Las desapariciones en El Salvador han aumentado un 18 por ciento en 2013, según cifras de la policía, lo que se suma a los temores de que las pandillas están manteniendo baja la tasa de homicidios al ocultar los cuerpos, en un intento por proteger la integridad de la tregua entre las pandillas del país.

En los primeros seis meses de 2013, la policía recibió denuncias de 949 desapariciones –145 más que en el mismo período en 2012, y 221 más que en 2011, según La Prensa Gráfica–.

Según el ministro de Justicia y Seguridad Ricardo Perdomo, 466 de los desaparecidos reportados –un 49 por ciento– fueron encontrados con vida después. No obstante, 59 personas –6 por ciento del total– fueron encontradas asesinadas y el resto permanecen desaparecidas.

De los que se encontraron con vida, las razones más comunes por haber desaparecido fueron problemas familiares, de salud y de abuso de drogas y alcohol, según las autoridades.

Los departamentos (provincias) más afectados del país fueron San Salvador, Santa Ana, San Miguel y La Libertad.

Análisis de InSight Crime

La cuestión del aumento de las desapariciones ha surgido periódicamente para arrojar dudas sobre los logros alcanzados a través de la tregua entre las pandillas de la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18 –que ha registrado una reducción de la tasa oficial de homicidios en casi la mitad–.

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Los críticos sostienen que el número real de muertes podría ser mucho mayor, ya que las pandillas, que no querían poner en peligro la tregua y sus ventajas, han ocultado los cuerpos de sus víctimas para mantener las cifras bajas.

En 2012, hubo 2.576 homicidios en el país, según la policía –una reducción del 41 por ciento frente al año anterior–. No obstante, si una proporción considerable de las 483 personas reportadas como desaparecidas, y luego fueron halladas muertas o permanecen desaparecidas, son víctimas de la actividad de las pandillas, el número real de muertos podría acercarse mucho más a la cifra de 2011 de 4.371 homicidios.

La cuestión se complica aún más por el hecho de que las propias cifras son controvertidas, sobre todo porque el instituto gubernamental forense de Medicina Legal mantiene sus propias cifras, que son siempre superiores a las estadísticas oficiales de la policía.