El narcotraficante surinamés Brian Blue sigue prófugo, meses después de que InSight Crime expusiera sus presuntos vínculos con el vicepresidente del país, lo que demuestra su capacidad para mantenerse fuera del radar de las autoridades a pesar de su creciente perfil internacional.

Tres meses después de que InSight Crime revelara que un agente especial de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (Drug Enforcement Administration, DEA) sospechaba que el vicepresidente de Surinam, Ronnie Brunswijk, había intervenido en un decomiso de drogas en agosto de 2020 relacionado con Blue, las autoridades surinamesas no han anunciado investigaciones sobre el traficante.

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Dos funcionarios surinameses informaron a InSight Crime que Blue continúa con sus negocios en el tráfico de drogas de Surinam.

La Fiscalía General de Surinam (Openbaar Ministerie, OM) y el Cuerpo de Policía de Surinam (Korps Politie Suriname, KPS) no respondieron a las preguntas de InSight Crime sobre el caso. InSight Crime no pudo contactar a Blue, quien no mantiene una presencia pública o en línea. Un abogado que lo ha representado no respondió antes de la fecha de publicación.

Surinam, el país más pequeño de Suramérica, ha sido durante mucho tiempo un corredor importante para el transporte de cocaína a Europa y otras partes del mundo. En febrero de 2024, las autoridades de aduanas de España incautaron 8 toneladas de esta droga en un contenedor que había salido del puerto de Paramaribo, la capital de Surinam. En marzo, las autoridades en Surinam encontraron más de 500 kilogramos de cocaína en un avión a punto de despegar hacia los Países Bajos, y más de dos toneladas en un lugar presuntamente utilizado como bodega en una zona rural.

¿Quién es Brian Blue?

Durante décadas, Blue ha desempeñado un papel clave en el comercio ilícito. Fue condenado por tráfico de drogas en Brasil, es objeto de una notificación roja de Interpol, y su nombre ha aparecido en varias investigaciones internacionales sobre tráfico de drogas.

Las autoridades en Surinam investigaron brevemente a Blue hace más de una década. Pero, desde entonces, su habilidad para evitar el escrutinio de las fuerzas de seguridad en Surinam se ha convertido en una característica esencial de su carrera criminal, que ilustra cómo la corrupción generalizada puede proteger a traficantes identificados.

La participación de Blue en el comercio de drogas se remonta a la década de 1990, cuando comenzó a trabajar bajo el traficante de cocaína neerlandés-surinamés Piet Wortel, según un alto funcionario de seguridad surinamés que investigó a Blue y que pidió permanecer en el anonimato por temor a represalias por parte de Blue y el vicepresidente Brunswijk. Según su abogado, Piet Wortel nunca ha tenido ninguna relación directa o indirecta con Brian Blue.

Alrededor de 2002, la policía arrestó a Blue y a otras dos personas presuntamente cercanas a Wortel después de recibir una pista sobre un avión con drogas en la zona de Tibiti, en la selva de Surinam. La policía no encontró las drogas, pero sí encontró armas de fuego, botes, combustible y teléfonos satelitales que los hicieron sospechar que se trataba de un caso de drogas. Los sospechosos fueron liberados por falta de pruebas, dijo el funcionario de seguridad.

En el mismo período, Blue también dirigió operaciones de tráfico de drogas en Surinam para una red de tráfico de drogas transnacional que exportaba cocaína desde Colombia a Europa a través de Venezuela y Brasil, según una sentencia judicial brasileña. La sentencia también dijo que viajaba frecuentemente a Brasil para negociar las operaciones de tráfico con sus asociados.

Las operaciones terminaron en 2005, cuando las autoridades brasileñas incautaron dos envíos que sumaban 550 kilogramos de cocaína y arrestaron a los socios brasileños de Blue. Las condenas ocurrieron en 2010, y Blue, quien nunca fue arrestado, fue sentenciado en ausencia a 21 años de prisión. En los años siguientes también fue incluido en la lista de notificaciones rojas de Interpol.

Excerpt of the sentencing document of Brian Blue
Extracto de la sentencia de Brian Blue

Una red en expansión

La condena de Blue en Brasil aparentemente hizo poco para romper sus lazos con el tráfico de drogas.

En 2010, el exdictador Desi Bouterse regresó al poder como presidente de Surinam. Al mismo tiempo, la KPS dejó de investigar las actividades de Blue, según August van Gobbel, un ex comisionado de policía que encabezó la oficina de inteligencia de KPS y más tarde el departamento de delitos graves durante esos años.

“Entre 2010 y 2020 no estuvo en el radar del departamento de inteligencia de la policía”, dijo.

Van Gobbel agregó que no recordaba que Blue tuviera una notificación roja de Interpol en ese momento. Sin embargo, Interpol no siempre publica sus notificaciones rojas, por lo que puede ser difícil rastrearlas.

Aun así, las fuerzas del orden extranjeras continuaron conectando repetidamente a Blue con el comercio de cocaína.

En 2012, la policía de Países Bajos interceptó las conversaciones telefónicas de Piet Wortel, presunto aliado de Blue en los años 90, como parte de una investigación criminal. En las conversaciones grabadas, Wortel mencionó uno de los apodos de Blue, “Beppie”, en relación con un avión con 400 kilogramos de cocaína que se había averiado en la región de Tibiti.

Wortel también dijo que pidió ayuda a “Bouta” y “Dino” para el envío. La policía creía que Wortel se refería a Desi Bouterse, quien había sido condenado en ausencia  por tráfico de cocaína en los Países Bajos en 1999, y a su hijo, Dino, quien más tarde fue condenado por tráfico de cocaína en los Estados Unidos en 2015, donde todavía está en prisión.

La intervención de Bouterse en el incidente de 2012 salvó la cocaína varada, y el entonces presidente posteriormente recibió la mitad de la carga, dijo Wortel en la conversación grabada. La policía no recibió informes sobre aviones de drogas varados en Tibiti en ese período, según un portavoz de KPS entrevistado por el medio de comunicación De Ware Tijd.

Varios años después, los investigadores brasileños vincularon a Blue con el tráfico de drogas durante 2017 y 2018. En esta ocasión, la policía sospechaba que Blue era un contacto esencial en Surinam para algunos de los mayores traficantes de cocaína de Brasil, incluido Luiz Carlos da Rocha, alias “Cabeça Branca”.

Excerpt from a Brazilian police report as part of the investigation into Cabeça Branca
Fragmento de un informe de la policía brasileña en el marco de la investigación sobre Cabeça Branca

Las autoridades brasileñas desmantelaron gran parte de la facción brasileña de la red. A pesar de las fuertes sospechas de que Blue era el traficante surinamés al que se referían como “Magro” en las conversaciones grabadas, los investigadores brasileños no presentaron cargos contra él.

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“No pudimos obtener suficiente confirmación para llevarlo a juicio… aunque estamos convencidos de que era él”, dijo a InSight Crime un investigador de la policía federal brasileña que trabajó en el caso, pero pidió permanecer anónimo.

Mientras investigaban a Blue, los funcionarios brasileños intentaron colaborar con las autoridades surinamesas, pero esta estrategia se volvió contra ellos. En conversaciones interceptadas, los brasileños escucharon a los traficantes hablar sobre información confidencial de la investigación que habían compartido con el KPS.

La policía brasileña también oyó a los traficantes jactarse de su protección en Surinam.

“Aquí nosotros gobernamos la mitad del terreno… La otra mitad está en nuestro bolsillo”, dijo un traficante brasileño en una llamada telefónica interceptada.

Prófugo

La trayectoria de Blue sugiere que su capacidad para escapar de la justicia depende en gran medida de su influencia y contactos dentro del gobierno surinamés.

“Blue seguramente tiene a varios policías corruptos en su bolsillo”, dijo a InSight Crime un funcionario de seguridad surinamés que deseó permanecer anónimo.

Incluso después de que el presidente Chandrikapersad Santokhi asumiera el cargo en julio de 2020, reemplazando a Bouterse, Blue ha logrado evitar ser el objetivo de las autoridades.

Santokhi tenía reputación de combatir el crimen desde su período como jefe de policía de Surinam, ostentando éxitos como la detención de importantes traficantes de drogas como el guyanés Roger Khan. Pero los lazos del vicepresidente Ronnie Brunswijk con el narcotráfico están bien documentados y son de larga data. En 1999, fue condenado por tráfico de cocaína en los Países Bajos y en Francia. En febrero de 2024, un policía que también había sido su guardaespaldas fue condenado por tráfico de drogas.

Blue presuntamente se ha beneficiado de una relación con Brunswijk.

Semanas después de que Brunswijk y Santohkhi asumieran el cargo, en agosto de 2020, investigadores de la DEA compartieron información con sus contrapartes colombianas sobre un incidente en el que sospechaban que Brunswijk había intervenido para recuperar una carga de cocaína incautada. El funcionario de seguridad surinamés de alto nivel confirmó el relato a InSight Crime. El investigador dijo que Blue era el dueño de la carga y pagó a Brunswijk por la intervención.

The text of the email a DEA special agent sent to the Colombian Attorney’s General on August 25, 2020.
El texto de un correo electrónico que un agente especial de la DEA envió al fiscal general de Colombia el 25 de agosto de 2020.

Cuando InSight Crime reveló esto en noviembre de 2023, la historia acaparó titulares en Surinam durante semanas e impulsó a Brunswijk a emitir rechazos públicos y amenazar con demandar a InSight Crime. Pero las revelaciones no sorprendieron a muchos en Surinam, ya que no era la primera vez que líderes políticos de alto nivel habían sido vinculados al tráfico de drogas.

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Es poco probable que el gobierno busque una investigación sobre Blue, ya que podría dañar la ya frágil relación entre Brunswijk y Santokhi, quienes tienen poco en común aparte de la necesidad del apoyo mutuo para mantener viva la coalición de gobierno.

El descontento público con una élite aparentemente intocable se ha visto aún más fortalecido por  la crisis económica de Surinam en 2020. Además, una posible inversión social financiada con masivas ganancias proyectadas del petróleo aún está a años de distancia.

“La conclusión es que Surinam está en medio de definir su futuro, el descontento público es alto y una generación más joven está cada vez más frustrada por lo que ven como la naturaleza corrupta del estado y el gobierno”, dijo Scott MacDonald, director fundador del Consorcio de Políticas del Caribe, a InSight Crime.

Los lazos comprobados de Blue con el tráfico de drogas y su posible conexión con Brunswijk muestran una falta de voluntad para enfrentar a poderosos actores criminales y la corrupción de alto nivel.

“El caso de Brian Blue, con presuntos lazos con el vicepresidente, solo refuerza una percepción pública negativa. La imagen no podría ser peor”, comentó MacDonald.

*Este artículo fue actualizado con una respuesta del abogado de Wortel.