmán López, fue detenido fugazmente por el ejército mexicano en Culiacán en octubre de 2019, hombres armados ocuparon las calles, paralizaron la ciudad y forzaron su liberación.

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En segundo lugar, aunque el grupo criminal sigue siendo uno de los dos carteles más poderosos de México, su posición ha sido desafiada por el rápido y violento ascenso del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que ha hecho incursiones en gran parte del centro y el norte del país.

En años recientes, ambos grupos se han enfrentado en varios estados mexicanos. Esas disputas han ocurrido principalmente en estados limítrofes, en la frontera con Estados Unidos, o en estados del interior, por los que se trasiegan narcóticos, como ZacatecasSonoraNayaritBaja California y Chihuahua, además de Quintana Roo, sureste del país.

Aunque el Cartel de Sinaloa sigue bajo el mando de Zambada García, sus jefes locales tienen amplio poder de toma de decisiones, lo que dificulta estimar cuál ha sido el impacto global de esta violencia en el grupo.

Y aunque no cabe duda de que Zambada-Imperial fue un actor de peso en el Cartel de Sinaloa, siete años es un siglo en términos del crimen. Su condena es meritoria, pero significa poco para el grupo que hace rato lo dejó atrás.