Un informe elaborado por el Observatorio Nacional Ciudadano de México revela que la extorsión se ha multiplicado por nueve en los últimos 17 años, señalando una falla fundamental en las medidas de ejecución del Estado, y una fuente de ingresos cada vez mayor para el crimen organizado del país.

El informe revela que la extorsión en el país aumentó 818 por ciento entre 1997 y 2013, y también que las cifras del año pasado fueron las más altas hasta el momento.

Las cifras muestran que en 2013, el primer año de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, el número de extorsiones reportado en México fue de 8.042 -una tasa de 22 por día, o de casi uno cada hora.

Las cifras aumentaron un 10,6 por ciento desde 2012, el último año de la presidencia de Felipe Calderón, y en un 501 por ciento desde 2001, el primer año de la presidencia de Vicente Fox.

La tasa de extorsión por 100.000 habitantes aumentó un 56,8 por ciento entre 2011 y 2012. En 2013, había llegado a 6,79 por cada 100.000 habitantes, un aumento del 9,3 por ciento respecto al año anterior. Los datos recogidos se centran en el fraude telefónico, el chantaje y la extorsión.

Análisis de InSight Crime

La rápida escalada de la extorsión en México se puede vincular con diversas tendencias en el mundo criminal. En un sentido, es parte de un patrón de diversificación criminal que ha visto al crimen organizado buscar fuentes de ingresos diferentes a las del narcotráfico. Sin embargo, también es un efecto secundario de la fragmentación de los carteles, ya que han perdido a los líderes que mantenían centralizadas sus redes, y los diferentes elementos criminales se han visto obligados a autofinanciarse. Hasta el momento, las autoridades han demostrado ser incapaces de detener, o de al menos desacelerar, este crecimiento.

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Uno de los principales obstáculos para la lucha contra la extorsión es la falta de confianza pública en las instituciones del Estado –el estudio estima que en 2012 no se reportó el 97,8 por ciento de las extorsiones. En cuanto a esto, destaca cómo las medidas de lucha contra la extorsión de mayor éxito se centran en informar a los ciudadanos cómo reportar la extorsión, un simple paso hacia la construcción de confianza.

Sin embargo, a pesar de la puesta en marcha de una campaña de sensibilización dirigida por el gobierno en 2013, el informe asegura que las autoridades mexicanas muestran falta de voluntad para hacer cumplir las medidas, como lo demuestra su incapacidad para diferenciar entre los diferentes tipos de extorsión, o para desarrollar una mayor inteligencia del funcionamiento de los grupos criminales dedicados a este delito.

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