Cerca de 200 toneladas de cocaína producidas anualmente en la región del VRAEM de Perú, son transportadas en avión a Bolivia y hacia el principal mercado de Latinoamérica de Brasil, un puente aéreo que es facilitado por la incapacidad de la región para prohibir efectivamente los vuelos con drogas.
El experto en seguridad peruano, Rubén Vargas, dijo a InSight Crime que el 90 por ciento de las aproximadamente 200 toneladas de cocaína producidas en el Valle de los Ríos Apurimac, Ene y Mantaro (VRAEM) cada año se exporta a países vecinos por vía aérea, con el 10 por ciento restante siendo traficado por vía terrestre o marítima.
Vargas también dijo que sólo el dos por ciento del total de la cocaína traficada fuera de la región fue capturado por las autoridades, lo que significa que el 98 por ciento termina en el mercado de consumo. Según Vargas, un poco más de la mitad de la cocaína de Perú es producida en el VRAEM.
Análisis de InSight Crime
En el auge de la producción de coca en Perú, en los años noventa, la mayor parte de la cocaína del país salió por vía aérea hacia Colombia. El gobierno redujo drásticamente el tráfico aéreo con una intensa campaña de interdicción aérea que permitió a las fuerzas de seguridad derribar aviones sospechosos de transportar drogas, pero el programa fue suspendido en 2001 después del accidental derribo de un avión civil. Los carteles de la droga de Colombia luego promovieron la siembra de coca en su país de origen, haciendo de él el principal país de cocaína en el mundo, hasta que se anunció que Perú había recuperado ese dudoso título una vez más.
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En los últimos años, el puente aéreo ha resurgido y ganado fuerza, pero ahora la cocaína se dirige hacia Bolivia. El crecimiento de esta ruta se ha visto facilitado por la falta de equipo de radar para rastrear los vuelos con drogas en ambos países.
Gran parte del producto sale de Perú en forma de base de coca, y es procesado en laboratorios bolivianos que la investigación de campo de InSight Crime ha identificado que principalmente son manejados por grupos colombianos. Desde allí, la mayor parte se dirige hacia el mercado brasileño, con los miembros de los principales grupos criminales de Brasil entrando a Bolivia para recoger el producto, parte del cual permanece en forma de pasta de cocaína (conocida como “merla” en Brasil). La cocaína peruana también es traficada a Argentina que, junto con Brasil, sirven como un punto de transbordo para la cocaína con destino a los mercados de Asia y Europa.
Las estimaciones de Vargas, sobre la cantidad total de cocaína que sale del VRAEM por vía aérea, corresponde con la propia estimación de InSight Crime, de que entre 100 y 200 toneladas de cocaína son traficadas desde Perú a Bolivia anualmente. El VRAEM es una región clave para la producción de coca y -junto con la región Pichis Palcazu– uno de los principales puntos de partida para los vuelos con drogas.
Una cantidad significativa de cocaína también deja Perú por otras rutas. Una parte de la cocaína se trafica a través de la Amazonía hacia Colombia, existen vías terrestres que salen tanto hacia Ecuador como Chile, y también se ha sabido que grandes envíos salen de la Costa Pacífica.