Las autoridades de Colombia capturaron a los líderes de una red que al parecer traficaba cocaína por medio de aviones para la organización criminal Los Gaitanistas, lo cual recuerda la capacidad del grupo para transportar grandes cantidades de drogas, a pesar de las constantes ofensivas del gobierno en su contra.

El 18 de abril, la policía colombiana detuvo a un piloto conocido como “Mita”, que supuestamente piloteaba aviones cargados de cocaína, en nombre de Los Gaitanistas, también conocidos como Clan del Golfo, Urabeños y Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), hacia Panamá y Honduras, informó El Espectador. La policía también capturó a Luis Fernando Galeano, alias “Perico”, y a Héctor Cañaveral Mendoza, alias “Caña”, presunto encargado de conseguir los aviones y elaborar las licencias.

Según informó El País, otro cómplice capturado, Carlos Francisco Álvarez Rodríguez, alias “Corbata”, se encargaba de entregar los cargamentos de cocaína a los grupos de traficantes extranjeros en Centroamérica. Al parecer, la red trabajó para las AGC durante más de seis años.

Según la Policía Nacional de Colombia, Estados Unidos tiene solicitudes de extradición para los detenidos, por tráfico de drogas.

El 21 de abril, tres días después de las capturas, las autoridades colombianas arrestaron a 72 presuntos miembros de las AGC en una masiva operación en varias partes del país.

Análisis de InSight Crime

El desmantelamiento de una red de las AGC que enviaba cargamentos de droga de Colombia a Centroamérica en aviones indica que este grupo criminal aún cuenta con los recursos necesarios para realizar operaciones transnacionales de tráfico de drogas a gran escala. Las AGC han perdido a una serie de miembros de alto nivel en los últimos años, pero el líder del grupo, Darío Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, ha logrado evitar ser capturado, lo que ha hecho de él uno de los últimos grandes capos colombianos vivos por fuera de la cárcel.

VEA TAMBIÉN: Noticias y perfiles de Los Urabeños

La ofensiva que la fuerzas de seguridad pusieron en marcha en febrero contra Otoniel y las AGC en la región de Urabá, al noroeste de Colombia, refleja la importancia que las autoridades han dado al desmantelamiento de esta organización criminal. Según cifras de la policía, las AGC, con cerca de 3.000 miembros, tienen casi diez veces más combatientes que la siguiente organización neoparamilitar más grande, o Bacrim (acrónimo para “bandas criminales”), en Colombia. El estado de debilidad de los otros grupos criminales colombianos significa que las AGC son, posiblemente, la última Bacrim que plantea un desafío serio a la situación de seguridad del país.

Las capturas también sugieren que las autoridades colombianas podrían estar subestimando la magnitud de las operaciones aéreas de tráfico de drogas en el país. Según la Fuerza Aérea Colombiana, el número de narcovuelos detectados por las autoridades ha disminuido en un 99 por ciento durante la última década, pasando de 700 en 2004 a sólo seis entre enero y noviembre de 2014.

¿Cuáles son sus opiniones?

Haga clic aquí para enviar sus comentarios a InSight Crime.

Alentamos a los lectores a copiar y distribuir nuestro contenido con fines no comerciales, con atribución a InSight Crime en la firma y enlaces a la publicación original en la parte superior e inferior del artículo. Consulte el sitio web de Creative Commons para obtener más detalles sobre cómo compartir nuestro trabajo y envíenos un correo electrónico si utiliza un artículo.