Una serie de videos donde se ve a las disidencias del Frente 33 de las FARC patrullando en las calles de Tibú, Colombia, a plena luz del día, muestra como el grupo armado ha aumentado su control en el territorio donde la institucionalidad se ve cada vez más reducida.

El pasado 16 de julio, un video circuló en redes sociales donde se ve a un grupo de disidentes del Frente 33 de las FARC, o ex-FARC mafia, patrullando en las vías de Tibú, el municipio con más cultivos de coca de la subregión de Catatumbo en el departamento Norte de Santander.

En el video se ve cómo los miembros del grupo armado, cubriendo sus rostros, pero luciendo sus armas largas, detienen a los civiles que circulan por la vía y también a los vehículos que transitan por el sector.

Día antes, ya había circulado otro video donde se veía a miembros de la disidencia frente a la alcaldía del municipio. El líder del grupo de disidentes se dirigía a la población del municipio, explicando que estaban haciendo presencia en la zona para protegerlos a todos.

“(…) Hoy nos encontramos en el centro de Tibú, prestándole seguridad a todos los tibuyanos, somos fuerzas especiales de combate urbano del Frente 33 de las FARC-EP”, dijo ante la cámara uno de los disidentes.

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También, a comienzos de julio, el mismo grupo de disidencias fue grabado visitando bares y discotecas en la zona urbana de Tibú. En el video, el líder del grupo también se dirige a los civiles, explicando que están haciendo rondas de vigilancia para resguardarlos y protegerlos.

Aunque la presencia de las disidencias de las FARC en Tibú data desde el 2018, después de la firma del acuerdo de paz entre la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno nacional, el grupo operaba principalmente en la zona rural del municipio donde se encuentran los cultivos de coca y los laboratorios de procesamiento de cocaína, las principales fuentes de ingreso para este grupo criminal. 

Pero las disidencias no son el único grupo que ha decidido salir y pasearse por Tibú con tranquilidad. A inicios de julio miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) salieron hasta la zona urbana de Campo Dos, para asistir al sepelio a uno de sus miembros que resultó muerto en combates con el ejército.

Análisis de InSight Crime

Además de los recientes videos de las disidencias y otros grupos patrullando en Tibú a sus anchas a plena luz del día, en los últimos meses también se han evidenciado otras formas de control social que alerta sobre la situación que está viviendo Tibú por cuenta de los grupos armados.

Más allá de las patrullas, que según fuentes en terreno consultadas por InSight Crime son frecuentes desde finales de 2021, en los últimos meses también se han presentado diversos casos donde las disidencias del Frente 33 castigan a ladrones, abusadores o vendedores de droga. Los castigos van desde humillaciones en público hasta la muerte.

Pero estas formas de control social no son nuevas en Tibú o en la subregión de Catatumbo. Los grupos armados, incluida la extinta guerrilla de las FARC, buscaba ser la autoridad entre las comunidades, resolviendo disputas o manteniendo el territorio en orden.

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Y en la actualidad estas prácticas parecen obedecer a un intento de los grupos armados por mejorar la relación con la población civil y evitar generar repudio frente la comunidad.

Esto ocurre en medio de un contexto donde estos grupos se están fortaleciendo económica y militarmente, aprovechando las ventajas que ofrece Tibú y el Catatumbo en general, como lo son las rutas de salida de droga hacia Venezuela, las grandes extensiones de cultivos de coca; entre otras.

Tanto las disidencias del Frente 33 de las FARC como el ELN han hecho presencia en Tibú y en los demás municipios de Catatumbo por años y se han disputado el control del codiciado territorio a sangre y fuego con otros grupos como Los Urabeños y el Ejército Popular de Liberación (EPL) y la confrontación entre estos grupos, aunque pasa desapercibida por fuera del territorio, no ha disminuido en intensidad.