La viuda y el hijo del renombrado capo Pablo Escobar más un antiguo astro del fútbol están acusados de participar en un esquema de lavado de dinero en Argentina, que también implica a otro poderoso capo colombiano, lo que pone de relieve los esfuerzos de las autoridades argentinas para contrarrestar el persistente atractivo de ese país para delincuentes extranjeros.

El 4 de junio, el juez federal Morón Néstor Barral determinó que existe evidencia suficiente para abrir una causa por lavado de dinero contra la viuda de Escobar, María Isabel Santos Caballero, y contra su hijo Sebastián Marroquín.

Barral admitió las acusaciones de los fiscales de que la viuda y el hijo de Escobar “brindaron apoyo esencial” para una operación que lavó millones de dólares en ganancias ilícitas de propiedad de José Piedrahíta Ceballos, de cuyas actividades en narcotráfico se sospechaba desde tiempo atrás y quien fue arrestado el año pasado y se encuentra en custodia en Colombia esperando su extradición a Estados Unidos.

Las autoridades creen que los parientes de Escobar fueron quienes presentaron a Piedrahíta con Mateo Corvo Dolcet, prominente abogado argentino implicado en varios problemas de bienes raíces, y la principal figura entre los presuntos testaferros de Piedrahíta en Argentina.

“Como resultado, Corvo Dolcet recompensó a Marroquín Santos y a Santos Caballero con una comisión de 4,5 por ciento de la inversión total realizada”, afirman las autoridades.

No es la primera vez que sobre la familia de Escobar, exiliada en Argentina desde mediados de los noventa, recaen acusaciones de lavado de ganancias de la droga. En 1999, las autoridades argentinas formularon cargos similares contra Santos, antes de que terminaran siendo desestimados.

El caso también tiene en problemas a Mauricio “Chicho” Serna, exastro del fútbol colombiano, que jugó durante algún tiempo para el Boca Juniors de Buenos Aires.

Pese a las acusaciones, Santos y Marroquín siguen lejos de una condena formal, pues el proceso legal en Argentina para el procesamiento de delitos —en mitad de una reforma— tiene muchas instancias y oportunidades de apelación.

Análisis de InSight Crime

Las acusaciones contra los parientes de Escobar son un recordatorio de la vieja reputación de Argentina como refugio para delincuentes extranjeros deseosos de lavar su dinero sucio. Una laxitud relativa en los controles de inmigración y las actividades financieras son características atractivas para delincuentes como Piedrahíta, que personifica una nueva generación de narcotraficantes en Colombia que se han llamado los “invisibles” por su tendencia a llevar sus actividades ilícitas de manera discreta y sin violencia.

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Pero el caso también es una señal positiva de que las autoridades argentinas mantienen su ofensiva contra el lavado de dinero. El impulso a las medidas contra el lavado de activos comenzó en la administración anterior, que emprendió un fortalecimiento gradual de los controles financieros para poner a Argentina en línea con los estándares internacionales. De prosperar, casos de alto perfil como el que involucra a los parientes de Escobar enviarán un mensaje de que esos esfuerzos están dando resultados.