Las autoridades han capturado al que consideran el máximo dirigente de la red narcoguerrillera del EPL que opera en la cocalera región colombiana del Catatumbo, una acción que podría causar más agitación en una región que de por sí ya es inestable.
El 15 de septiembre, las fuerzas de seguridad colombianas arrestaron a Guillermo León Aguirre, alias “David León” o “Juan Montes”, durante una incursión a su escondite en la ciudad de Medellín, informó El Tiempo.
Las autoridades han identificado a Aguirre como el cabecilla de la red de narcotráfico anteriormente liderada por Víctor Ramón Navarro, alias “Megateo”, quien murió en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad en octubre de 2015.
Se cree que este grupo es una facción criminal de la desmovilizada guerrilla del Ejército Popular de Liberación (EPL), la cual también opera bajo el nombre de Los Pelusos.
La policía cree que dicha organización es una de las principales redes de narcotráfico en la región del Catatumbo, cerca de la frontera con Venezuela, y que tiene estrechos vínculos con el grupo mexicano Cartel de Sinaloa, así como con los grupos guerrilleros colombianos Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y Ejército de Liberación Nacional (ELN), informó La Opinión.
Aunque Aguirre ha sido ampliamente considerado como el sucesor de Megateo, los fiscales ya habían dicho que creían que él era el máximo dirigente de la red, y que Megateo era el segundo al mando, así como la cara pública de la organización.
Análisis de InSight Crime
El año pasado el Catatumbo se convirtió en la principal región cocalera de Colombia, dado que allí se presentó un aumento del 84 por ciento en los cultivos de coca, según el monitoreo realizado por Estados Unidos.
En 2016, en el Catatumbo se ha presentado una oleada de asesinatos relacionados con el crimen organizado, y, según informes de medios locales, gran parte de los asesinatos están relacionados con una purga interna de los miembros de Los Pelusos que estaban tratando de aprovechar la muerte de Megateo para establecer sus propias operaciones.
Es muy probable que en la región se presente más agitación a partir de la inminente desmovilización de las FARC, suponiendo que el acuerdo de paz alcanzado entre la guerrilla y el gobierno se ratifique mediante un plebiscito el próximo 2 de octubre.
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Aunque todavía falta ver si todos los elementos de las FARC depondrán sus armas, o si algunos seguirán en las actividades criminales y tratarán de continuar en el narcotráfico, la retirada oficial de las FARC probablemente generará cambios en la dinámica del poder en la región, al crear oportunidades para que otros actores se apropien de las economías criminales en el Catatumbo.
Los estrechos vínculos de Los Pelusos con facciones de las FARC sugieren que aquéllos podrían beneficiarse de este proceso, dado que están en una posición ideal para apropiarse de los intereses de las FARC y recibir a los combatientes del grupo guerrillero que no quieran desmovilizarse. Sin embargo, la pérdida de su principal líder podría crear un vacío de poder o provocar un conflicto de sucesión, que podría generar más caos y violencia en el Catatumbo.