Un nuevo informe sobre la muerte de un prominente diputado venezolano sugiere que su asesinato pudo haber sido un crimen pasional, lo cual presenta una imagen muy diferente del político a la mostrada por el partido gobernante de Venezuela, que ha tratado de convertirlo en un mártir político.
Según documentos policiales obtenidos por El Nuevo Herald y fuentes anónimas cercanas al caso, el diputado Robert Serra fue asesinado por su amante y exguardaespaldas, Edwin Torres Camacho. Torres quería poner fin a su relación con Serra, pero temía que el congresista lo asesinara, informó El Nuevo Herald.
Según los informes, Serra había amenazado a Torres, diciéndole que podría correr con la misma suerte que otro examante y guardaespaldas, Alexis Barreto, a quien Serra aparentemente había matado después de que este intentara poner fin a su relación.
Según El Nuevo Herald, Torres contactó a un grupo de criminales y les dijo que Serra tenía armas de alto calibre y dinero en efectivo en su apartamento. Los criminales ingresaron al apartamento de Serra la noche del 1 de octubre y se fueron con varias maletas. El cuerpo de Serra fue descubierto más tarde con 36 heridas de arma blanca; los investigadores creen que pueden haber sido infligidas con un picahielos o con algún objeto similar.
Análisis de InSight Crime
La información publicada por El Nuevo Herald muestra un marcado contraste con la versión oficial de los hechos. El gobierno del presidente Nicolás Maduro culpó a los grupos paramilitares de derecha de Colombia del asesinato de Serra, y un miembro de la Asamblea Nacional llamó al homicidio “una táctica operacional de guerra absolutamente planificada”.
La explicación ofrecida por El Nuevo Herald puede resultar poco conveniente para Maduro, quien ha tratado de politizar la muerte de Serra para reforzar el apoyo a su gobierno. Serra era considerado un joven promesa del partido socialista en el poder, y el país declaró tres días de duelo después de su muerte. Un ministro del gobierno se refirió al diputado como “un ejemplo para la juventud por su entrega y pasión revolucionaria”.
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Según los informes, Serra también mantenía estrechos vínculos con los grupos militantes izquierdistas del país, conocidos como colectivos, algunos de los cuales han sido acusados de perpetrar actos de violencia y de actividad criminal. Además, presuntamente Serra mantenía una relación cercana con los líderes de varios colectivos diferentes, entre ellos José Odreman, el jefe de una red de colectivos conocida como 5 de marzo, quien también fue asesinado en octubre del año pasado.