La policía militar de Brasil ha matado a seis personas en respuesta a un ataque de pandillas contra una Unidad de Policía Pacificadora de Río de Janeiro, en un momento en el que el programa de “pacificación” de la ciudad vacila frente al reagrupamiento de las pandillas y a una falta de progreso en la resolución de los problemas sociales.
El 2 de febrero, varios carros con hombres armados se detuvieron frente a la base de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP), en una favela al norte de Río de Janeiro, informó Estadao. Los hombres en uno de los carros abrieron fuego, disparando contra dos policías, uno de los cuales murió más tarde. Dos transeúntes resultaron heridos en el ataque.
Luego de los hechos, la policía militar respondió con una operación contra los presuntos miembros de la organización narcotraficante Comando Rojo, a quien las autoridades culpan del ataque a la base de la UPP, según Estadao.
En los tiroteos que siguieron, la policía mató a seis presuntos miembros de la pandilla. Un total de diez personas han sido reportadas heridas por bala hasta el momento, entre ellas dos policías. En las redadas, la policía incautó cuatro fusiles AK-47, dos pistolas, granadas y drogas, informó O Globo.
El secretario de Seguridad Pública de Río, José Mariano Beltrame, dijo que las ordenes de los recientes ataques contra la UPP habían sido emitidas por los líderes de las pandillas en las cárceles del país.
Análisis de Insight Crime
El ataque contra la base de la UPP es el último de una serie de preocupantes señales de que el programa de pacificación –la insignia de la política de seguridad de Río durante los últimos siete años- está ahora enfrentando serios problemas.
El programa, que involucra la ocupación temporal de la policía militar de las favelas agobiadas por las pandillas, y luego la instalación de una unidad de la UPP, se ha instalado ahora en 36 zonas, con más de 9.000 policías operando en zonas pobladas por más de medio millón de personas. Un estudio reciente mostró que los homicidios se habían reducido en un 65 por ciento en 22 de estas áreas, entre 2008 y 2012.
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Sin embargo, ha habido señales de un resurgimiento en la actividad de las pandillas y en los ataques contra la UPP en varias áreas, incluyendo reportes de que una favela había sido fundamentalmente recuperada por traficantes. Desde 2012, ocho policías han sido asesinados en las zonas “pacificadas” , según O Globo.
El resurgimiento de la violencia no es el único problema que enfrenta el programa de la UPP. El programa ha sido fuertemente criticado por no continuar las mejoras de seguridad con prometidas inversiones sociales. También se ha visto socavado por las acusaciones de una dura respuesta de la policía, su brutalidad e incluso por las ejecuciones extrajudiciales en áreas de la UPP.