El reciente ataque de Los Rastrojos a un puesto militar en Venezuela confirma el fortalecimiento del grupo irregular colombiano en este país y su disposición a combatir con todo su poder a los cuerpos de seguridad venezolanos para preservar los mercados criminales que controlan en la frontera.

Entre 70 y 100  integrantes de Los Rastrojos irrumpieron en el puesto “La Mulata”, perteneciente al Destacamento 212 de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y ubicado a apenas 20 metros de la frontera con Colombia. El hecho ocurrió el 30 de octubre, según la versión oficial divulgada por el diario La Nación.

Los atacantes portaban armas largas y granadas y se llevaron como rehén al comandante del puesto militar, sargento Gerson Hernández Sanguino. Además cargaron con dos fusiles AK-103, agrega el diario El Colombiano.

VEA TAMBIÉN: Perfiles y noticias de Venezuela

Horas antes del ataque, la GNB había detenido a dos integrantes de Los Rastrojos en territorio venezolano, y 11 días antes habían sido capturados otros seis integrantes de este grupo armado por una comisión de la Fuerza de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), al mando del dirigente oficialista y protector de Táchira, Freddy Bernal, en el marco de un operativo para combatir el contrabando de gasolina en la frontera con Colombia.

Un día después de la agresión, el 31 de octubre, el grupo criminal liberó al sargento Hernández Sanguino, reseñó La Opinión, y devolvió los dos fusiles AK-103 que habían robado a la GNB.

Análisis de InSight Crime

El gobierno venezolano con Freddy Bernal -exdiputado y expolicía incluido en la lista OFAC por presuntos vínculos con la guerrilla colombiana- a la cabeza ha ejecutado una serie de acciones en 2018 supuestamente para frenar las actividades ilícitas de los grupos irregulares que operan en la frontera entre Colombia y Venezuela.

El contrabando de gasolina es quizás la más poderosa y lucrativa de estas economías criminales, y justamente uno de los principales negocios de Los Rastrojos. Recientemente, Bernal anunció que el FAES ha dado 12 golpes al contrabando de gasolina en los últimos dos meses con más de 50 detenidos que incluyen a miembros y líderes de Los Rastrojos.

Pero Los Rastrojos no se han quedado de brazos cruzados, ni parecen resignados a perder los territorios de Venezuela que han conquistado. El 23 de junio, presuntos miembros de la banda, apertrechados con armas de alta potencia, emboscaron a una comisión de la FAES. Habrían planificado el ataque en venganza por la captura de uno de sus integrantes, identificado como alias “el Paraco”.

VEA TAMBIÉN: Cambios en la dinámica criminal apuntan a un violento futuro en la frontera Colombia-Venezuela

Actualmente Los Rastrojos habrían logrado conformar un ejército de más de 120 hombres, 60 de ellos armados, según confirmaron varias fuentes a InSight Crime en la frontera. Por lo que el ataque al puesto militar venezolano constituye una demostración de fuerza, en términos de número de hombres movilizados para ejecutar una operación tipo comando, así como por el calibre de las armas que empleadas.

InSight Crime también pudo conocer que Los Rastrojos tienen una base de operaciones en la población venezolana Boca de Grita, en estado Táchira, que colinda con Puerto Santander. Y fuentes en la zona aseguraron que la GNB es aliada del organización criminal en el contrabando de gasolina.

La persecución del FAES y Bernal a este grupo criminal y el ataque al puesto militar La Mulata son dos nuevos episodios en la guerra que pareciera estarse librando en torno a el lucrativo negocio del contrabando de combustible en la frontera, en el que intervienen militares venezolanos y estructuras criminales.