La reciente captura de un capo “invisible”, con una larga trayectoria criminal, reveló el vínculo entre antiguos enemigos del conflicto armado en Colombia, que ahora trabajan juntos en interés del narcotráfico.
El 8 de febrero, la Policía Nacional de Colombia capturó a Mario Élber Garzón Escobar, alias “Mario Bros”, el principal articulador de Los Urabeños, –también conocidos como el Clan del Golfo o las Autodefensas Gaitanistas de Colombia– para temas de narcotráfico. Garzón, quien había logrado evadir a las autoridades por años gracias a su bajo perfil, fue arrestado en una lujosa finca en el departamento del Quindío, informó El Tiempo.
Este narcotraficante era el responsable de coordinar la salida de cargamentos de cocaína hacia Honduras y México, desde donde continuarían su camino hacia África y Europa. Además, era el encargado de contactar a otros grupos criminales para entablar relaciones de negocios, entre los cuales se encuentra un viejo enemigo de Los Urabeños: la Segunda Marquetalia, una de las facciones disidentes de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al mando de Luciano Marín Arango, alias «Iván Márquez».
Desde el 2008, Los Urabeños se han disputado el control del tráfico de drogas con varios grupos criminales, entre ellos las FARC. Incluso, después de la desmovilización de esta guerrilla en 2016, Los Urabeños, bajo el liderazgo de Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, quien fue capturado en octubre del año pasado, se involucraron en guerras territoriales con grupos disidentes de la extinta guerrilla, conocidos como las ex-FARC mafia.
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Sin embargo, la captura de Garzón Escobar parece indicar que las disputas ideológicas y criminales entre ambos grupos quedaron en el pasado. Como parte de las pruebas recolectadas en la investigación contra Mario Bros, la Fiscalía General de la Nación indicó que, en julio de 2019, este narcotraficante se habría reunido con un antiguo líder del grupo disidente, Henry Castellanos, alias “Romaña”, en el estado de Apure en Venezuela, para acordar respetarse las rutas de narcotráfico y apoyarse en la salida de la cocaína hacia el norte del continente.
Así, la estratégica alianza forjada por Garzón le garantizaría a Los Urabeños el envío de droga por zonas donde hace presencia la Segunda Marquetalia. Con el acuerdo, Los Urabeños anularon la necesidad de disputarse el territorio, no solo con la facción de las extintas FARC, sino también con otros grupos criminales que tienen mayor influencia en la frontera colombo-venezolana.
Análisis de InSight Crime
La captura de Mario Bros no solo es una prueba de que los narcos invisibles siguen siendo una pieza clave para el tráfico de drogas en la región, sino que además deja claras las intenciones de Los Urabeños de expandir su lista de socios criminales.
Los acuerdos entre Los Urabeños y la Segunda Marquetalia no fueron el primer éxito de Garzón, pues sus contactos criminales se remontan al Bloque Central Bolívar (BCB), una poderosa facción paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Según una fuente de la Oficina de Envigado contactada por InSight Crime, en el año 2006 el cabecilla de la estructura paramilitar, Carlos Mario Jiménez, alias “Macaco”, contactó al narco invisible Guillermo León Acevedo Giraldo, alias “Memo Fantasma”, para que financiara la expansión de las AUC a la región de los Llanos Orientales. Como resultado, un intermediario enviado por Memo entregó 4.000 millones de pesos ($1,773,851.65 dólares) destinados a la compra de 1.000 kilos de cocaína en esa zona. La persona designada para recibir y cumplir dicha misión fue Mario Bros.
Es poco lo que se conoció de este individuo, hasta el año 2014, cuando un juzgado penal de Medellín lo condenó por el delito de concierto para delinquir. Sin embargo, por este proceso Garzón Escobar quedó en libertad en 2017. Dos años después, su bajo perfil y contactos estratégicos lo convirtieron en la pieza ideal para manejar las relaciones de Los Urabeños con otros grupos criminales.
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Además la relación de Los Urabeños con la Segunda Marquetalia va más allá de la frontera con Venezuela. A mediados del 2021, se conoció que una estructura de este grupo conocida como Cordillera Sur, y la Segunda Marquetalia, se enfrentaron al Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Nariño y Cauca, con miras a controlar la salida del clorhidrato de cocaína en la zona.
Sin embargo, aunque la alianza entre Los Urabeños y La Segunda Marquetalia parecer ser beneficiosa para ambos, no se sabe qué tan duradera podría ser. En Antioquia, por ejemplo, la relación entre los grupos no ha sido del todo pacífica. Durante el segundo semestre del 2021, en el municipio de Ituango, se dieron violentas confrontaciones entre Los Urabeños y la disidencia del Frente 18 de las FARC, aliado de la Segunda Marquetalia, por el control del Nudo de Paramillo, uno de los principales corredores de narcotráfico del noroccidente el país.
*Juliana Manjarrés contribuyó al análisis de este articulo