El nuevo jefe de Estado de Paraguay declaró un ataque frontal contra la guerrilla del EPP en el norte, en agosto; pero, a casi 100 días de estar en la presidencia, hay pocas señales de que el grupo haya sido debilitado, mientras que los problemas en el resto del país continúan a buen ritmo.

Poco después de que el presidente Horacio Cartes asumiera el cargo el 15 de agosto, se tuvo que enfrentar con el ataque más mortal, llevado a cabo por el Ejército Paraguayo del Pueblo (EPP) en el departamento de Tacuarí. Días más tarde, los guerrilleros atacaron una patrulla de la policía en el mismo departamento, hiriendo a dos personas. A raíz de estos ataques, se le concedieron amplios poderes a Cartes que le permitieron mover 400 soldados, 60 de ellos de las fuerzas especiales, hacia el territorio del EPP, al norte.

El 20 de noviembre, las autoridades arrestaron a la hermana de un líder del EPP, quien supuestamente proporcionó apoyo logístico en el secuestro y asesinato de un ganadero a principios de este año. La detención se produjo tras una declaración del ministro del Interior, Francisco de Vargas, a principios de noviembre, de que el gobierno había capturado a cuatro presuntos miembros del EPP e identificaron a ocho más desde el comienzo de una campaña militar contra el grupo a finales de agosto, informó Ultima Hora.

No obstante, los resultados han sido limitados, como señaló Ultima Hora. Los tiroteos entre la policía y los guerrilleros han sido inútiles, los líderes siguen en libertad, y un ataque en octubre dejó a un empleado del gobierno muerto y a varios policías heridos.

Análisis de InSight Crime

El EPP parece haber ganado fuerza en los últimos años, lo que podría ser en parte gracias a una presunta relación con narcotraficantes internacionales. Sin embargo, todavía se cree que el grupo cuenta con menos de 100 combatientes, convirtiéndolo en un desafío relativamente pequeño a la seguridad en comparación con los problemas como el tráfico de drogas en la Triple Frontera con Brasil y Argentina, facilitado por la impunidad en la región, y la creciente presencia de grupos criminales transnacionales.

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En este contexto, las preguntas siguen siendo no sólo sobre la eficacia de la campaña de Cartes contra el EPP -que también ha involucrado el ofrecimiento de recompensas monetarias por información de los líderes guerrilleros- sino también por los propósitos que está sirviendo. Aunque el presidente afirmó inicialmente que el grupo no iba a marcar su agenda, desde que asumió el poder ha hecho de la eliminación del EPP uno de sus principales proyectos.

Para Cartes, quien ha sido acusado de vínculos con el narcotráfico, el EPP puede ser poco más que un blanco conveniente que le permite señalar éxitos concretos de su gobierno en la lucha contra el crimen organizado, y mientras que su campaña tiene pocos resultados sólidos para celebrar, eso al menos ha dominado el discurso de seguridad del país.

5 respuestas a “A 100 días la guerra del presidente de Paraguay contra el EPP no progresa”