Bolivia ha destruido 11.407 hectáreas de coca en 2013, superando su récord anterior por más de 300 hectáreas, lo que indica que la erradicación ha continuado a buen ritmo a pesar de los intentos de cocaleros ilegales de retrasar el proceso.
El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Felipe Cáceres, dijo que el aumento se logró con la ayuda de una suma adicional de US$36 millones destinados a la erradicación de la coca ilegal en 2013. La mayor parte de las operaciones se llevaron a cabo en las regiones cocaleras de los Yungas, La Paz; Chapare, Cochabamba y Yapacani, Santa Cruz, informó La Razón. El país logró un récord en erradicación en 2012, al destruir 11.035 hectáreas.
Mientras que la erradicación ha aumentado, las incautaciones de cocaína y base de coca se redujeron 42 por ciento en comparación con 2012, de 36,3 toneladas a 20,9 toneladas, según el director de la Unidad Antinarcóticos de la Policía de la FELCN, Mario Centellas.
Según Centellas, la FELCN priorizó la detección de laboratorios en las 13.264 operaciones realizadas en el transcurso de 2013, destruyendo 62 laboratorios de cocaína y 48 laboratorios dedicados al reciclaje de precursores químicos.
Análisis de InSight Crime
A principios de este año, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) informó que la producción de coca en Bolivia se redujo siete por ciento entre 2011 y 2012, en parte debido a los esfuerzos de erradicación y en parte a una caída en el rendimiento de los cultivos. Las cifras de 2013 indican que esta tendencia va a continuar, a pesar de los levantamientos anti-erradicación de los cultivadores de coca este año en la región de Apolo de La Paz.
Gran parte del crédito de esto debe caer en el presidente Evo Morales, que sigue siendo la cabeza de un importante sindicato de cultivadores de coca. En contraste con los esfuerzos de erradicación en otros países productores de coca, Morales ha logrado reducciones a través de negociaciones con los cocaleros y trabajando en el establecimiento de un mercado legal.
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Sin embargo, las limitaciones de este enfoque fueron demostradas por un estudio publicado recientemente por el gobierno de Bolivia, que encontró que sólo 14.705 hectáreas de coca eran necesarias para satisfacer la demanda legal del país -muy por debajo de las 25.300 hectáreas producidas en 2012.
La caída simultanea en las incautaciones es sorprendente, teniendo en cuenta la falta de tecnología de radar para interceptar la creciente cantidad de narcovuelos en el país. El exjefe de la FELCN, coronel Gonzalo Quezada, que fue sustituido a principios de este año, suavizó las desventajas de la oferta al enfocarse en la producción; un enfoque que parece continuar bajo Centellas.