Un incremento en las ventas y el consumo interno de estupefacientes en Costa Rica parece estar agravando el aumento de los homicidios, pero las autoridades han tendido a culpar a los grupos criminales extranjeros en lugar de centrarse en los factores internos causantes de la creciente violencia.
Hace poco el fiscal general Jorge Chavarría culpaba a la “mexicanización” de los grupos criminales costarricenses por los incrementos en las tasas de homicidios en los últimos años, y afirmaba que las bandas narcotraficantes locales están emulando las disputas por territorio de los carteles mexicanos, y que esto aumenta la tasa de homicidios.
“Las organizaciones locales se diversifican por presión de la oferta para extender el mercado local, lo que provoca la tendencia al monopolio y aplicación de la violencia —la receta mexicana— donde cada una tiene su brazo armado y trata de eliminar la competencia”, comentó Chavarría a CRHoy.
El fiscal general ya ha advertido que los grupos mexicanos del crimen están reclutando y entrenando a pandillas locales en Costa Rica.
Según Chavarría, los enfrentamientos entre rivales que se disputan el control de las rutas internacionales de narcotráfico son la razón del pico histórico de 11,8 homicidios por 100.000 habitantes, en 2016. Sin embargo, se sospecha que una gran proporción de homicidios tiene que ver con disputas territoriales entre grupos narcos locales; en 2015, esa fracción se calculó en 70 por ciento del total de 570 homicidios registrados ese año.
Análisis de InSight Crime
Según Walter Espinoza, Director del Organismo de Investigación Judicial, el gobierno costarricense debe seguir centrándose en un enfoque transnacional en la lucha contra el crimen, trabajando con jefes de policía de Centroamérica y otros actores internacionales. Aunque este es un elemento importante de la lucha contra el crimen organizado, cualquier estrategia que busque reducir la violencia en Costa Rica debe concentrarse también en la dinámica criminal del negocio local de la droga.
Históricamente, Costa Rica ha sido un puerto de tránsito clave para los traficantes internacionales por su ubicación estratégica, pero hoy en día se quedan más drogas en el país, pues hay más costarricenses que nunca consumiendo cocaína y marihuana en el país. Según el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), el consumo de cocaína creció cuatro veces entre 2006 y 2010, superando el promedio centroamericano. El consumo de marihuana aumentó 260 por ciento en el mismo periodo, informó IAFA.
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Es probable que esta expansión del mercado local —impulsada en parte por el auge de la producción de cocaína en Colombia y otros factores— haya incentivado la competencia por el control del mercado entre los grupos costarricenses del crimen. Enfrentar esta dinámica será clave para retrasar y eventualmente revertir el alarmante aumento de la violencia que se observa en Centroamérica en los últimos años.