El aumento en el uso de criptomonedas por parte de organizaciones criminales para limpiar el dinero proveniente de actividades ilícitas, es un llamado a las principales autoridades internacionales y locales para prevenir este tipo de prácticas.

El pasado 23 de abril, agentes del Departamento de Investigaciones sobre Narcóticos (DENARC), lograron la captura de un hombre que manejaba un laboratorio clandestino de minería de criptomonedas en la ciudad de Porto Alegre, Brasil. El hallazgo, tomó por sorpresa a las autoridades, quienes estaban detrás de una investigación vinculada al tráfico de drogas en esta zona.

“Todo indica que puede ser una actividad de minería de bitcoin. Pueden hacer el cambio y el pago para los distribuidores de drogas. También hay posibilidad de estar usando el dinero del tráfico para comprar bitcoins”, declaró un delegado de la Policía en el caso.

En el sitio de la captura, las autoridades se encontraron con 25 máquinas de minería de criptomonedas, que operaban las 24 horas del día. Esta maquinaria de avanzada tecnología, tenía un valor estimado de US$65.000 y de acuerdo a la policía, su origen estaba relacionado con mercancía de contrabando procedente de China.

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La minería de criptomonedas, es una modalidad que permite la validación de las transacciones hechas con bitcoins por medio de una red de computadores que demandan un gran gasto de energía. Es de gran atractivo para los criminales emplear la minería de estas divisas, ya que les permite realizar transacciones internacionales para blanquear el dinero sucio sin ningún tipo de control financiero estatal.

No es el primer caso en el que se involucra el uso de criptomonedas y lavado de activos en América Latina, en abril de 2018 la Guardia Civil española, desarticuló una estructura criminal que se encargaba de comprar Bitcoins con dinero procedente de negocios ilícitos, cuyo destino eran cuentas en Colombia donde se “legalizaba” el dinero. En total, la banda uso 174 cuentas corrientes para lavar US$9,3 millones.

Análisis de InSight Crime

La limitada legislación existente en Latinoamérica que previene este tipo de delitos y el escaso control financiero que se puede ejercer sobre las criptomonedas, se convirtieron en motivos de suficiente peso para que las estructuras criminales limpien sus dineros turbios por medio de este sistema,

El Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) es uno de los principales organismos a nivel internacional que lidera los esfuerzos multilaterales para combatir el uso indebido de nuevas tecnologías para desarrollar actividades ilícitas y realiza constantes llamados a los países afectados por estas dinámicas para que protejan sus sistemas financieros.

De acuerdo a un informe realizado por GAFI: “El bitcoin es la forma de pago más común para las ventas de medicamentos en los mercados negros y se está convirtiendo en un método deseable para transferir los ingresos de drogas ilícitas a nivel internacional”.

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En Colombia, el Banco de la República se pronunció y prohibió a las entidades financieras recibir pagos en monedas virtuales. En Bolivia en 2017, el Banco Central mediante la resolución de directorio N°044/2014 prohibió el uso de monedas que no fueran emitidas o reguladas por el ente principal financiero. Finalmente en 2018, Ecuador no autoriza el bitcoin como método de pago en todo el país.

El Banco Central de Ecuador, por medio del artículo 94 del Código Orgánico Monetario y Financiero, desautorizó al bitcoin como un medio de pago de bienes y servicios en el país.

No obstante, es la prueba de una descoordinación regional y una mirada muy superficial a una problemática de alcance transnacional.