Las incautaciones de drogas a lo largo de la costa del Pacífico colombiano se han disparado este año, lo que puede indicar que ha habido un cambio en las rutas internas del narcotráfico debido a que las enérgicas medidas de seguridad y las negociaciones de paz llevan a una reconfiguración del hampa en el país.
Según cifras oficiales reportadas por Colprensa, entre enero y mayo de 2016 las autoridades incautaron 34 toneladas de drogas —por un valor aproximado de US$1.000 millones— en la región del Pacífico colombiano. Según los informes, las incautaciones han aumentado en un 65 por ciento en comparación con el mismo período el año pasado.
La armada local ha confiscado 15 toneladas en los primeros cinco meses del año, en comparación con las 6.1 toneladas que confiscaron durante el mismo periodo el año pasado, según dijo el comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, Pablo Guevara.
Los cargamentos restantes fueron incautados con la colaboración de otros países, entre ellos Estados Unidos. Según las autoridades, la organización criminal Los Urabeños está entre las más afectadas por las operaciones de incautación en el Pacífico.
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La armada atribuyó el aumento en las incautaciones a unos mejores niveles de inteligencia y entrenamiento, aunque reconoce que el aumento en los cultivos de droga en la zona también ha sido un factor determinante.
“Hay un incremento de cultivos ilícitos en [el departamento del] Putumayo y el Pacífico, por la aspersión aérea que está suspendida, también la erradicación manual”, dijo Guevara.
Cinco semisumergibles, también conocidos como “narcosubmarinos”, fueron descubiertos en la región del Pacífico en el mismo período de tiempo. Según El Universal de México, en lo que va corrido de este año siete semisumergibles han sido retirados de circulación en Colombia, todos los cuales pertenecían a Los Urabeños.
Análisis de InSight Crime
Si bien la mayor eficiencia de las estrategias de incautación en la costa del Pacífico puede explicar en parte el aumento de las confiscaciones, quizá ello se deba más al fenómeno conocido como “efecto globo”, que consiste en que los grupos criminales migran de una zona a otra como resultado del aumento de las presiones por parte de las autoridades.
La mayor organización narcotraficante de Colombia, Los Urabeños, está bajo una intensa presión en su tradicional bastión de Urabá en la costa Caribe. En febrero de 2015, el gobierno lanzó la “Operación Agamenón” y desplegó más de mil efectivos a la principal zona de narcotráfico del grupo.
Como resultado, Los Urabeños han trasladado algunas de sus operaciones de narcotráfico a la costa del Pacífico. Pero eso ha llevado a que entren en conflicto con grupos armados ya establecidos en la región.

Solo en el departamento de Chocó, ubicado en la costa Pacífica, donde ha ocurrido la mayor parte de las incautaciones recientemente, hay varios frentes activos de los dos principales grupos guerrilleros del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). En la región ya se han presentado enfrentamientos entre Los Urabeños y el ELN, los cuales han provocado el desplazamiento de miles de habitantes.
En el departamento de Nariño las organizaciones narcotraficantes también han estado luchando contra las FARC, las cuales controlan el tráfico de drogas en dicho departamento. Nariño es uno de los mayores productores de coca en el país y es un punto de partida clave para las drogas destinadas a Estados Unidos. Según Diálogo, el Parque de Sanquianga, en Nariño, es la principal plataforma de partida de narcosubmarinos de Colombia.
También ha habido informes de enfrentamientos entre el ELN y Bacrim (bandas criminales) en el departamento de Cauca, sobre el Pacífico.