El jefe de la policía nacional antinarcóticos de Chile ha sido destituido de su cargo y más de 100 casos de posible corrupción policial son investigados tras la detención de cuatro oficiales por cargos de tráfico de drogas; lo que demuestra la dura postura de Chile contra la corrupción, en comparación con los países vecinos.

El 27 de noviembre, Gustavo González, el director nacional de Carabineros -la policía nacional de Chile- ordenó la reasignación del jefe antinarcóticos, el coronel Carlos Hidalgo, informó EFE. Hidalgo fue destituido de su cargo con el OS-7, la unidad antinarcóticos de Chile, y trasladado a la sección encargada de la búsqueda de personas y vehículos.

La sustitución se produjo un día después de la detención de cuatro oficiales de Carabineros en la región norteña de Arica. Los cuatro, entre ellos el director regional OS-7, están acusados de orquestar el paso de varios envíos de drogas, por un total de más de una tonelada de marihuana de Bolivia a Chile.

Tras las detenciones, la fiscalía regional de Arica abrió una investigación sobre más de 100 casos que potencialmente podrían descubrir vínculos entre los funcionarios y el narcotráfico, informó La Tercera.

Análisis InSight Crime

Junto con Uruguay, Chile se ubica como el país menos corrupto de Latinoamérica, según el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia International. No obstante, con el creciente papel del país en el comercio transnacional de drogas -con las drogas trasladadas desde Perú y Bolivia, tanto para alimentar el gran mercado interno como para la exportación- la corrupción probablemente se convertirá en un problema cada vez mayor.

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En este contexto, la rápida reacción de las autoridades chilenas es una señal positiva, demostrando la voluntad de tomar medidas decisivas y la determinación de no permitir que el narcotráfico erosione las instituciones públicas. Esto está en marcado contraste con otros países de la región, donde la participación de las fuerzas de seguridad en el tráfico de drogas a menudo se tolera o ignora, y en muchos lugares ni siquiera es un impedimento para el ascenso dentro de las filas y la continuación de una carrera exitosa.

Si Chile puede detener eficazmente la propagación de la corrupción, entonces se aumenta en gran medida las posibilidades de nuevas iniciativas de seguridad derivadas del flujo de drogas, haciendo que sea mucho más probable que pueda seguir siendo un refugio relativo de la violencia relacionada con las drogas que azota a gran parte de la región.

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