Autoridades estadounidenses acusaron de los delitos de narcotráfico y posesión ilegal de armas a un diputado de Honduras, lo que lo convierte en el político de más alto rango en ese país que es blanco de las autoridades estadounidenses en los últimos años, y se suma a la lista de miembros de la élite política del país centroamericano cuya reputación se ve afectada por acusaciones penales.

El 18 de enero, las autoridades estadounidenses hicieron pública una acusación formal contra el diputado hondureño Fredy Renán Nájera Montoya, donde se le imputan los cargos de conspiración para importar cocaína a Estados Unidos, además de posesión ilegal de armas.

Según el pliego de cargos, Nájera Montoya “participó y colaboró” en actividades de tráfico de narcóticos con narcotraficantes y miembros “importantes” del cartel mexicano de Sinaloa. Presuntamente el diputado brindaba seguridad a los narcovuelos cargados de cocaína que aterrizaban en Honduras antes de ser vendida al cartel de Sinaloa y posteriormente introducida a Estados Unidos.

Además, la acusación sostiene que Nájera Montoya participó en una “sociedad de tráfico de cocaína por mar que implicó el pago de un soborno de US$50.000 a Fabio Porfirio Lobo”, hijo del expresidente de Honduras Porfirio Lobo. En 2016, Lobo hijo se declaró culpable de las acusaciones de narcotráfico y posteriormente fue sentenciado a 24 años de prisión en Estados Unidos.

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Según un comunicado oficial de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), los cargos formulados contra Nájera Montoya son resultado de una investigación internacional liderada por la DEA.

En el mismo comunicado se menciona que Estados Unidos está solicitando a Honduras la extradición de Nájera Montoya.

Sin embargo, como muchos funcionarios electos en Honduras, los diputados gozan de inmunidad frente a procedimientos judiciales ordinarios. Aunque esto no quiere decir que Nájera no pueda ser extraditado, el trámite requeriría un procedimiento especial.

Análisis de InSight Crime

Con las recientes acusaciones contra el diputado hondureño, Nájera Montoya se suma a una lista creciente de miembros de la élite política hondureña sospechosos de mantener vínculos con el crimen organizado, lo cual indica que están empezando a dar fruto las tentativas de Estados Unidos de llevar a juicio a las élites corruptas en el país centroamericano.

Tanto el actual presidente de Honduras como su predecesor han sido acusados de tener vínculos con el narcotráfico. En una declaración rendida en el caso por narcotráfico contra Fabio Lobo, Devis Leonel Rivera Maradiaga, uno de los cabecillas de la red narcotraficante hondureña conocida como Los Cachiros, aseguró que en repetidas ocasiones sobornó al expresidente Porfirio Lobo. Así mismo, Rivera Maradiaga aportó una grabación que incluía denuncias no confirmadas que implican al actual presidente hondureño Juan Orlando Hernández en la aceptación de sobornos de otro narcotraficante.

El presidente Hernández y el expresidente Lobo han negado con vehemencia estas acusaciones, y ninguno enfrenta cargos penales.

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Luego de la admisión de culpabilidad de Fabio Lobo por las acusaciones de narcotráfico en su contra, afloraron preguntas sobre la información que podría entregar a las autoridades estadounidenses. Dado que ya antes en un boletín de prensa se había mencionado la participación de Nájera Montoya en una “sociedad marítima dedicada al narcotráfico” con Fabio Lobo, parece probable que Fabio Lobo entregara información sobre Nájera Montoya, y posiblemente entregara a las autoridades evidencia suficiente para acusar al diputado.

Muchas veces se ha criticado los acuerdos entre fiscales de Estados Unidos y sospechosos en casos de crimen organizado aduciendo que pueden reducir el efecto disuasor de los procesos penales al ofrecer indulgencia a los acusados a cambio de información. Pero los partidarios de las negociaciones de penas se defienden argumentando que ese tipo de negociaciones puede ayudar a desmantelar las redes más grandes en las que trabajan esos acusados.

Las nuevas acusaciones contra Nájera Montoya podrían indicar que las negociaciones con figuras como Fabio Lobo y Rivera Maradiaga han suministrado a las autoridades estadounidenses información que usarán para formular cargos similares contra otros miembros de la élite hondureña en el futuro.

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