A medida que el contrabando en Colombia ha crecido hasta ser un negocio de US$6.000, controlado en gran parte por los grupos criminales, también se ha convertido en un problema de seguridad nacional, dijo un funcionario, resaltando la necesidad de mejorar los controles aduaneros.

En una entrevista con El Tiempo, Gustavo Moreno Maldonado, director de la Policía Fiscal y Aduanera, dijo que el contrabando “(…) no solamente afecta la seguridad económica del Estado, (…) sino que es un fenómeno de seguridad nacional (…)”, empleado por grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para lavar ganancias del narcotráfico. Dijo que se cree que el homicidio de un oficial de la DIAN (Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales de Colombia) en Cali en mayo pasado está vinculado a estas redes de contrabando.

Según las estadísticas de la DIAN citadas por Moreno, las redes de contrabando mueven alrededor de US$6 mil millones al año, un valor equivalente a casi el 10 por ciento del total de las importaciones anuales legales (US$58 mil millones). El funcionario también dijo que sólo se inspeccionan el 11,4 por ciento de las mercancías declaradas que ingresan al país cada año.

Moreno detalló los diversos orígenes de los productos del mercado negro: licores y cigarrillos entran principalmente por el norte a través del departamento (provincia) de La Guajira, siendo muchos cigarrillos procedentes de Paraguay; ropa y calzado provienen de China; y alimentos perecederos de Ecuador y Venezuela.

Análisis de InSight Crime

La región fronteriza entre Colombia y Venezuela ha sido durante mucho tiempo un centro para la circulación de los productos del mercado negro, aunque en los últimos años han aparecido nuevos actores que se involucran en el negocio del contrabando. Las autoridades creen que el hallazgo en mayo de 11 toneladas de carne de contrabando, cerca de la frontera con Venezuela, estaba vinculado a las operaciones de lavado de dinero de las FARC, los Urabeños y los Rastrojos. El tamaño del comercio de bebidas alcohólicas de contrabando, por su parte, parece estar controlado por las BACRIM en las principales ciudades, evidenciado por la incautación de US$1 millón en licores y cigarrillos en el departamento de Bolívar en marzo.

La mercancía es comprada a menudo en zonas libres de impuestos, como en Colón, Panamá, para luego ser revendida en Colombia. Mientras tanto, en Venezuela, los criminales se aprovechan de los bajos precios del mercado negro, de bolívares venezolanos, para comprar productos.

La entrevista de Moreno con El Tiempo es una señal de que las autoridades reconocen la magnitud del problema. No obstante, el contrabando no es sólo una cuestión de seguridad nacional – aquellos involucrados en el negocio del contrabando han demostrado anteriormente su capacidad para infiltrarse en la política en departamentos como La Guajira.