Se ha vuelto a poner al descubierto la presencia de minería ilegal de oro en tierras indígenas Yanomami, en Brasil, sembrando dudas sobre la efectividad de las operaciones destinadas a erradicar este delito durante el 2023.

En la primera acción del 2024 contra la minería ilegal en Roraima, efectivos de la Policía Federal de Brasil ingresaron a territorio indígena Yanomami este martes 16 de enero para llevar a cabo un operativo contra este delito, según reportaron varios medios locales. 

Tras no resultar en ninguna captura, los miembros de la policía encontraron un campamento minero abandonado con maquinaria y armamento dejado atrás por los criminales que emprendieron la huida. Tras la incautación del material, el cuerpo de seguridad procedió a la quema del campamento. 

El operativo se suma a una lista de acciones emprendidas desde el regreso de Luiz Inácio Lula da Silva, más conocido como Lula, a la presidencia de Brasil en enero de 2023 y que han tenido un foco especial en el territorio Yanomami. 

La reserva ha sido por décadas un botín para la minería ilegal, codiciada por sus depósitos de oro y las rutas fluviales que ayudan a transportar el mineral fuera de las minas.

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Lula había prometido en campaña poner un alto a la destrucción de la Amazonía, por lo que una vez en el poder, emprendió una campaña sin cuartel para expulsar a mineros ilegales –también llamados garimpeiros-– y grupos criminales de la zona. Esto obligó a que las operaciones mineras se trasladaran a países vecinos, como Venezuela y Guyana.

Sin embargo, el instantáneo éxito de su cruzada perdió impulso y, de acuerdo con los operativos recientes divulgados por la Policía Federal en el mes de diciembre, los garimpeiros han vuelto a operar en el territorio Yanomami.  

Análisis de InSight Crime

Las operaciones contra la minería ilegal en territorio Yanomami tuvieron un efecto positivo inmediato, pero se requerirá más que acciones armadas para acabar con la destrucción de las tierras Yanomami. 

La rápida disminución de sitios mineros en territorio Yanomami fue catalogado como un triunfo del enfoque de Lula. De acuerdo con datos de la Operación Liberación (Operação Libertação), un sistema satelital utilizado por la policía para monitorear la Amazonía brasileña, en abril y mayo de 2023, el sistema detectó 33 minas nuevas, frente a 538 durante el mismo período de 2022.

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Sin embargo, ni siquiera un año después de cumplirse el inicio de estos operativos, la minería ha vuelto a la zona y a la estrategia de Lula se le acaba la gasolina. 

“Cuando se baja toda la emergencia [en tierras Yanomami], los operativos se trasladan para otra parte, porque tenemos una Amazonía gigante con muchos problemas en distintas áreas”, dijo Melina Risso, directora de investigaciones del Instituto Igarapé, un centro de pensamiento brasileño dedicado a temas de desarrollo, seguridad y clima. 

“Y al reducir la fiscalización, los mineros ilegales vuelven a operar a esta zona enorme”, añadió.

En el pasado, InSight Crime se refirió a las debilidades de este enfoque militarista. Si bien sirve para reducir el rápido crecimiento de la minería, no ataca las condiciones sistemáticas de pobreza de quienes viven en estos territorios, empujándolos hacia esta actividad como único sustento económico. 

Esto, en territorio Yanomami, se ha visto agravado por la presencia creciente de grupos criminales como el Primer Comando de la Capital (Primeiro Comando da Capital, PCC), que estaría incrementando las presiones sobre comunidades indígenas e inyectando capital a las operaciones mineras. 

“Para lograr resultados sostenibles, hay que tener procesos de fiscalización [operativos de control] y presencia permanente en estos territorios”, agregó Risso.